Mantener el próspero comercio transfronterizo
Cómo los microempresarios sortean los retos actuales del comercio transfronterizo
Durante la primera ola de la pandemia de COVID-19, los pequeños comerciantes se vieron duramente afectados a consecuencia del parón en la actividad transfronteriza por los confinamientos. Sin apenas trabajo, no tuvieron más remedio que hacer uso de sus ahorros para satisfacer las necesidades de sus familias. Cuando las fronteras reabrieron, muchos comerciantes se vieron incapaces de reiniciar su negocio a un nivel comparable al anterior al confinamiento.
Los nuevos requisitos, como por ejemplo disponer de un certificado sanitario, y sus costes correspondientes, hicieron que muchos se replantearan sus estrategias comerciales.
Pero el comercio es una necesidad para estos microempresarios, y en especial para las mujeres, quienes son las más activas en este campo en África. El comercio les permite mantener el bienestar de sus familias y enviar a sus hijos a la escuela, que es la mejor manera de escapar de la pobreza.
¿Cuáles fueron las alternativas a las que recurrieron los comerciantes?
Algunos empezaron a abastecerse a nivel local de los productos que necesitaban, otros confiaron en los servicios de las empresas de transporte, mientas que otros fueron más allá y empezaron a considerar el comercio electrónico como una alternativa viable. Algunos comerciantes decidieron cultivar ellos mismos productos que más tarde pondrían en el mercado, e intentar así que sus negocios se mantuvieran a flote.
Sin embargo, no fue fácil poner en práctica estos cambios: En primer lugar las tarifas de las empresas de transporte se llevan parte de los ya exiguos beneficios de los comerciantes. Además, al abastecerse de productos locales, los comerciantes no obtienen los beneficios derivados de la compra de productos con la mejor relación calidad-precio ni pueden aprovecharse de los tipos de cambio favorables. Por último, para convertirse en agricultores es necesario desarrollar nuevas habilidades.
Debido a estas dificultades, los pequeños comerciantes se trasladan a pasos fronterizos informales
Algunos comerciantes se plantean cruzar las fronteras por pasos informales con el objetivo de evitar las medidas fronterizas relacionadas con la COVID-19. Esta modalidad de comercio, no exenta de peligros en el pasado, está al alza hoy en día y expone a los comerciantes, y en especial a las mujeres comerciantes, a riesgos para la salud, sobornos, multas y confiscación de mercancías si son descubiertos por las autoridades fronterizas.
De hecho, los oficiales de inmigración de Tanzanía han informado recientemente de más de 200 pasos no autorizados en la frontera entre ese país y Zambia. Y este es solo un ejemplo. Cruzar por un paso fronterizo informal es una manera de mantener los negocios a flote, pero definitivamente no es un plan sostenible.
En la UNCTAD creemos que la concienciación sobre las reglas comerciales, los procedimientos aduaneros y los requisitos sanitarios y de inmigración es un componente esencial en cualquier estrategia comercial sólida.
Hace poco tiempo, durante unos talleres organizados en unos puestos fronterizos en Malawi, Tanzanía y Zambia, descubrimos que cuanto más informados estaban los comerciantes sobre sus derechos y obligaciones, menos atraídos estaban por la idea de cruzar las fronteras de una forma informal. Además, el desarrollo de las habilidades de emprendimiento les permite aprovechar nuevas oportunidades empresariales y recuperarse de la recesión económica debida a la pandemia.
Para los gobiernos centrales, la tarea no solo consiste en facilitar el comercio transfronterizo a través de regímenes de comercio simplificado, por ejemplo, sino también de asegurarse de que los comerciantes estén familiarizados con ellos.
Los requisitos para que los comerciantes a pequeña escala puedan realizar su actividad profesional bajo esta modalidad podrían simplificarse aún más si no se exigiera demostrar el origen de la mercancía.
Las autoridades deberían crear unas condiciones atractivas para que los pequeños empresarios puedan formalizar sus negocios, como por ejemplo con la relajación de las formalidades de registro o permitiendo el registro en la propia frontera.
Los empresarios que operan de una forma informal han sido excluidos de la mayor parte de los beneficios y programas puestos en marcha durante la respuesta de emergencia al brote de COVID-19. Si dispusieran de toda la información sobre los beneficios potenciales de formalizar sus actividades comerciales, estarían más dispuestos a registrarse.