Una pequeña empresa tunecina se ha propuesto triunfar en la cosmética ecológica
Aprovechando el auge de los productos ecológicos, Bouchra Masrour se ha hecho un hueco en la industria cosmética tunecina. Bouchra cultiva los ingredientes, elabora los productos y los vende. Y ahora, está lista para exportar.
Este es el lema de Bouchra Masrour.
También es la razón por la que dejó una carrera de 18 años en una clínica privada tunecina para embarcarse en una nueva aventura, dando vida así a su pasión por los cosméticos orgánicos.
Bouchra, de origen marroquí, heredó el amor por el cultivo del olivo y el argán. El aceite que se obtiene de los espinosos árboles de argán es un producto típicamente marroquí utilizado para elaborar productos de belleza y de cocina que son una parte esencial de la vida cotidiana de las mujeres de su país natal.
Estos productos son el resultado de tradiciones artesanales milenarias y proporcionan ingresos y cohesión social a las redes de mujeres rurales que los elaboran.
En 2016, tras mudarse a Túnez, Bouchra creó Bahia Cosmetics, que fabrica productos de belleza orgánicos y naturales certificados. Todos los productos están libres de amoníaco y tienen envases respetuosos con el medio ambiente.
«Cuando me di cuenta de que Túnez importaba aceite de argán de Francia, decidí fabricar productos ecológicos certificados a partir de nuestra cosecha local», explica.
Su amor por la naturaleza ha tendido un puente entre su formación científica, sus conocimientos de fitoterapia y su herencia marroquí. El resultado es su marca Bahia Cosmetics.
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Bahia Cosmetics comenzó su andadura con dos empleados y un pequeño taller en un laboratorio certificado.
El laboratorio proporciona las materias primas y Bahia Cosmetics añade sus aceites vegetales y esenciales, elaborados a partir de argán importado de Marruecos y de aceitunas y semillas de higo chumbo cultivadas en Túnez.
Túnez es el primer país del mundo en estandarizar el aceite de semillas de higo chumbo y establecer sus especificaciones técnicas, sus criterios de calidad y su composición.
En cuanto al aceite de oliva, Túnez es el cuarto productor mundial después de España, Italia y Grecia, y produjo unas 350.000 toneladas en la campaña 2019/2020.
El marido de Bouchra es agricultor, y juntos cultivan higos, olivos, lentisco y romero en tierras para producción orgánica certificada de la región de Kairuán, sin pesticidas ni insecticidas.
Para cosechar el romero y la almáciga, la resina del lentisco, la empresa emplea a mujeres locales. Esto le permite mantener las tradiciones a la vez que empodera a las mujeres con puestos de trabajo.
Además, Bouchra pertenece a un grupo de mujeres emprendedoras que trabajan para comerciar a través del Mercado Común para África Oriental y Meridional. Conocido como COMESA, el bloque comercial incluye a 21 países, entre ellos la vecina Libia y el cercano Egipto.
En 2018, Bahia Cosmetics creció y contrató a cinco técnicos de laboratorio y dos agentes de ventas. La empresa dispone de una sala de exposiciones en Kairuán, una ciudad en el desierto del interior del país, así como un punto de venta en la capital, y abastece directamente a varias farmacias.
El sector tunecino de la perfumería y la cosmética podría crecer mucho más si se aprovechara más el potencial agrícola y humano del país. La industria está formada principalmente por empresas pequeñas y dinámicas con una excelente capacidad de innovación.
Sin embargo, el sector se ve obstaculizado por el sistema fiscal nacional y otras barreras.
Bouchra recibió formación del Centro de Comercio Internacional (ITC), en el marco del Proyecto de comercio electrónico para mujeres emprendedoras en Túnez.
«Siempre buscamos mejorar nuestras habilidades. Para nosotros, entrar en el programa del ITC es una gran oportunidad para mejorar nuestros conocimientos y habilidades en marketing digital», afirmó.
«Gracias al programa del ITC, hemos podido desarrollar nuestro propio sitio de comercio electrónico. Ahora podemos vender más productos, nuestra producción ha aumentado y nuestros empleados están muy contentos por tener más ingresos».
La formación también incluyó secciones específicas sobre la creación de planes de negocio, el desarrollo de contenidos y fotografía profesional.
Tras la formación, Bouchra se unió a Little Jenaina e ILEY'COM, dos mercados digitales tunecinos, y contrató a un gestor de comunidades.
Con sus nuevos conocimientos de marketing digital y sus excelentes productos, Bouchra se siente ahora preparada para conquistar los mercados regionales e internacionales.
«Pronto me gustaría abrir una sucursal en Marruecos, por su gran potencial de compra, y luego expandirme a los mercados de los países del Golfo», afirmó.
Para poder entrar en los mercados de los países del Golfo, planea revisar su estrategia de marca para atraer al mercado de lujo.
El Proyecto de comercio electrónico para mujeres emprendedoras en Túnez del Centro de Comercio Internacional aspira a aumentar las exportaciones de las pequeñas empresas dirigidas por mujeres a través de los mercados digitales, un nuevo canal que ofrece oportunidades empresariales innovadoras. El objetivo es crear nuevos empleos para las mujeres y garantizar un desarrollo social y económico más inclusivo y sostenible.