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De una invasión de algas en el Caribe a un negocio mundial

7 noviembre 2024
Evelyn Seltier, Centro de Comercio Internacional

Andrés Bisonó León, fundador & Consejero Delegado de SOS Carbón, sabe cómo convertir un problema en una oportunidad. Está haciendo frente con éxito a la invasión de algas sargazo en su país, la República Dominicana, con determinación, innovación y, lo que es más importante, un enfoque holístico.

 

Lea sobre su apasionante invento, que puede ayudar a mantener la seguridad alimentaria y el medio ambiente, al tiempo que se crean puestos de trabajo.

Andrés Bisonó León, fundador & Consejero Delegado de SOS Carbon
© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture

Andrés Bisonó León creció en el seno de una familia muy preocupada por el bienestar de su país, la República Dominicana. Con un abuelo que fundó el primer sindicato de trabajadores y un padre que patrocinó la creación de escuelas en comunidades marginadas como proyecto paralelo, dedicar su tiempo y conocimientos a proyectos que sirvan al bien común es algo natural para él.

Su actitud ante la vida es positiva. Para este hombre de 32 años, todo se reduce a la forma en la que vemos y afrontamos los problemas. Según Andrés, los retos son oportunidades de cambio y de una vida mejor. Por eso se implicó en un programa universitario de fomento de la educación en comunidades con pocos recursos y se unió a la junta directiva de Prospanica para poder hacer algo ante los retos a los que se enfrenta la gente.

 

Playa con sargazo en Punta Cana, República Dominicana
Shutterstock

Viento en popa en 2018: el problema del sargazo

Tras graduarse en Ingeniería Mecánica y mientras trabajaba en Filadelfia (Estados Unidos de América), Andrés tomó conciencia de la invasión de sargazo a la que se enfrentaba su país natal. El sargazo es una macroalga parda que se encuentra en la superficie del mar y es transportada por las corrientes del océano Atlántico desde Brasil hasta las playas del Caribe.

El joven de 27 años se puso en contacto con un viejo amigo, un profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con quien había trabajado anteriormente en proyectos comunitarios y de empleo en la República Dominicana tras el paso del huracán Irma por la isla en 2017.

 

El profesor inspiró a Andrés para hacer algo al respecto.

«Cuando empezamos nuestra investigación, nos dimos cuenta de que, desde el punto de vista de la ingeniería, no se ha investigado mucho cómo abordar el problema del sargazo».

El joven ingeniero, junto con un estudiante de máster del MIT, se puso manos a la obra: utilizando la infraestructura local, los recursos disponibles y los conocimientos de los pescadores, desarrollaron una tecnología y un diseño de modelo sostenible que capturaría el sargazo del mar.

 

Nos dimos cuenta de que la lucha contra el sargazo era un sector muy poco explotado.
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La innovadora instalación de SOS Carbon para recoger el sargazo en el barco antes de que toque tierra (o llegue a la playa).
© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture

Qué significa un exceso de algas para el medio ambiente y la economía

La cultura caribeña gira en gran medida en torno al mar, con una gran dependencia social de los recursos naturales costeros y marinos. La mayoría de la población vive cerca de la costa y depende en gran medida de los recursos marinos para su subsistencia basada en la pesca y el turismo.

A lo largo de los años, la cantidad de sargazo ha ido aumentando debido al aumento de la temperatura del agua provocado por el cambio climático, la contaminación costera y las escorrentías de fertilizantes. En 2022, el sargazo alcanzó la cifra récord de 24 millones de toneladas en las costas del Caribe.

La República Dominicana, al ser un país insular pequeño, depende en gran medida de su comunidad costera. La primera consecuencia que presenció Andrés de la fuerte exposición al sargazo en las costas fue que las algas quitaban la luz solar y el oxígeno a los corales y al ecosistema marino, lo que provocaba la muerte de peces y tortugas.

En segundo lugar, los pescadores tenían dificultades para sacar sus embarcaciones artesanales al mar, ya que estaban atascadas en grandes cantidades de maleza.

En tercer lugar, los estudios relativos a la reducción de las poblaciones de peces en correlación con el sargazo mostraron la disminución de la diversidad de peces de entre el 30 % y el 60 %.

En cuarto lugar, cuando el sargazo se pudre en la costa, vuelve a liberar a la atmósfera el carbono y el metano capturados, lo que provoca problemas respiratorios y aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por último, para que el turismo funcione se necesita una playa limpia.

«Peor aún, el olor de la descomposición de los materiales orgánicos no se puede soportar. Incluso si vas a la piscina, no quieres estar allí».

Al fin y al cabo, somos islas y estamos ligados al ecosistema marino oceánico y a su bienestar.
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© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture
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Vídeo

7 noviembre 2024

Nacimiento de SOS Carbon: transformar las crisis en resiliencia.

«Nuestro enfoque principal ha sido desarrollar tecnologías climáticas sólidas y rentables que no solo garanticen una solución sostenible a largo plazo, sino que también incorporen a la comunidad local». Andrés fundó SOS Carbon al finalizar su investigación y desarrollo.

Su equipo consiguió producir la solución más rentable y de menor impacto del mercado para la recogida de sargazo: el Módulo de Recolección Litoral (LCM). El módulo es totalmente silencioso y fácil de instalar y se monta en cualquier embarcación artesanal para recoger las algas antes de que lleguen a tierra.

El sistema LCM se ha desplegado y está en funcionamiento en cuatro países, prestando servicio a una amplia gama de clientes, desde la industria turística y las centrales eléctricas hasta los grupos de procesamiento de algas marinas.

La empresa emergente tecnológica emplea a pescadores locales para la recolección, lo que beneficia a todos, ya que cada barco que monta el LCM crea más de diez puestos de trabajo formales. «Es rentable para nosotros y, al mismo tiempo, aprovechamos los conocimientos técnicos de las comunidades, ya que conocen las condiciones y los lugares, son los expertos».

Pero esto no es todo lo que consigue SOS Carbon.

SOS Biotech procesa las algas para crear bioestimulantes con certificación ecológica para la agricultura, lo que promueve una agricultura sostenible y regenerativa.
© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture

... y convertir las cadenas de valor sostenibles en negocios rentables.

Andrés sabía que la recogida de algas era solo una parte de la solución al problema general: ¿qué se hace después con las algas?, ¿cómo deshacerse de ellas de forma sostenible?, ¿cómo se consiguen ventas y empleo? Por un lado, SOS Carbon identificó un ecosistema de grupos interesados en grandes volúmenes de algas.

«Después de recogerlo, entregamos el sargazo a un tercero para que lo procese. Trabajamos con organizaciones internacionales que las utilizan para fabricar cosméticos, bioplásticos y otros productos de valor añadido. Hasta ahora, hemos enviado sargazo a más de diez países».

Además, SOS Carbon empezó a invertir en innovación BlueTech: SOS Biotech procesa las algas para crear bioestimulantes con certificación ecológica para la agricultura, lo que promueve una agricultura sostenible y regenerativa. Por ejemplo, utilizando un extracto a base de algas llamado Marine Symbiotic, los agricultores aumentan el rendimiento de sus cosechas y mejoran la salud de sus suelos, explica Andrés.

«Estamos trabajando directamente con agricultores y grupos industriales, pero nuestro objetivo es posicionar el producto entre los distribuidores y buscar el comercio de las cadenas de suministro locales e internacionales establecidas. Nuestro producto tiene un gran potencial».

 

Con el uso de un extracto a base de algas llamado Marine Symbiotic, los agricultores aumentan el rendimiento de sus cosechas y mejoran la salud de sus suelos.
© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture
© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture
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Construir el ecosistema adecuado para un futuro sostenible.

Debido al aumento de las temperaturas y el vertido de fertilizantes al mar, Andrés espera que el volumen de sargazo aumente con los años. En la actualidad, SOS Carbon recoge más sargazo del que puede procesar o vender, y cada sistema LCM tiene una capacidad de recogida de 70 toneladas al día.

Por eso, tras secarlas y clasificarlas adecuadamente, la empresa emergente almacena las algas para procesarlas o suministrarlas a socios fuera de las temporadas de recolección.

«Nos gustaría ampliar la producción de nuestros bioestimulantes para combatir la crisis del sargazo y la inseguridad alimentaria en todo el mundo. Estamos muy contentos de haber podido desarrollar una operación sostenible con clientes en cada eslabón de la cadena de valor y de que SOS Biotech, como equipo de MIT Solve, haya sido seleccionado durante la Semana del Clima. Ahora es el momento de acelerar el proceso. Pero para eso necesitamos más financiación».

© Tatiana Fernández Geara/ ITC/Fairpicture

De entre más de 850 candidaturas, Andrés fue seleccionado como uno de los 25 finalistas de los Premios Youth Ecopreneur de este año. El programa, puesto en marcha por el Centro de Comercio Internacional (ITC) y la Iniciativa Global de Tierras del G20, impulsa la transición ecológica y justa invirtiendo en jóvenes emprendedores que actúan como catalizadores del desarrollo sostenible, la justicia medioambiental y la acción climática. El programa forma parte de la Ye! Community, la comunidad del ITC para jóvenes emprendedores.