
Transición hacia un futuro ecológico y digital sostenible
El Centro de Comercio Internacional y los Países Bajos colaboran desde los años noventa. He aquí un recuento de lo que representa esta asociación.
Los Países Bajos están aprovechando el poder de la tecnología para impulsar el inmenso potencial agrícola de África.
En colaboración con el Centro de Comercio Internacional (ITC), tendemos puentes entre la tecnología y los agronegocios para incrementar el comercio en aras de un crecimiento económico integrador y sostenible, el respeto de los derechos humanos y la oferta de una alternativa a la migración irregular.
El 70 % de la población africana depende de la agricultura. Al animar a los emprendedores tecnológicos a proporcionar a los agricultores servicios digitales en tiempo real sobre el clima, las semillas, la información de mercados y los precios, así como el acceso a los conocimientos, los servicios y la financiación, ayudamos a crear empleos dignos y a mejorar los ingresos. Con nuestro trabajo con los líderes gubernamentales e institucionales esperamos presentar a las empresas emergentes tecnológicas un entorno más propicio, así como facilitarles un mayor acceso a la formación empresarial, la financiación y la inversión.
Consideramos que esta estrategia es clave para ayudar a los países en su transición hacia un futuro ecológico y digital sostenible.

Los Países Bajos y el ITC son socios desde los años noventa. Desde entonces, hemos aumentado la importancia estratégica de nuestro trabajo desde modelos a pequeña escala de entrega directa hasta cambios sistémicos a gran escala en las políticas, las instituciones empresariales, el sector tecnológico y los pequeños y medianos productores orientados a la exportación.
Con su presencia en Ginebra, el ITC puede conectar sus conocimientos prácticos con la comunidad comercial mundial. Esto es único dentro del sistema de las Naciones Unidas.
El actual programa del Fondo Fiduciario de los Países Bajos V (NTF V) del ITC (2021-2025) incluye los sectores de las tecnologías digitales y los agronegocios en Etiopía, Ghana y Senegal, y el sector de las tecnologías digitales en un proyecto multinacional en Benin, Côte d'Ivoire, Malí y Uganda. Hemos comprobado que basarnos en los anteriores proyectos del ITC es una gran ventaja, ya que el ITC conoce las oportunidades para la intervención, fomenta la colaboración sobre el terreno y evita posibles duplicaciones.
Hasta ahora, el alcance del proyecto es impresionante. A través de los servicios de las tecnofinanzas o la agrotecnología estamos cambiando la vida de millones de personas, ya que trabajamos con empresas que, a su vez, dan servicio a enormes poblaciones, desde pequeños agricultores hasta consumidores urbanos.
Esto se traduce en beneficios tales como una reducción de la producción de residuos y unos mayores ingresos para la gente. En el plano normativo, estamos ayudando a construir los marcos legales para facilitar que las empresas emergentes y los innovadores prosperen.
También nos comprometemos a garantizar que los países productores se beneficien de la legislación de la UE en materia de diligencia debida, sostenibilidad y responsabilidad social corporativa. Por ejemplo, con el NTF V estamos trabajando en la trazabilidad digital en el sector del café en Etiopía y en el del cacao en Ghana para cumplir la futura normativa del mercado de la UE.

Con el desarrollo de las capacidades en los sectores de la tecnología y los agronegocios no sólo estamos garantizando el futuro de miles de puestos de trabajo, sino que también estamos ayudando a los emprendedores a convertirse en escaparates del éxito. Por tanto, los gobiernos tendrán pruebas de que las pequeñas empresas pueden hacer crecer la economía, mientras que las instituciones financieras verán que con el apoyo los emprendedores pueden crear una cantera de futuros clientes.
En el futuro seguiremos enfrentándonos a diversos desafíos. Hacen falta más infraestructuras, competencia digital, una cobertura de Internet mejor y más barata y una normativa más favorable a la creación de empresas emergentes.
Además, se necesita más apoyo para aumentar la capacidad y la confianza necesarias para que los pequeños agricultores adopten los servicios digitales. Necesitamos que todos los actores, desde las empresas privadas, el gobierno, los inversores, las ONG, el sector educativo, remen en la misma dirección.
La idea no es sólo hacer que la tecnología sea más competitiva, sino ayudar a que la tecnología contribuya a la solución de los problemas críticos de hoy y del futuro: la seguridad alimentaria y la reducción de la brecha digital.