Las mejores prácticas de promoción del comercio
El núcleo de los debates versó sobre las formas en que las OPC y las instituciones de apoyo al comercio pueden innovar y compartir las mejores prácticas para mejorar las prestaciones, generar mejores resultados en la realización del programa y seguir siendo pertinentes para clientes y demás partes interesadas. Una de las principales preocupaciones planteadas en la conferencia fue la capacidad de las OPC de medir el propio desempeño y cotejarlo con las homólogas de otros países. Una solución de ese problema es el Programa de evaluación comparativa del ITC que ofrece una plataforma donde dichas organizaciones pueden evaluarse respecto a las mejores prácticas, lo que les permite detectar y mejorar sus puntos débiles. En la Conferencia también se dieron a conocer las conclusiones del proyecto piloto de evaluación comparativa, iniciado en 2011 y en el que se identificaron las esferas a mejorar: comunicaciones internas, interacción y participación con las partes interesadas y socios estratégicos, y medición efectiva de los resultados. En términos de puntos fuertes, se destacan muy buenas competencias en las esferas de gobierno y rendición de cuentas.
Otro debate giró en torno de la identificación y explotación de nichos de mercado. Las políticas institucionales pueden incidir en la decisión del portafolio de clientes de las OPC, pero las pruebas muestran que promover esos sectores puede aportar los resultados deseados. Por ejemplo, en Bangladesh, los jóvenes generan negocios, pues su dominio de la tecnología de la información y las comunicaciones les permite utilizar la colaboración masiva en línea y en Malasia se están creando nuevos mercados mediante el desarrollo y la promoción de la industria halal.
Asimismo, en la Conferencia se consideró la capacidad de responder a las crisis con rapidez y eficiencia. Lo ideal sería que las OPC prepararán y adoptarán planes de contingencia que les permitieran hacerlo sin el impedimiento de largos procesos burocráticos y mantener el contacto con clientes y demás partes interesadas en épocas de crisis. Además, hubo debates sobre la promoción de productos verdes y, por lo general, se estuvo de acuerdo en que hace falta voluntad política para que las industrias verdes crezcan orgánicamente y que establecer normas en la materia es una solución más viable y sostenible que la intervención estatal en lo que se refiere al crecimiento verde.
Transformación de Malasia
Malasia inició un programa de transformación económica que incluye iniciativas gubernamentales para que sea un país desarrollado de aquí a 2020. El nuevo modelo económico tiene por objetivo promover el crecimiento, la innovación y la inclusividad, además de abarcar 12 esferas clave de la economía nacional que son inherentes al desarrollo económico de Malasia. MATRADE, la organización de promoción del comercio malasio, ajustó su estructura organizativa a los principales indicadores de desempeño para apoyar el programa gubernamental.
En 2011, MATRADE inició su reestructuración institucional para convertirse en una organización más centrada en los sectores; la nueva estructura permite canalizar recursos y actividades en aquellos que generan exportaciones de alto valor con arreglo al programa de transformación económica. MATRADE también emprendió un plan quinquenal de estrategia empresarial destinado a mejorar los procesos operacionales y las principales esferas de negocios, definiendo medidas para abordar las carencias.
Además, se elaboró un plan estratégico de TIC para aprovechar la tecnología a la que MATRADE tiene acceso e incorporar soluciones y productos innovadores. En 2012, se puso en marcha la aplicación MATRADE móvil que permite a los clientes usar teléfonos móviles para acceder a ofertas de transacciones comerciales, alertas de mercado, estudios de mercado, estadística de comercio y listas de eventos. Otra iniciativa es la circulación de What’s New, publicación de MATRADE en formatos electrónico e impreso, en la que se presentan productos innovadores de empresas malasias y empresas extranjeras que podrían ser compradoras potenciales y empresas nacionales de importación, incluidos los centros internacionales de contratación de Malasia. Estas iniciativas apoyan la transformación económica del país y también intervienen en la consecución de la meta final de MATRADE: ser una OPC fiable, centrada en los clientes y generadora de valor.