Artículos de opinión

Cumplir nuestras promesas con los más vulnerables del mundo

13 marzo 2023
Por Pamela Coke-Hamilton, Directora Ejecutiva del Centro de Comercio Internacional (ITC) , y Baboucarr Ousmaila Joof, Ministro de Comercio, Industria, Integración Regional y Empleo, Gambia

Es hora de cumplir nuestras promesas con los más vulnerables: los países menos adelantados.

Este grupo engloba a 46 países que tienen una mayor exposición a las crisis mundiales y que se beneficiarían más del establecimiento de asociaciones para lograr un desarrollo sostenible.

La realidad es que en este momento, cuando ya ha pasado la mitad del tiempo que tenemos para poner en marcha los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aún no estamos en el nivel que deberíamos.

Si observamos su participación en el comercio mundial, podemos ver que los países menos adelantados siguen dependiendo de las exportaciones de productos básicos casi el doble que otros países en desarrollo. Asimismo, representan alrededor del 1 % del comercio mundial, el mismo porcentaje que tenían hace una década, a pesar del objetivo de duplicar su cuota de exportaciones mundiales para 2020.

Debemos hacer más y debemos hacerlo mejor, si nos tomamos en serio el compromiso de marcar la diferencia con ellos y para ellos. Debemos aprovechar que los líderes de todo el mundo se reúnen en Doha, Qatar, esta semana para la 5ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados (LSD5), para movilizar un apoyo y una acción internacionales adicionales en favor de los países más vulnerables del mundo. 

 

El comercio como forma de combatir las desigualdades

 

El comercio ofrece una solución para atajar las causas profundas de la desigualdad y acelerar la consecución del desarrollo sostenible. Cuando se creó la categoría de países menos adelantados en 1971, se identificó al comercio como un motor clave del desarrollo. Más de 50 años después, aún siguen existiendo muchos retos y han surgido otros nuevos, como la COVID-19, los conflictos, el aumento del coste de la vida y el cambio climático.

Para reforzar su resiliencia económica ante futuras crisis, los países menos adelantados no sólo necesitan tener acceso a los mercados, sino también capacidad para acceder a ellos. La cruda realidad es que la desigualdad está integrada en el sistema económico mundial.

La primera pregunta que debemos responder es: ¿estamos dispuestos a desafiar la desigualdad sistémica del comercio mundial? Por ejemplo, ¿están dispuestas las empresas a formar a los productores para que asciendan en las cadenas de valor y a compartir la tecnología con sus proveedores para que reduzcan sus emisiones de carbono?, ¿están dispuestas a mejorar las habilidades de las pequeñas empresas? Este enfoque requiere una mentalidad diferente, la voluntad de dar prioridad a las personas y al planeta además de los beneficios, e incluso la voluntad de recortar éstos a corto plazo para obtener unos resultados a largo plazo que beneficien a los más vulnerables.

La segunda pregunta es, ¿podemos, como comunidad mundial, poner en marcha los mecanismos adecuados para acabar con la desigualdad sistémica, a todos los niveles? Por ejemplo, en la formulación de políticas, ¿podemos apoyar a los países menos adelantados para que negocien de forma colectivamente, de modo que sus preocupaciones tengan el mismo peso que las de los países desarrollados?, ¿podemos dotar sistemáticamente a las organizaciones de apoyo empresarial de estos países de los conocimientos actualizados y los recursos técnicos necesarios para apoyar a las empresas?, ¿podemos poner en marcha sistemas y herramientas que ayuden a las pequeñas empresas a obtener la información, las competencias y la financiación que necesitan para crecer de forma previsible? Tenemos que estar dispuestos a pagar los costes ahora para tener un futuro mejor. Las ideas son baratas, hasta que se ponen en marcha. Y su puesta en marcha depende de los detalles.

 

Invertir en la «mayoría silenciosa»

 

Para lograr un cambio transformador, es necesario invertir en la «mayoría silenciosa» que promueve el desarrollo impulsado por el comercio en los países menos adelantados: las pequeñas empresas.

Las pequeñas empresas constituyen la mayoría de las compañías de todo el mundo, por lo que hay que invertir en su competitividad y en su acceso a los mercados. En los países menos adelantados, las pequeñas empresas representan alrededor del 95 % de todos los puestos de trabajo, según los datos de la OIT.

Para apoyar a las pequeñas empresas, los gobiernos y los líderes empresariales tendrán que asociarse para fortalecer las cadenas de valor regionales y dar prioridad al valor añadido de los bienes y servicios, y tener en cuenta el impacto sobre el medio ambiente. Los emprendedores necesitarán un acceso asequible a Internet y herramientas digitales, así como formación para aprender a utilizarlas en sus negocio y poder superar la barrera que supone la lejanía económica y geográfica. En todos estos esfuerzos, tendrá que haber iniciativas específicas dirigidas a apoyar a las mujeres, los jóvenes, las personas con discapacidad, los refugiados y las personas que trabajan en el sector informal, para garantizar que nadie se quede atrás.

 

Configurar el futuro del comercio

 

En resumen, el futuro del comercio, que, en nuestra opinión, ya está aquí, puede resumirse en tres palabras: inclusividad, conectividad y ecología.

Gambia, un país menos adelantado, trabaja activamente en estos tres ámbitos en colaboración con el Centro de Comercio Internacional (ITC).

En cuanto al empoderamiento económico de las mujeres, por ejemplo, el gobierno de Gambia, con el apoyo del ITC, redactó una Política de contratación pública sensible al género, con el objetivo de que al menos el 30 % de todas las adquisiciones gubernamentales de bienes y servicios vayan a empresas y cooperativas dirigidas por mujeres a partir de 2026. Se trata de un área clave en la que debemos centrarnos, ya que en la actualidad, sólo el 1 % de las oportunidades de contratación pública en todo el mundo van a parar a manos de mujeres. En algunos países, la contratación pública representa hasta el 40 % del PIB. El ITC también está prestando apoyo en materia de promoción y desarrollo de las capacidades para que las mujeres puedan aumentar su presencia en línea y sus habilidades digitales, ya que la contratación electrónica es uno de los pilares clave de la Ley de contratación pública de Gambia de 2022.

En cuanto al uso de la conectividad digital para los negocios, los empresarios gambianos recibieron formación para hacer uso del comercio electrónico con el fin de llegar a nuevos clientes durante los confinamientos por la COVID-19. Casi el 40 % de las pequeñas empresas de los países menos adelantados encuestadas por el ITC afirmaron que la falta de habilidades para el comercio electrónico y de conocimientos empresariales eran los principales obstáculos para realizar negocios en línea. En el sector turístico, los autónomos y los fotógrafos ayudaron a los operadores hoteleros y turísticos a desarrollar sus habilidades digitales para comercializar sus carteras, producir contenidos, gestionar la visibilidad en línea, mejorar la gestión de las operaciones con los clientes y supervisar y evaluar el rendimiento de sus productos y servicios.

La historia de Guidom Sabally es una historia que versa sobre la adopción de medidas medioambientales a través del emprendimiento y muestra cómo la formación específica combinada con el esfuerzo personal puede marcar la diferencia para una comunidad. Sabally tenía dificultades para encontrar trabajo como obrero no cualificado, pero tras recibir formación a través de un programa del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización, en colaboración con el ITC, encontró trabajo como ingeniero supervisando la construcción caminos elevados que permiten a la gente cruzar zonas inundadas durante la estación de lluvias, que es una de las consecuencias del cambio climático en la zona.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo las asociaciones entre los países menos adelantados y las organizaciones internacionales pueden marcar la diferencia en la vida de las personas.

 

Resultados conjuntos

 

Con el objetivo de obtener resultados con y para los países menos adelantados y cumplir las promesas que hicimos tenemos que trabajar de forma conjunta como comunidad internacional. Además, será necesario crear asociaciones sólidas entre los líderes de los gobiernos, las instituciones, las empresas y las organizaciones internacionales.

Los países menos adelantados llevan mucho tiempo sufriendo. Como comunidad, somos tan fuertes como el más vulnerable de entre nosotros. Al utilizar el comercio como herramienta para poner en marcha el Programa de Acción de Doha, los países menos adelantados pueden retomar el camino hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También, al involucrar a los líderes de los países menos adelantados como iguales, y sin perder la vista de en nuestros objetivos comunes, podemos construir un futuro más fuerte, resiliente e inclusivo.