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L'accès au financement est l'un des principaux obstacles auxquels les jeunes sont confrontés lorsqu'ils créent leur entreprise. Les prestataires financiers, tels que les banques, considèrent les start-up comme un investissement à haut risque. Pourtant, les jeunes entrepreneurs sont des moteurs essentiels de la croissance économique de tout pays. Il devrait être dans l'intérêt des gouvernements de promouvoir ces entreprises.

Le programme Jeunes et commerce de l'ITC relève ce défi. Sur la base des recherches et des données disponibles, son équipe nous a demandé de chercher des solutions qui pourraient aider les jeunes entrepreneurs, en mettant un accent particulier sur le Kenya, le Nigéria et les Philippines.

Comme les jeunes n'ont pas d'antécédents en matière de crédit, ne disposent pas de garanties et ont une expérience limitée des affaires, les prestataires financiers les considèrent comme un risque élevé, d'où leur hésitation à investir.

Les jeunes manquent également d'informations sur les possibilités de financement alternatives, tandis que les investisseurs manquent de connaissances sur les profils des jeunes entrepreneurs, leur secteur d'activité et leurs chances de réussite.

Même si les jeunes ont accès à des formations, cela ne se traduit pas forcément par l'obtention d'un financement, car la qualité de ces formations varie dans l'enseignement des compétences exigées par les prestataires financiers.

Les politiques existantes qui produisent de bons résultats impliquent généralement à la fois un volet éducatif pour les jeunes entrepreneurs et un volet d'incitation et de dé-risque (allègements fiscaux, garanties de prêt, subventions de prêt) pour convaincre le secteur privé.

Nous recommandons une solution sur trois axes : 1. diffuser l'information ; 2. identifier des formations et des programmes de mentorat de qualité ; et 3. dé-risquer et inciter à l'investissement.

Concrètement, il faudrait mener les actions suivantes :

1. Développer une plateforme d'information nationale, centralisée et à faible coût, à la disposition des entrepreneurs et des prestataires financiers. Cette plateforme servirait de base de données pour les possibilités de financement, et offrirait des possibilités de mentorat et de formation tout en recueillant des informations financières et commerciales essentielles sur l'entrepreneur. Cela permettrait de renforcer la crédibilité financière des jeunes entrepreneurs et d'accroître l'estime des prestataires financiers pour ces clients souvent parfaitement viables.

El acceso a la financiación es uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes a la hora de crear sus empresas ya que los proveedores financieros, como los bancos, consideran que las empresas emergentes son una inversión de alto riesgo. Sin embargo, los jóvenes emprendedores son unos motores cruciales del crecimiento económico de cualquier país, por lo que los gobiernos deberían tener interés en promover estas empresas.

El Programa Jóvenes y Comercio del ITC aborda este reto. El equipo nos pidió que encontráramos soluciones basadas en la investigación y los datos que pudieran ayudar a los jóvenes empresarios y que nos centráramos en Kenya, Nigeria y Filipinas.

Los jóvenes, al carecer de historial crediticio, no disponen de garantías y tienen una experiencia empresarial limitada. Los proveedores financieros los consideran por ello de alto riesgo, por lo que dudan en invertir en ellos.

Asimismo, los jóvenes carecen de información sobre las oportunidades de financiación alternativas disponibles, mientras que los inversores desconocen el perfil de los jóvenes emprendedores, los sectores en los que trabajan y sus probabilidades de éxito.    

Los jóvenes disponen de formación, pero no por ello obtienen financiación, ya que las formaciones varían en eficacia cuando se trata de desarrollar las habilidades que los proveedores financieros consideran necesarias.

Las políticas existentes que han tenido éxito suelen incluir tanto un componente educativo para los jóvenes empresarios como un componente de incentivación y de reducción de riesgos (desgravaciones fiscales, garantías de préstamos, subvenciones a los préstamos) para implicar al sector privado.

Recomendamos una solución de tres módulos para, en primer lugar, difundir información; en segundo lugar, identificar programas de formación y tutoría de calidad; y, en tercer lugar, reducir el riesgo e incentivar la inversión.

De una forma más concreta, esto significaría lo siguiente:

1. Desarrollar una plataforma de información nacional, centralizada y de bajo coste que esté a disposición de los empresarios y los proveedores financieros. Esta plataforma actuaría como una base de datos con las diferentes posibilidades de financiación y ofrecería oportunidades de tutoría y formación, al tiempo que recopilaría información financiera y empresarial esencial sobre los emprendedores. Con ello se ayudaría a construir la credibilidad financiera de los jóvenes emprendedores y a aumentar su consideración como clientes viables para los proveedores financieros. 

Las impresionantes estadísticas sobre la economía azul, sus aportaciones económicas y su creciente potencial están marcando los debates en todo el mundo. De hecho, los océanos aportan 1,5 billones de dólares de EE. UU. anuales de valor añadido a la economía mundial, cifra que podría alcanzar los 3 billones para el año 2030. Se calcula que en 2020, 58,5 millones de personas trabajaban en los sectores de la pesca primaria y la acuicultura. Además, los océanos proporcionan la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo.

La Barbados Investment and Development Corporation (Corporación de inversión y de desarrollo de Barbados, BIDC) ha instaurado la Economía Oceánica como uno de sus tres pilares corporativos estratégicos, que tiene el objetivo de iniciar y facilitar soluciones industriales transformadoras para el crecimiento económico exitoso de las empresas dentro de la economía azul.

Esto requiere de una red de partes interesadas, de iniciativas originales de desarrollo de las capacidades para apoyar la innovación empresarial en relación a las necesidades del mercado y de recursos financieros para respaldar estos esfuerzos.

La BIDC, como organización de apoyo empresarial nacional, aspira a aumentar la competitividad internacional de las empresas y contribuir así a la diversificación económica, la prosperidad y el bienestar social para todos mediante el aumento de las exportaciones, la creación de empleo y las nuevas inversiones. Pero, ¿cómo se crea un entorno en el que puedan crearse pequeñas empresas innovadoras y competitivas que ofrezcan soluciones significativas en la economía azul? 

Una de nuestras iniciativas que busca dar con la respuesta a este reto fue Call for Solutions, en colaboración con Compete Caribbean. Al tiempo que se intentaba estimular la innovación centrada en las necesidades reales del mercado en el espacio azul, se animó a los encuestados del sector privado a utilizar tecnología puntera siempre que fuera posible en la exploración pesquera, el desarrollo de la maricultura, la biotecnología marina, la gestión de residuos, la recogida de datos o el sector energético. 

Dos empresas dedicadas a la gestión de datos y a la pesca fueron preseleccionadas para recibir asistencia técnica y financiera adicional.

Sin embargo, es imperativo que las nuevas políticas, programas y normativas sigan el ritmo de la innovación y del rápido avance de la tecnología.  Si estas dejan atrás a la infraestructura en la que operan, la propia innovación y el avance tecnológico se verán obstaculizados.

El sector privado desempeña un papel importante al colaborar con los gobiernos para ayudar a articular políticas y normativas sobre las tecnologías emergentes. Las partes interesadas de la economía azul deben trabajar en sincronía para alcanzar los objetivos de una forma colaborativa. El objetivo global del crecimiento industrial y la capacidad comercial debe ser el de todo el sistema y no el de una única entidad dedicada.

Queda mucho trabajo por hacer para que las organizaciones de apoyo empresarial como la nuestra y las agencias intergubernamentales hagan realidad la economía azul. Calls for Solutions debe continuar trabajando en áreas muy específicas. 

La inversión y los recursos financieros focalizados deben apoyar la investigación científica, la formación técnica de alto nivel y la expansión de los conocimientos, especialmente en aquellas áreas que no están lo suficientemente atendidas en la economía azul, al tiempo que se alinean con las prioridades nacionales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. 

Le monde entier s'émerveille des statistiques impressionnantes générées par l'économie bleue, de ses contributions économiques et de son potentiel en plein essor. De fait, l'exploitation des océans rapporte 1 500 milliards de dollars par an en valeur ajoutée à l'économie globale, et ce chiffre pourrait atteindre 3 000 milliards de dollars d'ici 2030. L'Organisation des Nations Unies pour l'alimentation et l'agriculture (FAO) estime qu'en 2020 près de 58,5 millions de personnes étaient employées dans le seul secteur de la pêche primaire et de l'aquaculture. Par ailleurs, les océans constituent la principale source de protéines pour plus d'un milliard de personnes dans le monde.

Parmi les trois piliers dont s'est doté la Barbados Investment and Development Corporation (BIDC) figure celui consacré à l'économie océanique. L'objectif est d'initier et de faciliter des solutions industrielles transformatrices qui permettront aux entreprises de connaître une croissance économique dans le cadre de l'économie bleue.

La réalisation de cet objectif requiert un réseau de parties prenantes, des initiatives originales de renforcement des capacités pour appuyer l'innovation commerciale autour des besoins du marché, et des ressources financières pour appuyer ces efforts.

En tant qu'organisation nationale d'appui aux entreprises, le mandat de la BIDC est de créer des entreprises compétitives au niveau international, pouvant contribuer à la diversification économique, à la prospérité et au bien-être social de tous grâce à l'augmentation des exportations, à la création d'emplois et à de nouveaux investissements. La question est de savoir comment créer un environnement propice à des petites entreprises innovantes et compétitives, qui leur permette d'apporter des solutions significatives en faveur de l'économie bleue.

L'une de nos initiatives visant à répondre à ce défi est l'Appel aux solutions, lancé en collaboration avec Compete Caribbean. L'idée est de stimuler l'innovation axée sur les besoins réels du marché dans l'espace bleu, en invitant les répondants du secteur privé à utiliser, lorsque c'est possible, des technologies de pointe pour développer la pêche, la mariculture, la biotechnologie marine, la gestion des déchets, la collecte de données, et renforcer le secteur de l'énergie.

L'appel a permis de présélectionner deux entreprises travaillant dans le domaine de la gestion des données et de la pêche, qui vont bénéficier d'une assistance technique et financière.

Il est toutefois impératif que les nouvelles politiques, les nouveaux programmes et les nouvelles réglementations suivent le rythme des innovations et des progrès rapides de la technologie, car s'ils se laissent distancer, les infrastructures deviendront des entraves à l'innovation et aux progrès technologiques que nous cherchons justement à encourager.

À cet égard, le secteur privé joue un rôle essentiel dans la collaboration avec les gouvernements pour aider à formuler des politiques et des réglementations sur les technologies émergentes. L'ensemble des parties prenantes de l'économie bleue doit être synchronisé afin de réaliser en collaboration ce qui ne peut être réalisé de manière compartimentée. L'objectif global vise la croissance industrielle et la capacité commerciale, et à ce titre doit être l'affaire de l'ensemble et non d'une entité spécialisée et isolée.

Il reste encore beaucoup à faire pour que les organisations d'appui aux entreprises telles que la nôtre et les agences intergouvernementales réalisent le potentiel vanté de l'économie bleue. L'initiative Appel aux solution doit donc se poursuivre dans des domaines fortement ciblés.

Des ressources financières et des investissements dédiés doivent venir appuyer la recherche scientifique, la formation technique de haut niveau et l'expansion des connaissances, en particulier dans les domaines mal desservis de l'économie bleue, tout en s'alignant sur les priorités nationales et les objectifs de développement durable des Nations Unies.

Se está acelerando la transición hacia una economía más ecológica. Numerosos países de todo el mundo están viendo las oportunidades de un modelo económico basado en los recursos renovables, el crecimiento sostenible y un mayor alineamiento con la naturaleza y el bienestar humano. Existe un clamor por parte de los ciudadanos y de los científicos para que se actúe y se aborde la crisis climática y otros retos medioambientales acuciantes sin que afecte al crecimiento de la economía.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha hecho un llamamiento a una «revolución de las energías renovables» y a «[reasignar] las subvenciones a los combustibles fósiles a las personas vulnerables que quieran participar en la economía ecológica». En la Green Economy Coalition (GEC), no podemos estar más de acuerdo y consideramos que las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (MIPYME) son actores poderosos de este nuevo modelo económico.

La Green Economy Coalition ha unido a las asociaciones y voces de todo el mundo con el objetivo de defender el papel de las empresas ecológicas locales.

La GEC trabaja desde 2009 para promover una nueva visión de la economía ecológica a escala nacional y mundial. Hemos reunido a los actores de base y a las empresas ecológicas más pequeñas, a quienes llamamos «empresas ecológicas locales», para dar forma a nuevos enfoques de la inversión ecológica que puedan garantizar que los fondos y las oportunidades lleguen a estos actores.

La Declaración de Delhi de 2020 tipifica el enfoque que adoptamos, así como los mensajes que empiezan a escuchar los encargados de formular políticas, que ven el potencial de lo pequeño y lo ecológico para hacer realidad la transición ecológica. Sin embargo, para tener éxito necesitamos asociaciones y socios como el Centro de Comercio Internacional para garantizar que se escuchan los mensajes adecuados.

Los gobiernos deben generar confianza, revertir los déficits de financiación y crear políticas propicias para aprovechar todo el potencial de las pequeñas empresas ecológicas.

En la publicación «Financing Local Green Enterprises: Closing the funding gap for sustainable MSMEs in developing countries» (2022), Finance Watch y la GEC abogan por tres conjuntos de recomendaciones para volver a incluir a las MIPYME ecológicas (o a las que están en proceso de ecologizarse) en los debates.

Los gobiernos deben desarrollar «planes maestros» que aborden de forma conjunta la confianza, la información y la capacidad, y el ecosistema financiero.

La transition vers une économie plus verte s'accélère. Les pays du monde entier comprennent parfaitement les opportunités d'un modèle économique qui repose sur des ressources renouvelables, une croissance durable et un alignement plus prononcé avec la nature et le bien-être humain. Les citoyens et les scientifiques réclament à cor et à cri que l'on agisse et que l'on s'attaque à la crise climatique et aux autres défis environnementaux urgents, alors même que les économies poursuivent leur croissance.

António Guterres, Secrétaire général de l'Organisation des Nations Unies, a appelé à une « révolution des énergies renouvelables », et à « transférer les subventions dédiées aux combustibles fossiles vers les personnes vulnérables qui veulent s'engager dans l'économie verte ». À la Coalition pour une économie verte (GEC, Green Economy Coalition), nous adhérons corps et âme à cette déclaration – et nous voyons les micro, petites et moyennes entreprises (MPME) comme les puissants acteurs de ce nouveau modèle économique.

La GEC a réuni ses partenaires et des voix du monde entier pour plaider en faveur des entreprises vertes locales et du rôle qu'elles ont à jouer.

Notre organisation travaille depuis 2009 à promouvoir de nouvelles visions de l'économie verte aux niveaux mondial et national. Nous avons rassemblé des acteurs de terrain et les entreprises vertes les plus petites (celles que nous appelons « entreprises vertes locales ») pour façonner de nouvelles approches de l'investissement vert qui pourront garantir que les fonds et les opportunités parviennent bien à ces acteurs.

La Déclaration de Delhi 2020 décrit l'approche que nous avons adoptée, et reprend les messages que les décideurs politiques commencent à entendre tandis qu'ils constatent tout le potentiel des petites entreprises vertes pour faire de la transition verte une réalité. Mais pour réussir, nous avons besoin de partenariats et de partenaires comme le Centre du commerce international pour nous assurer que ce sont bien les bons messages qui sont reçus.

Les gouvernements doivent instaurer la confiance, combler les lacunes en matière de financement, et créer des politiques propices au déploiement du plein potentiel des petites entreprises vertes.

Dans notre rapport déjà mentionné plus haut, intitulé Financer les entreprises vertes locales : Combler le déficit de financement des MPME durables dans les pays en développement (2022, uniquement en version anglaise), Finance Watch et le GEC plaident pour trois séries de recommandations visant à recentrer les MPME vertes (ou celles qui permettent de « verdir » les économies) dans le débat.

Les gouvernements devraient envisager des plans directeurs qui traitent à la fois de la confiance, de l'information et des capacités, ainsi que de l'écosystème financier.

Le monde n'a jamais connu autant de conflits et de violence depuis 1945. Selon l'Organisation des Nations Unies, 1,9 milliard de personnes vivent dans des contextes fragiles et de conflit, soit 24 % de la population mondiale.

À ce jour, le monde compte 39 contextes affectés par des conflits, et 37 autres avec des niveaux élevés de violence, de fragilité et/ou d'instabilité (voir la mappemonde ci-dessous). Le conflit devient une caractéristique du 21e siècle, avec des impacts dévastateurs sur les moyens de subsistance des populations.

Les risques que les conflits et la fragilité font peser sur le développement économique sont parfaitement compris. Toutefois, il existe également un risque que les initiatives de développement économique déployées dans les contextes fragiles et de conflit contribuent par inadvertance aux conflits, à la violence et à l'instabilité. Après tout, le développement économique n'intervient pas dans un espace vide.

Malgré la neutralité politique revendiquée par la plupart des investisseurs et des entreprises, les impacts de leurs activités dans ces contextes ne sont jamais neutres. Un développement économique mené sans considération du conflit en cours finira toujours par générer, appuyer voire orienter le conflit, directement ou indirectement.

• Premièrement, une approche sensible au conflit. L'approche sensible au conflit – étroitement liée à la diligence raisonnable accrue en matière de droits de l'homme – repose sur la conscience que l'interaction entre l'intervention et le conflit est bidirectionnelle. Elle permet de s'assurer que le développement économique est mené en tenant compte des clivages au cœur des conflits, des querelles relatives aux terres et aux ressources naturelles, ainsi que des inégalités, pour ne citer que quelques-uns des différends susceptibles de déclencher la violence. L'approche sensible au conflit est un processus continu, et c'est à cette dernière condition qu'elle permettra de minimiser les impacts négatifs et d'optimiser les impacts positifs du développement économique sur la paix et la stabilité.

El mundo está experimentando el mayor número de conflictos violentos desde 1945. Según las Naciones Unidas, 1900 millones de personas viven en entornos frágiles y afectados por conflictos, lo que corresponde al 24 % de la población mundial.

En el mundo hay 39 zonas afectadas por conflictos y otras 37 experimentan altos niveles de violencia, fragilidad o inestabilidad (véase el mapa del mundo). Los conflictos se están convirtiendo en una característica definitoria del siglo XXI, con efectos devastadores sobre la vida y los medios de subsistencia.

Aunque los riesgos que plantean los conflictos y la fragilidad al desarrollo económico son bien conocidos, también existe el riesgo de que las iniciativas de desarrollo económico en los entornos frágiles y afectados por los conflictos puedan contribuir inadvertidamente al conflicto, la violencia y la inestabilidad. Después de todo, el desarrollo económico no se produce en el vacío.

Aunque los inversores y las empresas puedan profesar neutralidad política, las repercusiones de sus actividades en estos entornos nunca son neutrales respecto al conflicto. Un desarrollo económico insensible a los conflictos acabará generándolos, perpetuándolos o impulsándolos, ya sea directa o indirectamente.

• En primer lugar, la sensibilidad al conflicto. La sensibilidad al conflicto, estrechamente relacionada con la diligencia debida reforzada en materia de derechos humanos o DDDH, es un enfoque que se basa en la comprensión de la interacción bidireccional entre una intervención determinada y el conflicto. Ésta garantiza que el desarrollo económico sea sensible a los conflictos, a las cuestiones controvertidas en torno a la tierra y los recursos naturales, y a las desigualdades, por nombrar sólo algunas de las cuestiones que pueden desencadenar la violencia. Además, es un proceso continuo diseñado para minimizar los impactos negativos y maximizar los impactos positivos del desarrollo económico sobre la paz y la estabilidad.

Sr. Emodek, háblenos de ChapChap. 

Somos una empresa de tecnofinanzas que crea perfiles financieros para los pequeños comercios minoristas basados en los datos de los registros de las transacciones realizadas en nuestra app. Creamos perfiles financieros para las empresas del sector informal y las empoderamos para que puedan acceder a los préstamos de las instituciones financieras.

¿Cómo conectan a estas pequeñas empresas con las soluciones digitales?

Nos asociamos con las instituciones financieras, las empresas de telecomunicaciones o las empresas de tecnofinanzas y extendemos sus servicios a las pequeñas empresas. Además, muchas de estas pequeñas empresas atienden a personas con bajos ingresos que acuden a ellos para comprar alimentos u otros pequeños artículos para el hogar. Con ChapChap, los clientes que no tienen acceso a los servicios bancarios tradicionales pueden recargar sus carteras digitales o retirar dinero en efectivo, pagar los servicios públicos o las tasas escolares de sus hijos. Las oportunidades son enormes.

¿Han visto ya algún impacto? 

ChapChap ayuda a los propietarios de las pequeñas empresas a ganar dinero al proporcionar servicios digitales a sus clientes: por cada servicio vendido, el propietario obtiene una comisión. Hasta ahora, hemos pagado casi 2,2 millones de dólares de EE. UU. en comisiones a las empresas con las que trabajamos. Al analizar los datos de las transacciones realizadas a través de nuestra plataforma, podemos ayudar a las instituciones financieras a evaluar la solvencia de las empresas con las que trabajamos para concederles préstamos. Hasta la fecha, estas empresas han accedido a créditos por valor de más de 14 millones de dólares a través de nuestra plataforma.

¿Cuáles son sus planes para ChapChap, Sr. Emodek?

Tenemos previsto ampliar nuestra red móvil de agentes de dinero, principalmente por medio de la asociación con pequeñas empresas.

Además, tenemos la intención de expandirnos por África y colaborar con socios que ya realizan operaciones similares en otros países africanos. Creemos que esto nos permitirá superar los diversos obstáculos y complejidades reglamentarias que conlleva operar en el mercado africano.

¿Qué necesitaría para ello?

Talento técnico, software mejorado, financiación y asociaciones sólidas.