Cualquiera que sea su lugar de origen, siempre encontraremos materias extrañas en el algodón, sin excepción. Durante los últimos ocho años no se ha descubierto ni una sola remesa que estuviera exenta por completo de contaminantes. Sin embargo, el grado de contaminación de las balas de algodón en rama varía en función de su procedencia. En líneas generales se puede clasificar el algodón de 15 países de origen en 3 grupos – el grupo I con contaminación baja, el grupo II con un nivel de contaminación moderada y el grupo III con un nivel de contaminación alta – como puede verse en el cuadro 2.2.
Todos los países de origen donde el algodón se recolecta a máquina están clasificados en el grupo de los menos contaminados; China es supuestamente el único país de dicho grupo donde el algodón se recolecta a mano.
La contaminación con materia extraña es mayor en los algodones recolectados a mano. El algodón se contamina durante la recolección, el almacenamiento, la manipulación o el transporte del algodón en rama. Una causa importante de contaminación con cintas de plástico es la utilización de sacos de tejido de plástico, como los de fertilizantes, para la recolección y la manipulación del algodón en rama. El resultado de esta práctica es que los algodones recolectados a mano, en general, y los de la India y África, en particular, son descartados en el mercado internacional, a pesar de que los hilanderos prefieren las características de los algodones recolectados a mano porque son más limpios, contienen menos neps, y su contenido de fibras cortas es menor que en el caso de los algodones recolectados a máquina.
También se han observado grandes diferencias a nivel de contaminación entre remesas de algodón del mismo tipo y procedentes del mismo país; aquí son las condiciones del cultivo y el desmotado las que marcan la diferencia.
Los contaminantes más habituales son cabello humano, pelo animal, restos de tejido, trozos de hilo, polipropileno, polietileno, cuerdas de plástico, plumas de aves, piezas de metal, yute, ramio, bambú, cables, caucho, periódicos, envolturas de caramelos, madera, tiras de corteza, malezas, etc. El tamaño de los contaminantes oscila entre el de un fino cabello o una fibra de polipropileno de pocos microgramos de peso, hasta piezas de máquinas desmotadoras que pueden llegar a pesar unos 15 kg–20 kg. En las fotografías de la figura 2.26 podemos ver algunos de los contaminantes más comunes y otros más inusuales encontrados durante el proceso de limpieza a mano.