Prosperar en lugar de sobrevivir: la pequeñas empresas en entornos frágiles
Por qué las pequeñas empresas y el comercio son importantes en los entornos frágiles provocados por conflictos, y el enfoque adaptado del ITC
Las pequeñas empresas son los pilares de la resiliencia y la prosperidad en todo el mundo. En las regiones asoladas por la fragilidad y los conflictos, las pequeñas empresas desempeñan un papel aún más importante, ya que son las que proporcionan bienes, servicios y empleo esenciales. Mientras que las grandes empresas suelen suspender sus operaciones o deslocalizarse, las pequeñas empresas locales permanecen activas, con lo que atraen la tan necesaria inversión del sector privado y sientan las bases de una estabilidad económica y social a largo plazo.
El comercio desempeña un papel importante en el mantenimiento de las economías y los medios de subsistencia de las poblaciones vulnerables y otras afectadas por la fragilidad y los conflictos.
¿Por qué? En la mayoría de las crisis prolongadas, los mercados siguen funcionando, aunque las condiciones no sean las ideales.
Además, cuando los mercados nacionales pueden verse distorsionados o restringidos, los mercados vecinos suelen volverse más dinámicos con la afluencia de personas y empresas.
El apoyo y la promoción de las pequeñas empresas y su participación en el comercio internacional pueden, por tanto, contribuir a estabilizar las regiones y fomentar la coexistencia pacífica. Sin embargo, habida cuenta de los diversos factores que impulsan la fragilidad y de cómo la experimentan las empresas, el despliegue de un enfoque único para apoyar a las empresas no sólo es poco práctico, sino que también puede ser contraproducente.
La intersección crítica de la fragilidad, el conflicto y el comercio, en el que surge el nexo entre la acción humanitaria, el desarrollo y la paz, no recibe suficiente atención. Las medidas tradicionales de seguridad y desarrollo, por sí solas, no bastan para ayudar a las sociedades a recuperarse y a aumentar su resiliencia. Por ello, las nuevas soluciones deben conectar las asociaciones entre el sector público y el privado y permitir que el sector empresarial desempeñe un papel proactivo.
A menudo, la comunidad mundial sigue atrapada en una mentalidad binaria, que considera la ayuda humanitaria a corto plazo para salvar vidas y las intervenciones de desarrollo complejas a largo plazo como fuerzas opuestas.
El nexo, que aboga por reforzar la coherencia entre los esfuerzos humanitarios, el desarrollo y la paz, requiere de cambios estructurales en lo que respecta al qué, al dónde, al cómo y a quién presta la ayuda.
Sin enfoques innovadores para abordar la fragilidad, los conflictos y la violencia, la comunidad mundial no podrá alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
El Centro de Comercio Internacional (ITC) se encuentra en una posición privilegiada para contribuir al nexo entre la acción humanitaria, el desarrollo y la paz y para abordar las limitaciones específicas del contexto en entornos frágiles afectados por los conflictos, ya que facilitamos que las pequeñas empresas prosperen, en lugar de limitarse a sobrevivir.
El ITC lleva mucho tiempo trabajando en entornos frágiles provocados por los conflictos, abordando tanto las causas profundas como las consecuencias de los estos a través de varias iniciativas en países que van desde Iraq y Afganistán hasta Kenya y Pakistán, pasando por Rwanda y Sudán del Sur, Ucrania y muchos más. Entre ellas, la iniciativa Comercio para los Refugiados destaca como un esfuerzo clave para empoderar a las comunidades desplazadas y promover la resiliencia económica en algunos de los entornos más difíciles.
Basándose en los éxitos de estas iniciativas, el ITC aborda ahora los complejos retos del comercio en regiones frágiles y afectadas por conflictos a través de una nueva unidad especializada, la Unidad de Desarrollo de Mercados Sensibles a los Conflictos.
La función de esta nueva unidad es estructurar las lecciones aprendidas y garantizar que el ITC siga siendo apto, desde el punto de vista técnico y operativo, para apoyar a las pequeñas empresas que comercian en el plano internacional a pesar de encontrarse en un entorno frágil afectado por un conflicto. El siguiente planteamiento nos ayudará a diseñar actividades adaptadas a cada contexto particular:
1. Abordar la fragilidad en múltiples niveles
Las intervenciones en los niveles macro y micro deben ir de la mano, como muestra el informe insignia del ITC, Perspectivas de competitividad de las PYMES de 2023. Es fundamental restablecer la capacidad del Estado y del ecosistema empresarial para desempeñar sus funciones y hacer frente a los riesgos, al tiempo que se refuerza la capacidad de las empresas para hacer frente al estado de fragilidad imperante.
Para construir o restaurar la capacidad estatal, los esfuerzos deben centrarse en crear un entorno más propicio para el comercio y la inversión, por medio del fomento de la estabilidad y el crecimiento económico a largo plazo. Esto incluye defender y apoyar la facilitación del comercio, la facilitación de la inversión y un entorno empresarial propicio a través de servicios de asesoramiento a los gobiernos e iniciativas internacionales relacionadas con el comercio, como el Programa de Comercio para la Paz.
Las pequeñas empresas también necesitan ayuda específica para ser más resilientes a los numerosos choques que engendran la fragilidad y los conflictos. Los programas de apoyo deberían abordar sus retos específicos a la hora de operar, crear conexiones sólidas en el ecosistema empresarial y adaptarse a los cambios repentinos de los mercados.
Este apoyo debería incluir el acceso a financiación, la asistencia técnica y el desarrollo de capacidades, y centrarse en los sectores resilientes ante los conflictos con un fuerte potencial de crecimiento, como la agricultura, las energías renovables y los servicios digitales.
2. Aumentar las oportunidades para las mujeres y los jóvenes
La desigualdad de género, los conflictos y la fragilidad están inextricablemente unidos. En los escenarios afectados por conflictos, las cuestiones relacionadas con el género exigen una atención especial. Por otra parte, los jóvenes son cruciales para la consolidación de la paz y la reconstrucción. Las intervenciones inclusivas deben guiarse por un enfoque de «no hacer daño», garantizando que no se exacerben las tensiones o desigualdades existentes.
3. Aprovechar las soluciones digitales para superar los retos físicos
La inversión en soluciones de comercio digital y su promoción puede facilitar que las pequeñas empresas de las regiones frágiles puedan acceder a los mercados, incluso con la existencia de infraestructuras dañadas y restricciones de circulación. Esto incluye el apoyo a plataformas de comercio electrónico, los servicios financieros digitales y las oportunidades de aprendizaje a distancia, todo ello dentro de un marco que sea sensible a los conflictos y adecuado al contexto. Un apoyo ágil a los proyectos y unos instrumentos de financiación flexibles son esenciales para adaptar estas soluciones a entornos que cambian rápidamente.
4. Fortalecimiento de las asociaciones en el nexo entre ayuda humanitaria, desarrollo y paz
El nexo entre la acción humanitaria, el desarrollo y la paz exige una mayor colaboración con las organizaciones internacionales, los gobiernos locales y las ONG, para crear estrategias integradas que combinen la ayuda humanitaria inmediata con objetivos comerciales y de desarrollo a largo plazo. La participación en los Equipos de País de la ONU, en los Marcos de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y en otros marcos nacionales es crucial.
Un apoyo eficaz del sector privado se basará en el aprovechamiento de los enfoques de desarrollo de los sistemas de mercado y de gestión adaptativa basados en sólidos conocimientos locales, oficinas sobre el terreno y capacidad operativa, ya sea directamente o a través de asociaciones con los actores internacionales pertinentes.
El ITC se enorgullece de liderar el diseño de un conjunto de herramientas esenciales para la colaboración entre agencias con el fin de apoyar el crecimiento impulsado por el comercio y las pequeñas empresas en entornos frágiles y afectados por conflictos. Únase a la conversación inscribiéndose en la próxima Semana de la Paz en Ginebra.