Gestión basada en los resultados
A pesar de la actual crisis económica, hay cada vez más indicios de que el comercio continúa siendo uno de los factores principales para el desarrollo económico y social. Por esta razón, la asistencia técnica relacionada con el comercio (ATRC) es más importante que nunca. No obstante, se espera de los proveedores de ATRC, entre ellos el ITC, que demuestren resultados más tangibles; y los beneficiarios desempeñan un papel cada vez más importante a la hora de determinar el tipo de ayuda que reciben.
Esto supone dos desafíos importantes. En primer lugar, el dinero público
empieza a escasear y la opinión pública está comenzando a ejercer más presión
sobre el gobierno para que lo invierta en productos o servicios útiles y bien
gestionados. Ya no se volverán a proporcionar servicios sin tener en cuenta los
efectos que éstos pueden tener. De hecho, toda agencia que proporcione ATRC
deberá demostrar sus logros si desea sobrevivir. Las agencias de desarrollo ya
no son aquellas agencias expertas que actúan por cuenta propia; a día de hoy,
deben trabajar con y para los beneficiarios de los países en
desarrollo. La creciente implicación en los objetivos de la asistencia técnica
en materia de comercio se está convirtiendo en una tendencia importante en los
países receptores.
El segundo desafío consiste en continuar proporcionando apoyo relevante de gran calidad, así como una participación productiva con los beneficiarios. La capacidad de absorción de los beneficiarios siempre es un riesgo; de ahí la importancia de apoyarles durante la creación, puesta en marcha y evaluación de los proyectos de ATRC.
La puesta en práctica de una gestión basada en los resultados (GBR) es parte de la solución. La GBR se podría definir como ‘actuar con el objetivo en mente’. Durante la fase de planificación, asegura que se incluyan las partes interesadas y que se encuentren soluciones para problemas reales. Poner en práctica una GBR significa posicionar los resultados deseados en el punto de mira a la hora de diseñar actividades (por ejemplo, en el marco lógico), coordinar los recursos y el tiempo consecuentemente (por ejemplo, un plan de trabajo), y calcular el progreso mediante métricas objetivas (por ejemplo, indicadores).
Durante la aplicación de un proyecto, la GBR se ocupa de hacer un seguimiento de su progreso. Permite adaptarse a los cambios, si las cosas no marchan de acuerdo a lo planeado, y facilita la demostración de resultados. La información generada a través de los indicadores debe ser significativa, a fin de obtener una visión sobre experiencias pasadas y permitir un ajuste periódico. Para poder poner en práctica una GBR de forma eficaz, los gestores necesitan ser autónomos y estar convencidos de que este enfoque puede mejorar su trabajo. El peligro reside en permitir que la GBR se ponga en práctica como un mero ejercicio de contabilidad para satisfacer los requisitos burocráticos.
La GBR depende de la adherencia de las partes interesadas al sistema. Entre los factores clave para el éxito, se encuentran la importancia del liderazgo y la creación de una cultura de cambio a través de la formación y los incentivos. El cambio cultural que lleva consigo la GBR no debería verse solamente como un ejercicio interno. Representa la clave para una interacción más equilibrada y productiva con los beneficiarios.
Puesto que el ITC tiene una presencia limitada en los países receptores, las instituciones de apoyo al comercio (IAC) desempeñan un papel vital a la hora de generar un efecto multiplicador entre las empresas y los responsables de la toma de decisiones a nivel nacional. Por lo tanto, es posible esperar grandes beneficios si se aumenta la capacidad de las IAC en los países receptores, y si se apoya la implicación nacional a través de sistemas GBR. A fin de poner en práctica la GBR, se puede capacitar a una gran red de IAC aliadas. Esto contribuye a proporcionar la base para establecer responsabilidades y objetivos comunes, así como un diálogo continuo, necesario para adaptar las actividades a las necesidades cambiantes de los beneficiarios. Este es el motivo por el que formar a las IAC y mejorar su capacidad de creación, seguimiento y evaluación de proyectos de ATRC constituye un paso fundamental para conseguir una gestión basada en los resultados.
Al final, los desafíos a los que se enfrenta la Ayuda para el Comercio sólo pueden tratarse poniendo en práctica una GBR, por lo que es necesario incrementar la capacidad de participación de los beneficiarios.