10 preguntas y respuestas con… Arancha González
Forum de Comercio se reunió con la ex-Directora Ejecutiva del ITC, Arancha González, para reflexionar sobre su etapa en el ITC, así como para conocer su perspectiva sobre el panorama comercial actual. La Sra. González estuvo al frente de la organización entre 2013 y 2020.
1. Cuando era pequeña, ¿qué quería ser de mayor?
Quería ser arqueóloga. Me fascinaban las civilizaciones antiguas, de hecho devoré el libro Dioses, tumbas y sabios de C.W. Ceram. Mi sueño era viajar a Grecia, Egipto o Iraq para formar parte de una excavación arqueológica con el fin de recoger vestigios y datos que establecieran la conexión con nuestra época.
2. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de su trayectoria profesional y por qué?
¡Lo más sorprendente de mi carrera han sido los giros que ha dado! De los asuntos europeos en Bruselas, a la gobernanza del comercio internacional en Ginebra para hacer que el comercio funcione para todos, luego a los asuntos exteriores en Madrid y ahora al mundo académico en París.
La lección que he aprendido es que todo puede planificarse hasta cierto punto.
3. ¿Cuál es el mejor consejo que ha recibido? ¿Cuál es el peor?
El mejor consejo ha sido «Haz todo lo que hagas con integridad».
No creo que existan los malos consejos: todo depende de lo que se aprenda de ellos.
4. ¿Cómo fue su primer día en el ITC como Directora Ejecutiva?
Fue emocionante y aleccionador. Me recibió un grupo apasionado, inteligente y trabajador, y de inmediato nos pusimos manos a la obra para ampliar las operaciones. Pasé ese primer día conociendo a la gente, yendo de aquí a allá y haciéndome una idea de la sede y de la cultura de la organización. Marité y Abdel se aseguraron de que me orientara. Después, con Matthew, Nneka y Alex empezamos a prepararnos para un otoño ajetreado en la comunidad comercial de Ginebra.
5. ¿De qué se siente más orgullosa de su etapa al frente del ITC?
Del lanzamiento de SheTrades. SheTrades supuso una gran transformación, ya que situó el empoderamiento económico de las mujeres en un lugar primordial de la agenda de la comunidad comercial: desde la política comercial hasta la financiación comercial, y desde la promoción del comercio y de las inversiones hasta la inclusión digital. Creamos una marca de excelencia que se ha convertido en una comunidad de excelencia con la igualdad como objetivo clave.
Y el ITC fue la pieza central de este esfuerzo colectivo.
6. ¿Cuáles son las tres cosas que más aprecia del trabajo actual del ITC?
Aprecio la pasión del personal, el espíritu innovador de la organización y el compromiso de conectar de forma sostenible a los más pequeños y pobres con los mercados mundiales.
7. ¿Cómo ve el futuro papel del ITC en la configuración de la agenda de desarrollo impulsado por el comercio?
La ventaja comparativa del ITC es que aporta la perspectiva de las pequeñas empresas. Es importante que el ITC siga ocupando su lugar en las grandes mesas, desde la ONU hasta la OMC, pasando por el G20 y las comisiones económicas regionales de todo el mundo, para que no se dejen de lado las voces y las prioridades de los más pequeños y vulnerables. Es decir, es necesario acercar lo local a lo mundial, pero también garantizar que lo mundial sea accesible a lo local.
8. ¿Qué es lo que más le entusiasma de (trabajar en) el mundo del comercio hoy en día?
Son tiempos complejos para el comercio. Las rivalidades geopolíticas y los vientos económicos en contra, la crisis climática, las transformaciones digitales, o las desigualdades constituyen retos y oportunidades para el sistema multilateral de comercio. El comercio es beneficioso para el desarrollo cuando se aplican las políticas adecuadas a nivel internacional y nacional, y me siento afortunada de trabajar en una institución académica como Sciences Po, que forma a la próxima generación de líderes que defenderán las soluciones para que el comercio funcione para todos.
9. ¿Cuáles serían algunas grandes victorias para el comercio y el desarrollo sostenible en los próximos años?
La primera sería volver a comprometerse con el sistema multilateral de comercio, ya que es la mejor vía para evitar los riesgos y los costes que supone la fragmentación del comercio. La segunda sería alcanzar una mejor articulación entre el comercio y el cambio climático, incluyendo la financiación, que sea cooperativa y evite el unilateralismo ecológico.
La tercera sería mantener la legitimidad de los mercados abiertos, que requerirá de políticas nacionales e internacionales que aborden los impactos distributivos del comercio y el progreso tecnológico para garantizar que el comercio funcione para todos.
10. Si tuviera un consejo que dar a los futuros líderes comerciales, ¿cuál sería?
Preservar el multilateralismo. Este es el asiento en la mesa para muchos pequeños países y comunidades, por lo que hay que protegerlo activamente.