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Crear independencia económica para las mujeres

2 octubre 2013
ITC Noticias
Crear empleo sostenible a través del comercio en zonas rurales de Viet Nam y conseguir que los ingresos de miles de personas se dupliquen.

Apesar del impresionante crecimiento que ha experimentado Viet Nam durante las últimas dos décadas, la desigualdad entre las zonas urbanas y las rurales, así como entre las minorías étnicas del país, sigue creciendo. El Informe Nacional acerca de los Objetivos de Desarrollo del Milenio sobre Viet Nam de 2010 indica que el índice de pobreza entre los grupos de minoría étnica en 2008 continuaba siendo alto (un 50,3%), en comparación con el 8,9% entre la mayoría Kinh.

La agricultura continúa siendo el principal sector económico en las zonas rurales del país, pero las ganancias que genera no son suficientes para que los pequeños agricultores superen el umbral nacional de pobreza de $EE.UU. 0,63 por persona al día. En las temporadas bajas, cuando el trabajo agrícola desciende, la producción de artículos artesanales les proporciona un ingreso adicional; sin embargo, la falta de capital y vínculos con el mercado hace que las ganancias sean escasas. Este ingreso adicional tiene un impacto cultural y social muy importante sobre las mujeres; por ejemplo, para las de la aldea Hoa Tien, en la provincia de Quy Chau, que pertenecen a la minoría étnica tailandesa: uno de los 54 grupos minoritarios de Viet Nam. Las mujeres tailandesas, especialmente las de Viet Nam, son conocidas por sus técnicas de tejido, que se transmiten de generación en generación. No obstante, son muchas las mujeres que emigran a las zonas urbanas en búsqueda de empleo. El gobierno está decidido a invertir esta tendencia.

'Tanto el sector artesanal como las microempresas rurales en propiedad de mujeres permanecen, a menudo, desatendidas por los formuladores de políticas, ya que suelen dar prioridad al desarrollo de las grandes industrias', explicó Do Kim Lang, Director General Adjunto de la Agencia de Promoción del Comercio de Viet Nam (VIETRADE). 'Apoyar a estas microempresas es contribuir a su independencia económica y, por ende, a mayores ingresos y oportunidades laborales, así como a la conservación del medio ambiente y de las tradiciones locales', añadió.


Con el apoyo del ITC, las tejedoras producen una mayor cantidad de tejido de seda de calidad y en menos tiempo, lo que contribuye de forma significativa a la competitividad de la cooperativa y a su habilidad para producir artículos de brocado de más valor de manera eficaz y eficiente.

El ITC trabajó con mujeres de la aldea Hoa Tien, situada a unos 200 kilómetros de la ciudad más cercana. Mediante un análisis minucioso de la cadena de valor de la sericultura y el brocado, el ITC averiguó que los habitantes del pueblo necesitaban asesoramiento en materia de márketing para la exportación, ayuda con el diseño y formación sobre la participación en ferias. Se abordaron distintos desafíos a través de la promoción de prácticas laborales decentes, la capacitación técnica, el desarrollo empresarial, y el acceso a servicios de apoyo empresarial, financiación y mercados.

Estos servicios, coordinados por la Cooperativa de tejedores de Hoa Tien, formada por 80 miembros, mostraron que pequeños cambios podían marcar una gran diferencia. Lang Thi Hoai, una de las beneficiarias, aprendió una lección importante: 'poner siempre las herramientas y los materiales necesarios para tejer cerca del telar, al alcance de mi mano. Antes perdía mucho tiempo yendo a buscar esto y aquello', declaró.

Sam Thi Khuyen aumentó su producción adoptando una postura más cómoda para tejer. 'Colocar un cojín en mi lugar de trabajo me ayuda a no hacerme daño', explicó.

Gracias a un mayor cultivo de materias primas, la mejora del proceso de producción y la participación en ferias, ahora las tejedoras obtienen ingresos más altos, ya que reciben pedidos más grandes, gastan menos material y han disminuido los costes de producción. El ingreso medio mensual ha aumentado de $EE.UU. 28 en 2009 a $EE.UU. 47 en 2012.

'Estamos más capacitadas para gestionar la cooperativa [...] y garantizar que todas las actividades que llevamos a cabo generen beneficios', declaró Sam Thi Bich, que está al mando de la cooperativa. 'También nos preparamos mejor para participar en las ferias; hacemos las tarjetas de visita, los catálogos de productos y las listas de precios con antelación. Sabemos que la participación en la feria no solo sirve para vender nuestros productos allí, sino también para aprender sobre las tendencias del mercado y encontrar nuevos clientes.'

La participación en la feria anual LifeStyle Vietnam en 2011 y 2012, por ejemplo, dio como resultado el ingreso de unos $EE.UU. 3.500 a través de la venta directa, lo que significa un ingreso extra de $EE.UU 44 por miembro. Además, recibieron pedidos de compradores de Australia y Japón, así como de clientes nacionales de la ciudad de Ho Chi Minh.


Bui Thi Cop, una tejedora de seda y brocado, explicó: 'Antes, los tintes eran demasiado monocromáticos, con colores muy básicos. Sin embargo, desde que se lanzó la iniciativa, combinamos las técnicas naturales de tintado con técnicas nuevas para mejor la calidad.'

Debido a la falta de una educación completa, las barreras lingüísticas y conocimientos empresariales insuficientes, algunas mujeres encontraron dificultades a la hora de comunicarse con posibles clientes. 'Reforzar la habilidad de la cooperativa de Hoa Tien para gestionar los compromisos que tienen tanto con sus miembros como con sus clientes, ha sido una forma eficaz de mejorar la perspectiva empresarial de los miembros', declaró Govind Venuprasad, Gestor de Proyectos del ITC.

El proyecto forma parte de una iniciativa de varias agencias llamada Producción y Comercio Verde para aumentar las oportunidades de empleo de los pobres de zonas rurales. El proyecto se llevó a cabo entre 2010 y junio de 2013 y, gracias al mismo, los ingresos medios anuales de los beneficiarios pasaron de $EE.UU. 1.310 a $EE.UU. 2.760. Fue financiado por el Fondo español para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y contó con la colaboración de la FAO, la OIT, la UNCTAD y la ONUDI. Cada agencia aportó su propia experiencia, desde medidas sanitarias y de seguridad hasta el suministro de plantón y huevos de gusanos de seda, así como formación en materia de agricultura e iniciativa empresarial.

El ITC, como agencia de ejecución principal, estableció el punto de referencia a través de un análisis de las cadenas de valor llevado a cabo en 2010, a fin de desarrollar cadenas de valor sostenibles desde el punto de vista medioambiental, mejor integradas y que favorezcan a los pobres.