Empoderamiento económico de las mujeres en Barbados
formadas y contribuyen más a su economía y sociedad
El Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2015: Trabajo al servicio del desarrollo humano' examina los vínculos que se dan entre el trabajo y el desarrollo humano. El concepto de trabajo es más amplio que el de empleo y puede ser un medio para contribuir al bien social, a la reducción de la desigualdad, a los medios de vida y al empoderamiento de las personas.
Esta descripción del IDH recoge la importancia de las estrategias adoptadas por los distintos gobiernos de Barbados tras su independencia, así como su eficacia, especialmente en lo que se refiere al empoderamiento de las mujeres. Las mujeres han recibido formación de calidad, lo que ha hecho posible que consigan un empleo decente y se beneficien del mismo.
El éxito de estas estrategias de empoderamiento queda reflejado en el estado actual del país, como se muestra en las clasificaciones del IDH.
El informe describe la situación de las mujeres y los hombres en una serie de índices.
- Barbados ha sido clasificado como un país de la categoría de desarrollo humano alto y se encuentra en el tercio superior de los 188 países estudiados.
- El índice de Desarrollo de Género (IDG) mide la desigualdad de género a la hora de alcanzar las tres dimensiones básicas del desarrollo humano: sanidad, educación y control de los recursos económicos. En 2014, el IDG para las mujeres de Barbados era de 0,791, en comparación con el 0,777 para los hombres.
- En Barbados, el 89,5% de las mujeres adultas ha completado la educación secundaria, en comparación con el 87,7% de los hombres. La participación de las mujeres en la fuerza laboral es del 65,9% mientras que la de los hombres es del 76,6%.
Estos ejemplos del IDH son la prueba del empoderamiento de las mujeres de Barbados. Si bien se pueden acuñar múltiples definiciones al término 'empoderamiento', aquí se define como 'un proceso por el cual aquellos que no tienen poder o este se les ha abatido obtienen un mayor control sobre los recursos y la toma de decisiones'. El Informe sobre Desarrollo Humano en Bangladesh – Empoderamiento de las Mujeres (PNUD 1994) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ofrece una definición muy similar.
En el caso de Barbados, se ha invertido un número significante de recursos en educación, sanidad y servicios sociales. Y estos están a disposición de todos los ciudadanos. Desde su independencia hace 50 años, las mujeres han sacado provecho de dichos servicios y los beneficios han quedado demostrados arriba.
Gracias a estas políticas, las mujeres obtienen el mismo salario por el mismo trabajo. Esto es el resultado de una legislativa social y laboral eficiente. De forma similar, las mujeres no se enfrentan a barreras sexistas a la hora de adquirir tierras o acumular ahorros. A nivel individual, las mujeres desempeñan funciones importantes en lo que se refiere a la acumulación de ahorros a nivel nacional o al consumo. Son propietarias de casas, tierras y vehículos, y titulares de cuentas de ahorro, bonos y acciones.
Asimismo, gracias a la educación superior, las mujeres tienen exitosas carreras profesionales en los sectores técnicos o de gestión.
LA TRIPLE CARGANo obstante, el éxito de las mujeres, tanto a nivel individual como de grupo, no significa que no exista una barrera invisible para ellas en el mundo empresarial. Encontraremos a pocas mujeres en posiciones de liderazgo o como propietarias de una empresa grande a nivel nacional, regional o internacional.
En Barbados, en el ámbito del empoderamiento económico, las mujeres se enfrentan a desafíos diferentes a los que se enfrentan las mujeres de otros PED.
Muchas experimentan lo que podríamos denominar una triple carga. En un país donde un gran número de hogares está encabezado por mujeres, estas son también el principal o único sustentador de la familia y a la vez se ocupan de los niños y mayores. En estos casos, las mujeres tienen una gran responsabilidad financiera.
A pesar de las oportunidades que surgen gracias al acceso a la educación, las mujeres a menudo se encuentran con limitaciones importantes a la hora de querer autorealizarse como empresarias. En muchos aspectos, a las mujeres solo se les empodera parcialmente y cuando se les empodera del todo, tienen que superar varias barreras para poder sacar el máximo beneficio de dicho empoderamiento.
OBSTÁCULOS AL PROGRESOUna situación común en el Caribe es la existencia de obstáculos para entrar en ciertos negocios. En el caso de las mujeres, estos obstáculos se refieren menos a la habilidad de acceder al mundo laboral y más al tipo de industria al que quieren acceder.
Las mujeres de Barbados solían trabajar en empresas de estilos de vida o servicios personales, como la cosmética o el servicio de comidas, con poco potencial de crecimiento. Eso está cambiando. Las mujeres han sacado provecho de sus cualificaciones para acceder a una gran variedad de profesiones. No solo han acumulado recursos sino que también están mejor preparadas para detectar distintas perspectivas empresariales y actuar en consecuencia. Están en disposición de emplear su educación y formación, aplicando la tecnología de tal forma que les permita explorar negocios no tradicionales.
Contamos, por ejemplo, con una clínica de fertilidad, reconocida internacionalmente por su alto índice de éxito, que está en propiedad de una mujer y dirigida por una mujer. También tenemos el caso de barbadenses que quieren regresar a casa y utilizar la experiencia que han adquirido a nivel internacional para emprender. Para nosotras, las barreras son una percepción de los límites establecidos para los tipos de negocios que las mujeres pueden llevar a cabo.
Debido a nuestras políticas educativas y demás políticas sociales, y al nivel de inversión en educación, sanidad y servicios sociales, las mujeres han sentido una mayor libertad para explorar y arriesgarse de la que habrían sentido hace algunas décadas. No obstante, continúan teniendo que enfrentarse a algunos valores tradicionales que ponen las 'profesiones' por encima de la iniciativa empresarial, y la toma de decisiones económica y financiera conservadora por encima de la asunción de riesgos.
Queda trabajo por hacer. Las mujeres que solo han recibido educación secundaria, o ni siquiera eso, son las que sufren la peor parte de la pobreza en nuestra sociedad. Las políticas dirigidas a aquellos que desempeñan los trabajos peor remunerados y a los que están en una situación de desventaja deberían incluir medidas especiales como un salario mínimo u otras iniciativas para que puedan sobrevivir en una sociedad donde el trabajo de calidad es uno de los principales determinantes del éxito en la vida. Además, en las sociedades donde se esté llevando a cabo una reestructuración económica, se deberían implantar medidas que garanticen la ayuda para aquellas que pierdan su empleo o no sean capaces de mantener un nivel de vida viable.
En general, durante los últimos 50 años, la situación para las mujeres y niñas en Barbados ha mejorado significantemente en comparación con las generaciones anteriores. Esta mejora se extiende a todas las áreas: acceso a educación, empleo, posición social y oportunidades para todas las mujeres. Debemos asegurarnos de que esto no cambie.