Discurso de la Directora Ejecutiva del ITC, Arancha González, ante el Foro de Comercio para un Desarrollo Sostenible
30 de septiembre de 2016 - Ginebra
GINEBRA (SUIZA) 30 DE SEPTIEMBRE DE 2016
Buenos días y bienvenidos al Tercero Foro Anual de Comercio para el Desarrollo Sostenible (T4SD), una plataforma interinstitucional de múltiples interesados única en su género.
Es para mí un placer estar con ustedes esta mañana en la OMC para inaugurar esta jornada de deliberaciones sobre las normas voluntarias de sostenibilidad, las cadena mundiales de valor y la necesidad e importancia de los datos.
Cuando digo la palabra «datos», quizás algunos quieran quedarse dormidos o consultar su teléfono. Los datos generalmente no son un tema interesante para la mayoría de las personas. Pueden resultar un tema árido, aburrido... quizás demasiado académico. Pero, de hecho, es muy importante, y me atrevería a decir, muy interesantes y apasionante, cuando se trata del desarrollo sostenible.
Los datos son fundamentales para ayudar a las empresas a mejorar el funcionamiento de sus cadenas de valor. Los datos son clave para que los inversores hagan decisiones informadas y para que los consumidores confíen en los mercados. Los datos nos ayudaran a saber si vamos por buen camino para alcanzar los Objetivos Mundiales de las Naciones Unidas, en particular el objetivo 12 relativo al consumo y producción responsables.
Para nosotros en el ITC, los datos son algo «indispensable». Los recopilamos en nuestros ««mapas», incluido Standards Map. Los difundimos. Los convertimos en información estratégica, como en el caso del Mapa de Potencial de Exportación. Los analizamos para conocer tendencias y déficit, como hicimos recientemente con «El estado de los mercados de sostenibilidad», en el que documentamos el aumento del número de productos y servicios, productores y tierras en cultivo certificados.
¿Y qué nos dicen estos? Nos dicen que el comercio está evolucionando y que tenemos que conocer mejor esta dinámica. Podemos decir que el comercio en el siglo XX se concentraba más en proteger las industrias nacionales de muchas maneras. Y aunque este sigue siendo un imperativo en algunas partes del mundo, hoy en día, en el segundo decenio del siglo XXI, podemos decir que el comercio se basa cada vez más en proteger a los consumidores. Solíamos decir que la apertura del comercio ayudará a los consumidores. Hoy, los consumidores nos dicen lo que quieren. Y nos dicen que quieren comercio, pero un BUEN comercio.
Y nos dicen que quieren un comercio que sea sostenible para el medio ambiente y socialmente responsable. Nos dicen que desean protección para el consumidor. Y en nuestra calidad de profesionales del comercio, tenemos que encontrar la manera de responder a estas exigencias.
Una manera de hacerlo y de maximizar las oportunidades y beneficios que brinda el BUEN comercio consiste en recopilar y difundir mejores datos, de modo que todos los actores —ya sean productores, comerciantes, formuladores de políticas, compradores, minoristas o usuarios finales— adopten mejores decisiones.
Esta mañana, en la primera sesión del Foro de Comercio para un Desarrollo Sostenible podrán obtener más información sobre los interesantes estudios que el ITC lleva a cabo con asociados como el Instituto Universitario Europeo, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible y el Instituto de Investigación sobre Agricultura Orgánica y lo que significa para las cadenas de valor sostenibles. Me gustaría presentarles algunas de estas conclusiones, pero no quiero adelantarme, por lo que dejaré que mis compañeros lo hagan. Les ruego que tengan un poco de paciencia, pues comenzarán justo después de que yo acabe.
Aparte de estudios, el ITC trabaja en iniciativas innovadoras en materia de demanda y oferta o sobre los extremos de la cadena de valor. Desarrollamos estas soluciones para compartir estos y datos buscar posibilidades de análisis con el objetivo de promover el BUEN comercio.
Comencemos con el lado de la demanda o de comercialización de la cadena de valor.
El ITC, a través del programa T4SD, colabora con los miembros de la Plataforma IAS, como Unilever, Kelloggs, Ahold Delhaize, Coca-Cola, y PepsiCo, para desarrollar soluciones informáticas a la medida que permitan a estas compañías compradoras ponerse en contacto con sus proveedores agrícolas para que les suministren datos sobre sostenibilidad ambiental y social a nivel de explotación.
Esta labor permite a los agricultores conocer mejor sus déficit de sostenibilidad y compararse con otras explotaciones agrícolas, al tiempo que reciben incentivos para mejorar su desempeño En resumen, la solución informática que desarrollamos resulta de utilidad para los agricultores, pues les ofrece una vía para mejorar de forma continua. No se trata de «denunciar», sino de «dar a conocer», si se quiere. También representa una manera más modulable y rentable de trabajar con grades cadenas de valor formadas por miles de productores de todo el mundo.
Estas empresas pueden compartir datos sobre proveedores antes de entrar en competencia para reducir la duplicaciones de auditorías y adoptar un enfoque más basado en los riesgos para verificar a sus asociados de las cadenas de valor. Los datos pueden anonimizarse para que los formuladores de políticas, gobiernos y otras partes conozcan los puntos de conflicto para la sostenibilidad y los sectores en que deben invertirse los fondos para el desarrollo. Este es, señoras y señores, el poder de los datos y la forma en que puede contribuir al BUEN comercio.
Estas soluciones se pueden suministrar gratuitamente a los productores situados al inicio de la cadena de suministro de todas partes. Estoy muy orgullosa de estas iniciativas que demuestran la forma en que el ITC colabora de forma constructiva con el sector privado en áreas estratégicas clave.
El segundo grupo de expertos de esta mañana examinará en profundidad estas soluciones informáticas y echará una ojeada a las primeras lecciones aprendidas con estos trabajos innovadores.
Ahora hablaremos de la oferta.
Uno de los imperativos que identificamos al principio del programa T4SD fue cómo hacer que la participación en cadenas de valor sostenibles valiera la pena para los productores situados al inicio de la cadena de suministro. En términos sencillos, ¿qué pueden obtener con ello? ¿Cuál es la propuesta de valor? La certificación es exigida, pero a menudo inhibe la innovación; se exige cuando su pertinencia y atractivo para los productores son limitados. Así pues, ¿cómo podemos crear una mejor justificación económica para que los productores participen? ¿Cómo podemos ofrecer una mayor visibilidad y posibilidades de conectividad a los agricultores? ¿Cómo podemos darles una voz, un perfil, medios para que se comuniquen y conecten? ¿Una oportunidad para moldear o controlar de forma más activa su futuro?
Nuestra respuesta es la Red de Sostenibilidad. La Red de Sostenibilidad es una herramienta en línea en la que los agricultores que colaboran con el ITC y sus asociados pueden crear sus perfiles, cargar información pertinente, como pruebas de certificación, propiedad de la tierra y sus logros en materia de sostenibilidad para cumplir una norma o código de conducta. El perfil se apuntalará con coordenadas GPS y, de ser posible, un número de localización internacional (GLN) emitido por GS1, ofreciendo así una trazabilidad basada en la ubicación y un nivel más alto de confianza y veracidad de la información.
El equipo de T4SD hizo una primera presentación de esta herramienta ayer en la jornada de puertas abiertas celebrada en el ITC y estamos a la espera del lanzamiento de este portal a principios de 2017. Con la Red de Sostenibilidad, los agricultores y operadores situados al inicio de la cadena de suministro pueden aprovechar los datos para maximizar el potencial de sus empresas y entrar en contacto con los socios de la cadena de valor. Esta capacidad para conectarse y entrar en contacto, beneficios que damos por sentados en sitios como LinkedIn y Facebook, debe existir y aprovecharse para lograr un BUEN comercio. En el ITC nos esforzamos porque sea así. Queremos colaborar con ustedes para que sea así.
Y sin duda habrá que superar algunos retos. En las regiones alejadas del mundo en desarrollo a menudo no existe conectividad y el costo de llevar Internet a estas regiones puede resultar desalentador. No obstante, soy optimista. En mis viajes he visitado aldeas remotas de África y Asia donde, a pesar de parecer que están «desconectados de la red», al atardecer, cuando el sol se había ocultado tras el horizonte, he visto los rostros iluminarse con el brillante reflejo de un sinnúmero de pantallas de teléfonos inteligentes. Se está produciendo el cambio. Nuestro tercer grupo de expertos debatirá los problemas de conectividad en el mundo en desarrollo y la mejor forma para poder avanzar a fin de «conectar a los desconectados».
Así pues, ¿cuál será el siguiente paso? ¿a dónde nos dirigimos a partir de aquí?
Si nos elevamos a 12 000 metros de altura, veremos que aunque las normas voluntarias de sostenibilidad tienen por misión resolver los principales retos a los que se enfrenta nuestra sociedad — como la protección del medio ambiente y el respeto de los derechos humanos y los derechos de los trabajadores— los verdaderos logros de las normas de sostenibilidad sobre el terreno aún no se han evaluado o no pueden evaluarse debido a la falta de tecnologías aplicadas e inversiones. Esto presenta un reto para los datos.
No cabe duda de que cuantificar los efectos en materia de sostenibilidad resulta sumamente complejo y muy pocas normas voluntarias ofrecen procesos científicos firmes y sólidos para evaluar los resultados de las normas y su impacto sobre el terreno. Por ejemplo, nuestros estudios en colaboración con el Instituto Universitario Europeo muestran que de las casi 200 normas analizadas, tan solo 32 tienen procedimientos explícitos por escrito para supervisar y evaluar las actividades de sostenibilidad.
Esta «falta de impacto» influye en cómo ven las empresas privadas las normas voluntarias. Ante las dificultades para ofrecer soluciones a la escala requerida, reducir costos, la propuesta de valor para agricultores y compradores, la falta de armonización y coherencia de las normas y su integración con otras herramientas, se necesitan nuevos enfoques y la mejora de los datos abiertos resulta CLAVE a este respecto. En esta era de «normas y más», necesitamos reflexionar sobre cómo los datos pueden contribuir a ofrecer nuevas percepciones y soluciones.
Los grupos de expertos que hemos organizado para hoy tienen por objetivo desarrollar algunas ideas iniciales y proponer algunas soluciones innovadoras. Espero que el resultado de las deliberaciones de hoy nos permita avanzar hacia el BUEN comercio. Gracias por su participación y les deseo que esta sea una jornada interesante e inspiradora.