Visión de los expertos

Trazando el rumbo hacia una prosperidad resiliente

29 abril 2024
El Excmo. Gaston Browne, Primer Ministro de Antigua y Barbuda

Un análisis detallado sobre qué se necesita para aumentar la resiliencia económica de los pequeños Estados insulares en desarrollo

Mientras mi querida Antigua y Barbuda se prepara para acoger la cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del 27 al 30 de mayo de 2024, nuestros socios de las Naciones Unidas actúan bajo el lema Trazando el rumbo hacia una prosperidad resiliente.

La Conferencia SIDS4 llega en un momento oportuno, ya que en este periodo de recuperación posterior a la COVID-19, nuestros retos son únicos.

En los 57 países identificados como pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), nuestras frágiles economías, que dependen casi en su totalidad de un único producto dominante, no siempre responden bien a la construcción de economías sostenibles. Por tanto, en este periodo en el que estamos enfrentados a una multiplicidad de retos, con el cambio climático en primera línea, así como a fisuras geopolíticas cada vez mayores como la guerra y los conflictos internos, la capacidad de los PEID para lograr una prosperidad resiliente se ve perjudicada.

Las asociaciones y la ONU son fundamentales para la resiliencia económica de los PEID

Conscientes de estos retos, el papel de las Naciones Unidas (ONU) y de las asociaciones entre el sector público y el privado se considera fundamental en la búsqueda de la resiliencia económica de los PEID. La ONU actúa como catalizador del desarrollo sostenible en los PEID a través de sus diversas agencias, programas e iniciativas de desarrollo de las capacidades.  Por otro lado, el papel vital de las asociaciones entre el sector público y el privado complementa a la perfección los esfuerzos de la ONU, ya que movilizan la experiencia, los recursos y la innovación del sector privado con el objetivo general de abordar los retos de desarrollo a los que se enfrentan los PEID. Antigua y Barbuda ha dado una gran prioridad a la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con la intención de alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El Excmo. Gaston Browne
Primer Ministro de Antigua y Barbuda
© Gobierno de Antigua y Barbuda

Este compromiso de alto nivel queda demostrado por la firme colaboración del Gobierno en los programas conjuntos de la ONU, como la mejora de la vida de las mujeres y otros grupos vulnerables y la reducción de los efectos del cambio climático. Por razones como estas, el Gobierno de Antigua y Barbuda agradece enormemente la labor del equipo de las Naciones Unidas en el país. 

 

Hace apenas cuatro años que pusimos en marcha la Iniciativa Conjunta Regional del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana con el fin de empoderar tanto a las mujeres como a los jóvenes en los sectores de las pequeñas empresas agrícolas y pesqueras.

Cómo construir economías sostenibles

Miel de The Tailor’s Daughter, un producto elaborado en Antigua y Barbuda

Podemos identificar algunas áreas de apoyo clave para la construcción de una economía sostenible, como el desarrollo de las capacidades, la resiliencia climática, la energía sostenible y la economía azul. A través de las iniciativas de desarrollo de las capacidades dirigidas específicamente a las instituciones gubernamentales, se pueden reforzar las capacidades institucionales, algo esencial en ámbitos como la gestión sostenible de los recursos y la formulación de políticas. En el núcleo de nuestros esfuerzos para alcanzar los ODS se encuentran unas políticas bien diseñadas e interconectadas que impregnen todos los aspectos de nuestro gobierno.

De cara al futuro, las asociaciones sólidas entre el sector público y el privado pueden facilitar las inversiones tan necesarias en áreas como las instalaciones de energías renovables, los sistemas de suministro de agua y las redes de transporte. Por ejemplo, Antigua y Barbuda, junto con otros miembros de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), necesitan urgentemente y más que nunca disponer de redes de transporte más fiables y que funcionen bien. Estas redes mejorarían significativamente la conectividad, la productividad y el comercio, y probablemente tendrían efectos indirectos positivos sobre el crecimiento económico y la mejora de la vida y los medios de subsistencia de nuestros pueblos.

Es importante señalar que para abordar las difíciles realidades de nuestro tiempo es necesario que los múltiples actores y partes interesadas colaboren entre sí. Los gobiernos, especialmente los de los PEID, no disponen de los recursos necesarios para hacerlo solos. Además, a medida que los PEID alcanzan unos mayores niveles de renta y se gradúan de la ayuda oficial al desarrollo (AOD), se enfrentan a una disminución del acceso a la financiación en condiciones favorables.

Por estas razones, soy un firme defensor del uso del Índice de Vulnerabilidad Multidimensional. Esta herramienta validaría nuestra elegibilidad para la AOD y nuestra necesidad de financiación en condiciones favorables. 

Por último, las organizaciones intergubernamentales como la ONU y sus agencias especializadas también disponen de una amplia gama de conocimientos para contribuir a la consecución de resultados sostenibles. Del mismo modo, el sector privado también necesita la aportación y el compromiso de los gobiernos y las comunidades locales para lograr el máximo impacto. Si alguna vez hubo un momento para actuar juntos, ese momento es ahora.

Espero fervientemente que la cuarta Conferencia de los PEID, que se celebrará en mayo de 2024, tenga un gran éxito y unos resultados positivos que conduzcan a un futuro brillante y sostenible para todos los pequeños Estados insulares en desarrollo.

Aceite de coco Searles, un producto fabricado en Antigua y Barbuda