Visión de los expertos

El futuro comercial de África: de las raíces regionales a la resiliencia mundial

8 abril 2025
El Profesor Muhammadou M.O. Kah, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Gambia ante la Confederación Suiza y Representante Permanente ante la ONU en Ginebra, la OMC y otras organizaciones internacionales en Suiza

La integración de África en la economía mundial avanza gracias a la puesta en marcha de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) y al desarrollo de cadenas de valor regionales. Juntos pueden impulsar el comercio intraafricano, la industrialización y la transformación digital, y facilitar así que el continente participe de una forma más eficaz en las cadenas de valor mundiales. Con un mercado con 10.400 millones de consumidores y un PIB combinado de $3,4 billones, la AfCFTA ofrece un marco sólido para mejorar la producción regional, reducir las barreras comerciales y atraer inversiones internacionales. 

El panorama económico mundial presenta retos y oportunidades para África, influidos por los cambios geopolíticos, los avances digitales, la inteligencia artificial (IA), los esfuerzos de resiliencia climática y el impulso hacia la autosuficiencia económica. La alineación de estos factores con la agenda de la Organización Mundial del Comercio (OMC) convierte a África en un actor estratégico en el comercio mundial. 

Históricamente, África se ha enfrentado a numerosas crisis mundiales, siendo las últimas la crisis financiera de 2008, la caída de los precios de las materias primas en 2014, la pandemia de COVID-19 y las perturbaciones relacionadas con el clima. Estos acontecimientos ponen de manifiesto la necesidad urgente de diversificación económica, la integración regional y la resiliencia comercial.

El comercio intraafricano sigue siendo escaso, pues solo representa el 16 % del comercio total del continente, mientras que más del 50 % de las importaciones y exportaciones se concentran en cinco economías exteriores: la Unión Europea, China, India, los Estados Unidos de América y los Emiratos Árabes Unidos. Además, solo 16 de las 54 naciones africanas adquieren más del 0,5 % de sus bienes intermedios en la región, lo que supone la pérdida de importantes oportunidades de crecimiento industrial y de comercio de valor añadido. 

Silueta de África
Shutterstock

La respuesta de África a la evolución del comercio mundial

1. Comercio digital, comercio electrónico e innovación en IA 
África está dando pasos significativos en el comercio digital a través de plataformas de comercio electrónico, innovaciones de tecnofinanzas y soluciones impulsadas por la IA. El Protocolo sobre Comercio Digital de la AfCFTA tiene por objeto: 

• Facilitar las transacciones digitales transfronterizas sin fisuras, lo que reduce costes y mejora la eficiencia. 

Aprovechar la IA para optimizar la gestión de la cadena de suministro y mejorar la productividad y la competitividad. 

Empresas como Jumia, Flutterwave y Paystack están a la vanguardia de esta transformación digital y están integrando el continente en las cadenas de valor mundiales de la tecnología financiera y el comercio electrónico.

2. Los cambios geopolíticos y el orden económico mundial 

A pesar de los retos y la incertidumbre que caracterizan a los cambios geopolíticos, incluidas las tensiones comerciales y la evolución de las relaciones internacionales, estos ofrecen a África la oportunidad de centrarse, reajustarse y posicionarse como centro de abastecimiento alternativo. 

Deslocalización y deslocalización cercana: África ofrece oportunidades a las economías occidentales que buscan alternativas a las cadenas de suministro asiáticas en los sectores de la fabricación de automóviles, los textiles y los minerales, entre otros. 

Expansión del comercio Sur-Sur: el refuerzo del comercio con los países BRICS aumenta la influencia de África en los mercados mundiales. El AfCFTA permite a las empresas africanas reducir su dependencia de los mercados exteriores y alinear y adaptar estratégicamente el continente al cambiante orden económico mundial. 

 

3. Crisis climática e industrialización verde 

África es tanto vulnerable ante el cambio climático como rica en oportunidades de industrialización verde.

El AfCFTA apoya: 

Las cadenas regionales de valor ecológico que fomenten las energías renovables, los vehículos eléctricos y la minería sostenible. 

La seguridad alimentaria y el procesamiento agrícola mediante cadenas de suministro resilientes ante el clima y el procesamiento local de alimentos. 

Al integrar prácticas de producción respetuosas con el clima, África puede atraer inversiones mundiales centradas en la sostenibilidad y reforzar su papel en las cadenas de valor mundiales respetuosas con el medio ambiente. 

4. Restablecimiento de la ayuda exterior y autosuficiencia económica 

La reorientación de la ayuda exterior hacia inversiones impulsadas por el comercio y la autosuficiencia remodelará el panorama económico africano. El AfCFTA fomenta: 

La industrialización por sustitución de las importaciones, que impulsa la fabricación local y regional para disminuir la dependencia de los proveedores externos. 

Los mecanismos de inversión intraafricanos, con instituciones como Afreximbank, que financian el comercio y el desarrollo de infraestructuras. 

Mediante el aumento de la inversión directa extranjera (IDE), la promoción de incentivos comerciales regionales, el comercio digital y el comercio electrónico, las economías africanas harán la transición hacia un crecimiento sostenible impulsado por el comercio. 

El futuro comercial de África: de las raíces regionales a la resiliencia mundial

África se encuentra en una coyuntura transformadora, sorteando las crisis mundiales y reforzando al mismo tiempo su resiliencia comercial, con cadenas de valor regionales que sirven de base a las cadenas de valor mundiales. La AfCFTA sirve de plataforma estratégica para alinear las políticas comerciales de África con los marcos mundiales, en particular los de la OMC. Las cadenas de valor regionales ofrecen al continente la oportunidad de ir más allá de las exportaciones de materias primas y fomentar la creación de industrias de valor añadido. Por ejemplo, el algodón cultivado en Benin podría transformarse en hilo en Kenya, en prendas de vestir en Etiopía y exportarse a todo el mundo.

Este planteamiento mejora las economías locales, genera empleo y reduce la vulnerabilidad de África a las fluctuaciones de los precios de los productos básicos. La sinergia entre la AfCFTA y la OMC es crucial, ya que los marcos de la OMC complementan los esfuerzos de integración regional de África, sobre todo en materia de facilitación del comercio y resolución de litigios. El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC agiliza los procedimientos aduaneros, lo que garantiza que países sin litoral como Uganda, Rwanda, Malí y Burkina Faso puedan acceder eficazmente a los mercados mundiales a través de sus naciones vecinas costeras. 

El interés de África por el comercio ecológico también coincide con las tendencias mundiales de sostenibilidad. Al adoptar procesos de producción respetuosos con el medio ambiente, como la fabricación con energía solar o la agricultura sostenible, las cadenas de valor regionales africanas pueden integrarse sin problemas en las cadenas de valor mundiales de Europa y Norteamérica, concienciadas con el medio ambiente. 

Además, la transformación digital de África y la creación de una infraestructura digital pública sostenible son otras medidas urgentes.  El comercio electrónico y las plataformas de pago por móvil, como Jumia y M-Pesa han revolucionado el comercio al permitir a las pequeñas empresas acceder a nuevos mercados. El Protocolo de Comercio Digital de la AfCFTA aspira a mejorar la normativa sobre comercio electrónico transfronterizo, alineando a África con la agenda de comercio digital de la OMC.

 

El camino a seguir

Para aprovechar plenamente el potencial del AfCFTA, los países africanos deben centrarse en: 

  • La diversificación económica, mediante el desarrollo de cadenas de suministro regionales de alto valor para reducir la dependencia de las exportaciones de materias primas. 
  • El fortalecimiento institucional, para garantizar la aplicación efectiva de la AfCFTA a escala nacional y regional. 
  • El desarrollo de infraestructuras con la inversión en transporte, energía sostenible e infraestructura digital para la eficiencia comercial. 
  • La infraestructura pública digital y de datos (comercio digital y comercio electrónico), con la creación de capacidad para las pequeñas empresas, la mejora de los datos y la alfabetización y las competencias digitales, así como la ampliación de las soluciones de tecnofinanzas. 
  • Las políticas comerciales respetuosas con el medio ambiente fomentarán la resiliencia económica aprovechando la financiación ecológica y los incentivos basados en la sostenibilidad.  

Las cadenas de valor regionales africanas constituyen una base estratégica para la integración a largo plazo de África en el comercio mundial, más allá de ser una simple fase de transición. La AfCFTA ofrece una oportunidad transformadora para remodelar el panorama económico de África, haciendo hincapié en el comercio regional, la innovación digital y la competitividad industrial. 

Sin embargo, para garantizar su éxito, es necesario adoptar medidas políticas audaces, realizar inversiones estratégicas y establecer asociaciones internacionales sólidas.

La capacidad de África para aprovechar los cambios geopolíticos, aumentar la resiliencia comercial y sacar partido de las economías digitales y ecológicas emergentes definirá su papel en el cambiante orden económico mundial y la convertirá en un actor relevante del sistema comercial mundial. Mediante el crecimiento autosostenido, las políticas comerciales estratégicas y la industrialización impulsada por la innovación y localizada con nuestros minerales fundamentales, África está llamada a transformarse de una exportadora de materias primas en una competitiva proveedora mundial de bienes y servicios de valor añadido.

El continente no es un mero receptor pasivo del comercio mundial, sino un participante activo que forja su propio destino. Ha llegado el momento de que África pase de la ambición a la acción.