Artículos de opinión

Aceptar riesgos para obtener ventajas estratégicas: Las organizaciones de apoyo empresarial en un mundo incierto

4 mayo 2022
ITC News

Nunca había sido tan importante poder actuar con audacia ante la incertidumbre. Ahora que las Organizaciones de Promoción del Comercio se preparan para reunirse en Accra los días 17 y 18 de mayo, ¿cómo podemos asumir el riesgo para crear beneficios para las empresas? 

En todas nuestras actividades cotidianas asumimos riesgos para obtener algún tipo de beneficio, como por ejemplo al cruzar una carretera con mucho tráfico o al escalar una montaña. 

Para la mayoría de las organizaciones, la gestión de riesgos significa asegurarse de que las cosas que salen mal no interfieran con los objetivos. Esto implica considerar tanto los casos probables como los improbables, así como el impacto que estos podrían tener en los objetivos, para después poner en marcha acciones de mitigación y gestión con los que reducir la probabilidad de que los riesgos ocurran o el alcance de su impacto. 

La identificación y la gestión de los riesgos son fundamentales, y las organizaciones de apoyo empresarial que lo hacen bien crean con ello una ventaja competitiva para las empresas a las que sirven. Sin embargo, este enfoque seguro no adopta activamente la asunción de riesgos como una forma de crear beneficios. No son muchas las organizaciones que tras analizar un informe de riesgos que no muestra ningún riesgo activo ven esto como una oportunidad para ser más valientes e innovadoras. 

Afrontamos riesgos cuando nos enfrentamos a lo desconocido o a lo incierto. Del mismo modo, las organizaciones de apoyo empresarial deben ayudar a las empresas a superar la incertidumbre y entrar en mercados desconocidos. Aceptar un cierto grado de riesgo es, por lo tanto, esencial para las organizaciones de apoyo empresarial. Si estas organizaciones no están ayudando a las empresas a dar pasos hacia lo desconocido, no están haciendo bien su trabajo. 

En los procesos de diseño de estrategias, una organización puede asumir riesgos al segmentar los clientes, sectores, mercados y regiones prioritarios. Las grandes empresas con gran experiencia que trabajan en sectores bien establecidos en mercados conocidos se enfrentan a un riesgo muy bajo y es probable que obtengan el resultado esperado a corto plazo. Es muy tentador para las organizaciones de apoyo empresarial centrarse en este tipo de perfil, pero la realidad es que una empresa como ésta tiene muy poca necesidad de apoyo. 

El valor para las empresas, así como los beneficios indirectos para un país, se crean cuando las organizaciones de apoyo empresarial priorizan los sectores emergentes, las pequeñas empresas sin experiencia y los mercados desconocidos de gran potencial. Pero al hacerlo, aumentan el grado de incertidumbre y el riesgo de fracaso. Por ello, para poder servir correctamente a sus países y a sus clientes, estas organizaciones deben asumir riesgos de una forma deliberada y con determinación, por medio de las buenas prácticas de gestión de riesgos, y no de una forma conservadora que los evite. 

Nunca había sido tan importante actuar con audacia ante la incertidumbre. Las cadenas de valor se han visto alteradas, los mercados tradicionales se han cerrado y nuevos sectores han experimentado un gran crecimiento mientras que otros se han visto gravemente afectados. En esta época de gran volatilidad, las organizaciones de apoyo empresarial que estén acostumbradas a trazar el camino de nuevos productos hacia nuevos mercados no tendrán dificultades para servir a todos sus clientes. En los últimos dos años, incluso las empresas exportadoras más experimentadas se han enfrentado a situaciones nuevas y desconocidas. 

Gestionar tres posibles situaciones de riesgo 

Una forma de asumir el riesgo es gestionar la asignación de recursos teniendo en cuenta tres posibles situaciones de riesgo y una de las decisiones estratégicas más importantes es la asignación de recursos ante cualquiera de las tres situaciones en un momento dado. 

La primera situación corresponde a la gestión de lo conocido y lo familiar, proporciona resultados rápidos y de gran volumen y tiene un crecimiento bajo o constante. En el mundo de las organizaciones de apoyo empresarial, esto significa trabajar con empresas experimentadas, sectores o subsectores establecidos y mercados conocidos. Para crear valor en esta situación, prestan servicios altamente personalizados a empresas individuales. 

La segunda situación corresponde a las tendencias conocidas y a los riesgos previstos. Los recursos se destinan a negocios en rápido crecimiento, sectores emergentes y nuevos mercados con gran potencial. El objetivo es el crecimiento, no el volumen. 

El riesgo se gestiona a través de la adyacencia (por ejemplo, al llevar a un exportador experimentado a un nuevo mercado, al pasar de un mercado conocido a otro similar o vecino, al trabajar con un grupo de pequeñas empresas sin experiencia en un sector bien establecido, etc.) y a través de las prácticas tradicionales de identificación y mitigación de riesgos. 

La mejor manera de aportar valor en estas situaciones de riesgo es ofreciendo servicios estandarizados, iniciativas para todo el sector y actividades de grupo. Las agencias de comercio e inversión, que disponen de financiación gubernamental y tienen unos objetivos estratégicos amplios, tienen a menudo la misión de obtener resultados en esta situación de riesgo, además del cumplimiento de los objetivos gubernamentales de diversificación de la base económica, que no están basados en las exportaciones de petróleo o de productos básicos. 

La tercera situación asigna recursos para crear resiliencia, innovación y crecimiento a largo plazo. Una organización debe estar preparada para lo inesperado, con una gran agilidad que esté respaldada por la experiencia, la conectividad y la credibilidad. Cuando la incertidumbre es elevada, el riesgo se gestiona al disponer de una cartera diversificada, con pequeñas intervenciones o proyectos piloto en varias empresas, sectores o mercados. 

Las organizaciones que hacen esto bien disponen de buenas prácticas de seguimiento y evaluación, una cultura en la que no se buscan culpables y una clara aceptación de que algunas actividades tendrán un rendimiento inferior al esperado. Las actividades se dirigirán sobre todo al entorno normativo y al ecosistema de apoyo, lo que permite la aparición de ganadores. Es probable que los resultados en el tiempo estimado se produzcan sólo a nivel de producto o que se alcancen resultados intermedios. Es de gran importancia la gestión de las expectativas de las partes interesadas. 

El riesgo para la ventaja estratégica constituye la nueva normalidad 

En los últimos dos años, muchas organizaciones de apoyo empresarial han adoptado la asunción de riesgos para obtener ventajas estratégicas porque no tenían otra opción. La convulsión que produjeron los confinamientos y las interrupciones del suministro, hicieron que los métodos normales de trabajo dejaran de ser relevantes. Las organizaciones que obtuvieron mejores resultados disponían de planes de contingencia, buenos protocolos de intercambio de información y acceso a información y conocimientos únicos, así como una cultura centrada en la innovación y el servicio al cliente, la capacidad de contactar con las empresas y mantenerlas informadas, y excelentes niveles de confianza con el sector privado y el público. 

Ser ágiles ante la incertidumbre y disponer de una cultura corporativa que apoye la asunción de riesgos bien gestionada es esencial para que las organizaciones de apoyo empresarial puedan ayudar mejor a que las empresas con las que trabajan puedan acceder a nuevas cadenas de valor, diversificar sus mercados e innovar con nuevos productos. Al asumir bien los riesgos, aportan una ventaja competitiva a las empresas y contribuyen a la prosperidad, el empleo y la diversificación económica. 

Avancen, crucen la concurrida autopista hasta el otro lado, que es el que está soleado. Pero miren primero a ambos lados y prepárense para esquivar el tráfico. 

  

Anne Chappaz es Jefa de Instituciones y Ecosistemas del Centro de Comercio Internacional, una agencia de las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio.