


Tejiendo el futuro en Burkina Faso
Cómo la colaboración está transformando las tradiciones textiles en África
Los tejidos artesanales son algo más que simples telas: son portadores de historias de generaciones, encarnan el patrimonio cultural y crean medios de vida sostenibles. En una época dominada por la producción en serie, la colaboración entre Andrea Lennon, fundadora de The Corner en Bélgica, y los artesanos del algodón de Burkina Faso es un ejemplo de cómo la artesanía puede prosperar en el mercado mundial sin perder su autenticidad.
Sarah Charles conversó con Andrea y cuatro artesanos del algodón de Burkina Faso: Bonkana Maïga, teñidor; Dakuyo Mabourou, tejedor; Lankoandé Madama, hilandera; y Yacoro Karfa, director de CABES Gie, una red de 2400 artesanos de algodón orgánico de Burkina Faso, que comparten su visión sobre su asociación, los retos y oportunidades de la artesanía africana y cómo las colaboraciones internacionales pueden fomentar una economía creativa más integradora y sostenible.
La entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.

Andrea, ¿qué le llevó a trabajar con artesanos africanos para The Corner?
Siempre he seguido mis instintos y emociones a la hora de seleccionar materiales y técnicas. Hace unos ocho años, descubrí los tejidos Bogolan* en París y me cautivaron. Decidí explorar la producción artesanal en Malí, pero me encontré con problemas de consistencia y fiabilidad. Finalmente, a través de la Iniciativa Moda Ética del ITC, descubrí a CABES en Burkina Faso y nuestra colaboración floreció.
La artesanía africana tiene una sensibilidad y una singularidad que resuenan profundamente en mí. Es esencial elevar el trabajo artesanal para contrarrestar la abrumadora presencia de la producción en masa. Apoyar a los artesanos significa mantener estas habilidades para las generaciones futuras. En Europa, muchos oficios tradicionales ya han desaparecido. Debemos apreciar los objetos hechos a mano que tienen un valor real, en lugar de los producidos en serie que se desechan fácilmente.
¿Cuáles son los retos para integrar estos textiles en sus colecciones?
El mayor reto sigue siendo la fijación de precios. Naturalmente, los productos hechos a mano son más caros que los producidos en masa. Los consumidores europeos están acostumbrados a la decoración de bajo coste, por lo que es necesario mostrarles el valor del trabajo artesanal.
Otra cuestión es el uso de tintes naturales. A diferencia de los tintes químicos, los tintes naturales son ecológicos y sostenibles, pero requieren una manipulación cuidadosa para mantener la uniformidad del color.
* El «bogolan» es un tejido de algodón hecho a mano y teñido tradicionalmente con barro fermentado originario de Malí y que se utiliza en Burkina Faso, Côte d'Ivoire, Guinea y Senegal.
¿Puede describir el proceso de fabricación textil y los retos a los que se enfrenta?
Lankoandé Madama (hilandera): El hilado es un proceso complejo. Tradicionalmente, las mujeres de Burkina Faso hilan el algodón a mano con un huso. Esta técnica es bella, pero ineficaz, ya que es muy lenta, por eso aprendimos a utilizar la rueca. Trabajo con un colectivo de 40 mujeres que producen hilo de algodón 100 % orgánico. Nuestro mayor reto sigue siendo el acceso a los mercados. Necesitamos compradores fijos para mantener nuestra producción.
Dakuyo Mabourou (tejedor): Provengo de la región de Boucle du Mouhoun, de la ciudad de Nouna. Tejer es un oficio generacional en mi familia, que se remonta a mis antepasados. Me siento cerca del suelo y utilizo un telar tradicional para crear diseños. El proceso de tejido consiste en remojar el hilo durante 24 horas para ablandarlo antes de estirarlo en el telar. Aunque me encanta mi oficio, los compradores modernos a menudo exigen uniformidad, esperando que los tejidos hechos a mano parezcan de fábrica. Cada pieza es única y refleja la habilidad y creatividad del artesano.
Bonkana Maïga (teñidor): Trabajo con tintes naturales obtenidos de plantas, raíces, hojas, frutos e incluso arcilla rica en hierro de los arrozales. Crear colores como el añil oscuro o los marrones cálidos requiere mucha paciencia. A diferencia de los tintes químicos, que dan resultados inmediatos, el teñido natural es un proceso gradual y por capas. No hay dos lotes iguales, por lo que cada tejido es distinto.
¿Qué impacto ha tenido en su comunidad la colaboración con The Corner y el ITC?
Yacoro Karfa (director, CABES): La asociación ha sido transformadora. Garantiza unos ingresos justos a los artesanos, que pueden así mantener a sus familias, pagar la educación de sus hijos y acceder a la sanidad.
Nuestra colaboración refleja el valor de una cadena de suministro totalmente local, que abarca desde el cultivo del algodón hasta el hilado, el tejido, el teñido y el acabado.
Andrea, ¿cómo selecciona a los artesanos y cómo mantiene el control de calidad?
Trabajo en estrecha colaboración con CABES, que se encarga de supervisar la calidad y de seleccionar a los artesanos. Los tejidos deben cumplir normas estrictas, respetando al mismo tiempo la integridad creativa de los artesanos. Valoro la singularidad de cada pieza, por lo que acepto las ligeras variaciones como parte del encanto de lo hecho a mano.
¿Cuáles son los mayores retos para vender estos productos en Europa?
Los precios y las expectativas de los consumidores. Los tejidos hechos a mano no están estandarizados como los producidos en fábrica. Mis clientes aprecian esta singularidad, pero el mercado en general aún tiene que entender por qué los productos artesanos tienen un precio más alto. Sin embargo, cada vez más consumidores reconocen la importancia de la sostenibilidad y el abastecimiento ético, lo que resulta prometedor.
¿Cómo puede la artesanía africana posicionarse como producto de primera calidad a escala internacional?
La clave es adaptarse sin perder autenticidad. Por ejemplo, mientras que los tejidos tradicionales de bogolan suelen presentar colores vivos, descubrí que los clientes europeos prefieren las paletas neutras, de tonos tierra.
Ajustando las combinaciones de colores y las aplicaciones, por ejemplo, creando piezas de decoración para el hogar, como fundas de cojines y colchas, hacemos que las técnicas tradicionales resulten más atractivas para los interiores modernos. El objetivo es hacer evolucionar la tradición conservando su esencia.
Andrea, ¿qué proyectos tiene previstos con los artesanos de Burkina Faso?
Estamos ampliando nuestra colaboración para explorar nuevas técnicas de teñido y diseños de productos. También estoy comprometida con encontrar mercados adicionales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los artesanos.
Queremos seguir innovando sin dejar de lado los métodos tradicionales.
¿Cómo ven ustedes, como artesanos, la evolución de la artesanía local a través de estas colaboraciones?
Bonkana Maïga: Nuestras tradiciones son sagradas, pero siempre estamos aprendiendo y evolucionando. Colaborar con Andrea nos ha animado a experimentar con nuevos colores y técnicas que, en ocasiones, también incluimos en nuestros productos para el mercado local. Gracias a estas asociaciones, nuestro oficio permanece vivo y relevante para las nuevas generaciones.
Yacoro Karfa: Gracias a las colaboraciones internacionales, obtenemos nuevas perspectivas y ampliamos nuestros mercados. El mundo está empezando a apreciar el valor de la artesanía hecha a mano, y estamos orgullosos de formar parte de este movimiento.

La colaboración entre The Corner, en Bélgica, y los artesanos del algodón de CABES, en Burkina Faso, se lleva a cabo en el marco de la Iniciativa Moda Ética del Centro de Comercio Internacional (ITC). Cuenta con el apoyo del programa ACP Business-Friendly, puesto en marcha por Alianzas para la Acción y la Iniciativa Moda Ética del ITC, y financiado por la Unión Europea y la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico. El programa ACP Business-Friendly ha proporcionado ruecas y formación para mejorar la eficiencia, la productividad y los ingresos de las comunidades de tejedoras, formando a más de 700 mujeres en todo el país.