


ITC Impact: Perú
Los actores de la industria del Perú esperan que las ventas de sacha inchi, una planta tradicional rica
en nutrientes, a los Estados Unidos alcancen los $EE.UU. 2,5 millones en 2015, cuando desaparezca un importante obstáculo al comercio en su mayor mercado de exportación.
En septiembre, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos aprobó una solicitud
presentada en nombre de los exportadores peruanos con el apoyo del ITC y clasificó el aceite de
sacha inchi como un producto generalmente reconocido como seguro ("Generally Recognized As
Safe", GRAS). Este hecho fue un hito en la exportación de grandes cantidades de productos
alimentarios a los Estados Unidos. Las exportaciones a los Estados Unidos actualmente rondan los
$EE.UU. 500.000 anuales.
"Al menos cinco importadores estadounidenses estaban esperando el certificado GRAS para cerrar
contratos con nosotros", comenta Juan Manuel Benavides, director de Amazon Health, una
exportadora de ingredientes naturales.
"El mercado estadounidense de ingredientes es enorme, pero para poder hacer uso de los
ingredientes es necesario contar con la clasificación GRAS", explica Miguel Navarro, gerente
de operaciones de Agroindustrias Osho, otra empresa exportadora de la región.
El sacha inchi, también llamado cacahuete o maní inca, es una planta rica en proteínas y ácidos
grasos que se cultiva y cosecha en el departamento peruano de Amazonas, incluida la zona de San
Martín, donde el sacha inchi proporciona ingresos en efectivo a más de 1.200 familias de productores.
Casi un cuarto de la población del Perú vive en la pobreza, y alrededor del 90% de ella habita en áreas con un gran diversidad biológica. Mejorar la posición del mercado e incrementar las ventas de productos derivados de la diversidad biológica es una oportunidad única para mejorar las condiciones de vida de los agricultores y cosechadores de estos productos.
"El comercio de productos derivados de la diversidad biológica ofrece un medio sostenible para reducir la pobreza", comenta Alex Kasterine, director del Programa de Comercio y Medio Ambiente del ITC. Según Kasterine, el comercio de productos derivados de la diversidad biológica nacional tiene el potencial de generar durante la próxima década 250.000 empleos nuevos para las comunidades rurales.
En el Perú, el ITC ha prestado apoyo a nueve exportadores de ingredientes naturales de origen sostenible, incluido el sacha inchi y el aguaymanto (o uchuva), una fruta originaria de América del Sur. Las empresas recibieron información sobre el estado y las oportunidades del mercado internacional. "Se identificaron ventajas comparativas y competitivas y se cuantificó el mercado. Esa información es muy valiosa", comenta Pedro Martinto Housman, CEO de Villandina.
Más ingresos para exportadores y agricultores
El ITC ayudó a las empresas y a sus proveedores del sector agrícola a obtener certificados de
comercio justo. "Se abre un nuevo mercado ante nosotros: el mercado de comercio justo al que hasta
ahora no habíamos tenido acceso", comenta Martinto. "Podemos ofrecer pagas más altas a los
cultivadores", lo que a su vez mejora la sostenibilidad de la demanda, explica. Las nueve empresas
que trabajan con el ITC compran a más de 10.000 proveedores de las regiones de Andes y Amazonas.
"El dinero que obtenemos de la venta del aguaymanto lo usamos para educar a nuestros hijos,
proporcionarnos salud y vestimenta, y alimentarnos", explica Humberto Durand Chuquimango, uno de
los 187 cultivadores de aguaymanto que recibieron formación sobre prácticas de comercio justo y
crecimiento sostenible.
Las pymes también recibieron ayuda para participar en ferias internacionales, donde pueden exponer
sus productos, demostrar sus beneficios nutricionales y establecer contactos con compradores
potenciales. Esta ayuda fue particularmente importante para el sacha inchi, poco conocido fuera del
Perú, "así que hay aún mucho trabajo que hacer, y participar en estas ferias es una gran oportunidad",
comenta Carolina Sánchez, gerente de ventas en Shanantina.
Mientras negociaban con posibles clientes en las ferias, los exportadores se dieron cuenta de que
convencer a los compradores acerca de las cualidades nutricionales de sus productos no era
suficiente para cerrar acuerdos: sin la clasificación GRAS, las empresas alimentarias no iban a estar
dispuestas a usar sus productos como ingredientes. Como respuesta a ello, el ITC, en colaboración
con los organismos gubernamentales Promperu y Perubiodiverso, acordó facilitar la solicitud del
certificado GRAS, que implicaba labores tanto científicas como jurídicas. Después de un proceso de
aprobación de siete meses, en septiembre de 2014 se expidió el certificado. El aceite de sacha inchi
se puede utilizar actualmente en barras de granola, cereales, chocolates, y grasas y aceites para
caldos y salsas, entre otros productos.
"Se abre la puerta a su uso generalizado como un ingrediente básico en la industria alimentaria que
puede despertar el interés de empresas como Nestlé, Unilever, Procter & Gamble y PepsiCo", comenta Guadalupe Amésquita, oficial de comercio sostenible en Promperu.