Invicta empodera a los refugiados para reescribir su futuro
Conozca a Eden Tadesse, la fuerza impulsora detrás de Invicta.
La activista de derechos humanos y emprendedora fundó la galardonada plataforma digital que da a los refugiados y desplazados internos la oportunidad de mejorar sus perspectivas económicas, y no se limita a poner en contacto a los refugiados con las oportunidades de trabajo.
Como agente del cambio, esta etíope de 27 años quiere contribuir a dar forma a la política laboral y de refugiados para que las personas puedan curarse de sus traumas, integrarse mejor en la sociedad y asegurarse un medio de vida digno.
Lea a continuación la inspiradora historia de Eden.
Eden Tadesse dice que en Berlín vive tres vidas: una como estudiante de políticas, otra como activista de derechos humanos y una última como emprendedora digital que traspasa fronteras. Su trayectoria hasta convertirse en una portavoz de los refugiados a nivel mundial es poco menos que increíble.
Criados en los suburbios de Addis Abeba, Eden y sus 11 hermanos se sintieron muy afortunados de poder asistir a la mejor escuela del país gracias al trabajo de su padre como contable allí. Sin embargo, ver la pobreza y la crisis de los refugiados de primera mano, mientras compartía aula con niños de entornos más acomodados, dejó una gran huella en la polifacética referente intelectual.
La razón por la que se sentía empoderada tenía mucho que ver con sus padres y su educación. Su padre, feminista, se aseguró de que sus hijos, en su mayoría niñas, tuvieran confianza en sí mismos y éxito en un mundo a menudo patriarcal. Insistió en que todos hicieran voluntariado cada verano, probaran tantas actividades deportivas e idiomas como fuera posible y ganaran su propio dinero desde muy pronto.
«Era duro, pero agradezco mucho su enfoque holístico. Me enseñó mucho».
Cuando Eden cumplió 14 años, necesitaba encontrar un trabajo si quería tener algo de dinero extra. Un profesor la puso en contacto con un sacerdote de una iglesia local que necesitaba una página web.
«Recurrí a Internet, que me hizo económicamente independiente a los 17 años».
Como hija mediana, Eden también disfrutó de bastante libertad, explica. Así conoció a los refugiados que habían sido reubicados por el gobierno en el distrito en el que vivía. Rápidamente, se convirtieron en unos miembros de la familia para ella.
«Hablando con ellos, me di cuenta de lo injusto que era todo. Vi todo el talento que tenían, pero aun así no conseguían trabajo. Por aquel entonces, no existía una ley integral para que los refugiados se integraran en la sociedad, algo que afortunadamente cambió en 2019. Sentí que tenía que intervenir y ayudarles».
Gracias a su aptitud para el mundo digital, Eden y el emprendedor sirio Qussai Maklad tuvieron la idea de Invicta.
«Invicta aborda las complejas necesidades de los refugiados en todo el mundo y se centra en su empoderamiento para que sean autosuficientes y resilientes. En lugar de limitarse a proporcionar ayuda en forma de alimentos, refugio y dinero en efectivo, Invicta les proporciona las herramientas y los recursos que necesitan para reconstruir sus vidas y convertirse en miembros activos de sus comunidades».
Esta plataforma de desarrollo profesional no sólo conecta a los refugiados con oportunidades de trabajo a distancia, sino que ofrece formación para el desarrollo de sus habilidades, apoyo en materia de salud mental, varios cursos de alfabetización financiera, el acceso a subsidios para la creación de empresas y la inscripción en programas de pago por móvil. También ofrece pruebas certificadas de idiomas (inglés, árabe, francés) y una comunidad mundial para la colaboración intercultural y la verificación de las competencias técnicas.
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Aunque Invicta tiene su sede en Etiopía, presta apoyo a refugiados en 96 países de todo el mundo, con más de 38.500 refugiados y jóvenes desplazados internos inscritos. Desde que crearon su academia de aprendizaje Nakwish, más de 9000 refugiados de 19 países de África y Oriente Próximo se han inscrito y han completado cursos en línea. Hasta ahora, Invicta ha ayudado a casi 3200 refugiados a encontrar un empleo significativo en línea, un número que sigue creciendo gracias a los subsidios e inversiones.
Gracias a esta financiación, Invicta lanzó este año un programa piloto en el que Eden había trabajado durante el último año y medio: un programa de incubadoras para mujeres que se pondrá a prueba en Kenya y Jordania. «La convocatoria de candidaturas ha tenido mucho éxito. Hemos recibido más de 110 solicitudes. Ahora seleccionaremos a las 50 mujeres que más necesitan nuestro apoyo».
Pero el trabajo y los éxitos que está consiguiendo a través de su aplicación no son suficientes para Eden. La ganadora del Goalkeepers Global Goals Award y del Premio Youth Innovator de la Unión Africana tiene ambiciones aún mayores que seguir haciendo crecer a Invicta. En la actualidad, al estar afincada como estudiante en Berlín, Eden ha sido llamada para hablar con políticos de todo el mundo sobre cuestiones de migración, también en Alemania.
«Me gustaría unirme al gobierno alemán para dar forma al futuro de la migración laboral y la justicia climática (que están profundamente vinculadas entre sí), así como a la elaboración de políticas digitales».
Como con todo lo que ha hecho en su vida hasta ahora, Eden aceptará el fracaso, seguirá aprendiendo y actuará con pasión y convicción como estudiante, activista, emprendedora y, tal vez, futura encargada de formular políticas.
Eden Tadesse es miembro de la Ye! Community del Centro de Comercio Internacional, donde encontró un mentor. Al traer emprendedores a la plataforma, Eden se convirtió en un miembro activo mientras el ITC la apoyaba para establecer Invicta y elevar su perfil público. También fue una de las finalistas de los Premios Youth Ecopreneur del ITC en 2023.