Hora del cambio: hacer que el comercio sea sostenible
Las Organizaciones de Promoción del Comercio pueden inclinar la balanza hacia la resiliencia de las empresas y el «buen comercio».
Las empresas de todo el mundo están enfrentándose a problemas en las cadenas de suministro a la vez que están sintiendo el impacto de la pandemia. La crisis en estas cadenas está provocando a su vez un aumento de la inflación en muchos países, ya que las empresas buscan nuevas fuentes de suministro y nuevas formas de transportar y abastecerse de productos en mercados inestables.
Las pequeñas empresas con menos reservas son las que más se resienten. El efecto dominó es tremendo, ya que estas representan la mayoría de las empresas en las economías nacionales de todo el mundo.
Es necesario hacer todo lo posible para que estas empresas sean más resilientes en los tiempos de crisis.
Muchas de estas empresas no podrán volver a la «normalidad» o pasar a una «nueva normalidad». El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y las crisis de seguridad alimentaria seguirán suponiendo un desafío para el mundo empresarial en los próximos años.
Aquí es donde las Organizaciones de Promoción del Comercio nacionales pueden inclinar la balanza hacia la construcción de sociedades prósperas. Los países buscan ser dueños de su propio futuro, pero dependen de los otros más que nunca. Las Organizaciones de Promoción del Comercio nacionales son campeonas desconocidas que ponen en marcha negocios que crean puestos de trabajo y aportan esperanza a las generaciones venideras. Además, disponen de los conocimientos, la experiencia y las conexiones locales necesarias para ayudar a las personas a crear empresas, crecer y competir en los mercados mundiales.
Pero no queremos un comercio cualquiera: Queremos un «buen comercio» que sea realmente sostenible. De este modo, cuando lleguen las crisis, las empresas y las comunidades no se verán tan afectadas. Pero para alcanzar este punto, es necesario un cambio radical. El comercio basado en la exportación de productos básicos, la inversión extranjera o los contratos de proveedores a corto plazo en los mercados mundiales ya no es suficiente.
La pandemia nos ha mostrado que debemos apoyar el «buen comercio»; es decir, un comercio que incorpore a las mujeres, a los jóvenes emprendedores y a los grupos vulnerables a las cadenas de valor; que se centre en las exportaciones no tradicionales; que refuerce los lazos regionales; que fortalezca la transición a una economía verde; y que haga que las microempresas y las pequeñas y medianas empresas sean más resilientes a las crisis venideras.
En Ghana, términos como «comercio sostenible» o «economía verde» son todavía conceptos algo novedosos para las nuevas empresas. Por lo tanto, les corresponde a los organismos como la Ghana Export Promotion Authority arrancar estas conversaciones, facilitar que las MIPYME asuman como propios estos conceptos y adaptar sus prácticas para asegurar la continuidad y el éxito del negocio.
Durante la pandemia y en los meses posteriores, muchas pequeñas empresas se unieron a los programas de capacitación. En la Ghana Export Promotion Authority, por ejemplo, los módulos de formación sobre Comercio para el Desarrollo Sostenible proporcionaron conocimientos sobre cómo aplicar prácticas empresariales ecológicas basadas en la eficiencia de los recursos, la economía circular, las normas de sostenibilidad, el comercio electrónico y el acceso a la financiación.
El objetivo principal es capacitar a las empresas para que puedan competir de una forma eficaz en los mercados internacionales y facilitar su participación en las cadenas de valor mundiales sostenibles a medida que comprendan y pongan en marcha las cuestiones relacionadas con el comercio sostenible.
Lo que se aplica a Ghana puede aplicarse a otros países. Las empresas obtienen mejores resultados cuando tienen acceso a las redes de contacto y a la información de mercado de las organizaciones de apoyo empresarial, según un estudio del Centro de Comercio Internacional para sus Perspectivas de competitividad de las PYME. Los países que disponen de estas instituciones exportan más que los que no disponen de ellas, y las empresas que colaboran con ellas tienen tres veces más probabilidades de exportar.
Este servicio es de gran importancia, ya que en general, las empresas que exportan obtienen mejores resultados que las que no lo hacen, según las encuestas del ITC sobre el impacto empresarial de la COVID-19 realizadas en 16 países. Las empresas que exportan tienen el doble de probabilidades de desarrollar productos nuevos o personalizados para hacer frente a la pandemia que las que no exportan.
Las Organizaciones de Promoción del Comercio prestan servicios que son de utilidad, y por ello es importante que se reúnan para poner en común las prácticas que funcionan mejor. Por esta razón, el Centro de Comercio Internacional y la Ghana Export Promotion Authority copatrocinan el Congreso y Premios de la Red Mundial de Organizaciones de Promoción del Comercio que se celebrarán en Accra el 17 y 18 de mayo.
Para hacer realidad el «buen comercio», las soluciones deben ser más digitales, sostenibles y basadas en la colaboración. Por ello, en el Congreso se premiarán a varias Organizaciones de Promoción del Comercio nacionales por este tipo de iniciativas. La Ghana Export Promotion Authority, de hecho, fue ganadora de estos premios en el pasado.
Es necesario que las historias de estas campeonas anónimas lleguen a todos los países del mundo y que el cambio al comercio sostenible les inspire.
Pamela Coke-Hamilton es la Directora Ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, una agencia de las Naciones Unidas y de la Organización Mundial del Comercio. La Dra. Afua Asabea Asare es la Consejera Delegada de la Ghana Export Promotion Authority