Desde 2005, el ITC se esfuerza por incrementar el comercio y
reducir la pobreza en Etiopía, concretamente ayudando a desarrollar
la capacidad exportadora de pequeñas empresas del sector agrícola.
El proyecto piloto de reducción de la pobreza a través de las
exportaciones (PRPE) en Entiopía que se lleva a cabo en
colaboración con instituciones de apoyo al comercio, contribuyó a
establecer vínculos entre el sector de productores orientados al
mercado y compradores extranjeros. Un primer estudio del PRPE
etíope recoge signos alentadores de que la capacitación y el acceso
a mercados internacionales permiten mejorar la vida de las
comunidades más pobres de los países en desarrollo.
Al inicio del proyecto piloto, en octubre de 2005, se hizo una
primera encuesta de 123 hogares, 118 de los cuales fueron objeto de
seguimiento en febrero de 2008. La población comprendida en el
estudio se seleccionó en función de varios indicadores tales como
pobreza relativa, potencial para iniciar los cultivos agrícolas que
se habían seleccionado, accesibilidad geográfica, grado de
compromiso de los asociados locales y regionales, etc. Dado que
gran parte de la zona del proyecto está aislada y poco
desarrollada, y que toda innovación lleva su tiempo antes de
concretizarse, se entiende que la turbulencia del comercio mundial
en los 18 meses últimos no afectará a las comunidades
beneficiarias.
Los resultados del estudio muestran una marcada mejora en todos
los aspectos del nivel de vida de los habitantes, entre ellos, el
acceso a la educación, los ingresos, los ahorros y la capacidad
comercial.
Indicadores demográficos y sociales
En la evaluación de impacto se constató un aumento del tamaño de
los hogares, pues el promedio de miembros pasó de 7,54 en 2005 a
8,05 en 2008. Los hombres encabezan el 99 por ciento de los
hogares. En ese mismo período, duplicó la alfabetización de adultos
(mayores de 15 años).
Indicadores económicos
También hay una marcada mejora en los medios de subsistencia de
las comunidades meta, cuyos hogares obtuvieron un aumento
significativo del ingreso entre 2005 y 2008. En particular,
mejoraron los medios de subsistencia de los más pobres, ya que el
promedio de sus ingresos brutos aumentó más del doble. En 2005, los
ingresos medios del cabeza de familia ascendían a 710 birr
(unos $EE.UU. 56) y en 2008 habían pasado a 1.673 birr
($EE.UU. 133). También mejoró la repartición de esos ingresos
y el jornal individual pasó de $EE.UU. 0,46 a
$EE.UU. 0,98. Aunque supone un logro notable, cabe recordar
que ese jornal sigue estando por debajo del umbral de pobreza
internacional que equivale a $EE.UU. 2. La Unión Europea ha
previsto financiar la ampliación de este proyecto y su realización
en otras zonas con la perspectiva de generar más aumentos de
ingresos en las comunidades y lograr que el nivel de vida supere el
umbral de la pobreza.
A raíz de esta duplicación del ingreso, hay más hogares con
capacidad de ahorrar (96 por ciento, frente a 68 por ciento en
2005) y los ahorros también aumentaron (hoy, 73 por ciento de los
hogares tiene ahorros por más de $EE.UU. 100, en 2005, sólo los
tenía el 40 por ciento).
Otro avance importante guarda relación con el agua potable: en
2008, más del 71 por ciento de los hogares tenía agua corriente,
frente al 56 por ciento de la fase inicial, lo que se logró gracias
al aumento del número de bombas de agua en las comunas, la mayor
movilidad de los beneficiarios y la sensibilización sobre los
riesgos para la salud que conlleva beber agua de ríos y estanques.
Además, casi el 90 por ciento de los hogares tiene radio, en
comparación con el 80 por ciento de 2005. En la comunidad piloto
aún no hay electricidad, pero los patrocinadores del proyecto se
han propuesto remediar la situación con la aprobación de las
autoridades.
Indicadores agropecuarios
La actividad primordial es la agricultura familiar, de ahí que
la relación entre ingresos, cosechas y comercio sea el quid del
PRPE etíope. Durante el período analizado, el número de reses por
familia se duplicó y la venta de los productos animales también
aumentó un 89,1 por ciento. El uso de bicicletas pasó de 9 por
ciento en 2005 a 32 por ciento en 2008.
En 2005, sólo el 23 por ciento de los hogares vendía productos
por más de $EE.UU. 1.000; en 2008, lo hacía el 75 por ciento. Hoy,
tan sólo el 3 por ciento de los hogares gana menos de $EE.UU. 500
por año, cambio sustancial respecto al 30 por ciento de la fase
inicial (parte del aumento de ingresos obedece a la subida del
precio de los cereales). Gracias al desarrollo de la actividad
agropecuaria, más del 85 por ciento de los hogares forma parte de
cooperativas agrícolas, lo que acrecienta su capacidad de
producción y comercialización.
En el informe se señala que si bien el comercio favorece el
crecimiento económico, su aporte no debería exagerarse. El
crecimiento sostenido depende del desarrollo de capital humano, la
infraestructura, el buen gobierno, el funcionamiento de
instituciones sólidas (incluida la eficiencia de los mercados
financieros), la tecnología y la estabilidad macroeconómica.
Políticas que mejoren la distribución del ingreso, el crédito, la
educación y la atención de salud son cruciales para reducir la
pobreza y promover el crecimiento económico.
Reducir la pobreza exige adoptar una visión integral que abarque la
capacitación de pequeños productores en competencias técnicas que
les permitan explotar su potencial productivo y la inclusión del
comercio en la estrategia nacional de desarrollo. El crecimiento
económico por sí solo no garantiza una reducción sostenida de la
pobreza y la desigualdad, pero es requisito indispensable para
lograrla. Los resultados del estudio confirman que dotar a pequeños
productores de competencias de exportación es una estrategia clave
de reducción de la pobreza.


Fotos de Marden Dean