El potencial exportador de las pequeñas y medianas empresas
(PYME) despierta un creciente interés. Pero, ¿por qué habría que
centrarse en las PYME, en vez de las grandes empresas, o las
microempresas?
• Gran potencial de crecimiento. Aunque en los países en
desarrollo hay muy pocas PYME en el comercio de exportación,
generan alrededor del 40% de los ingresos del sector. Las
tendencias actuales indican que este porcentaje seguirá aumentando
en forma sostenida, al crecer la producción y el empleo.
Conscientes de este potencial, la mayoría de los gobiernos están
apoyando a las PYME con medidas normativas y otros incentivos.
• Nuevo marco jurídico. La creación de la OMC ha definido un
marco institucional favorable a un sistema de comercio mundial más
abierto, en particular para las empresas pequeñas. Una política de
exportaciones apropiada podría servirles de marco de referencia
interno para participar en el comercio exterior y resistir a la
competencia internacional. La reducción de las barreras
arancelarias y no arancelarias, y las garantías de que no estarán
expuestos a un trato discriminatorio les han ofrecido las mismas
posibilidades de acceso a los mercados que antes tenían las
empresas más grandes, cuyos recursos les permitían constituir
sociedades locales para sortear los escollos arancelarios.
• Disminución de los costos de transporte y comunicaciones. Los
avances tecnológicos en las comunicaciones y la reducción de los
precios del transporte han favorecido la entrada de las pequeñas
compañías en el mercado mundial. Tal entrada podría facilitarse con
una estrategia de fomento de las exportaciones que les ayude a
adquirir competencias técnicas y dominar las innovaciones que
permiten recortar costos. Las PYME, sin de servicios interna, se
beneficiarán del menor costo general de los servicios de comercio y
de una mayor competitividad.
• Transformación de las ventajas comparativas. La mundialización
del comercio, las inversiones y la producción ha alterado
sustancialmente la correlación entre las ventajas comparativas de
las grandes y las pequeñas empresas. Las pequeñas compañías que se
han adaptado a las nuevas circunstancias - a menudo estableciendo
nuevas asociaciones y alianzas - están en buenas condiciones para
lograr un fuerte crecimiento. Por regla general, tales empresas
tienen ventajas con respecto a las grandes: suelen preservar
mejores relaciones laborales, imprimen a sus operaciones un sello
personal, se orientan a segmentos especializados del mercado y
necesitan inversiones de capital menos cuantiosas. La presión
constante del mercado las obliga a ser inventivas, innovadoras y
flexibles. Por ende, les resulta mucho más fácil ajustarse con
prontitud a los cambios económicos y a las exigencias del mercado y
están tal vez mejor preparadas que las grandes para adaptarse a los
cambios de este decenio.
En la República Unida de Tanzanía, la liberalización del
comercio ha entrañado la aparición de nuevas líneas de productos,
como, por ejemplo, prensas para fabricar aceite, extractores de
aire, bombas de agua, cisternas de almacenamiento o máquinas
planchadoras. Análogamente, en respuesta a las medidas de
liberalización comercial iniciadas en 1997, los pequeños
productores textiles de Sri Lanka se han orientado más hacia las
exportaciones y mejorado la calidad de sus productos gracias a los
programas de desarrollo técnico e institucional.
• Repercusiones. Las grandes empresas disponen por lo general de
los medios necesarios para promover sus propias actividades. Casi
todas tienen recursos para establecer canales de comercialización,
así como sistemas de información y oficinas de representación
comercial. Para ellos, los servicios de una institución de apoyo al
comercio será probablemente innecesarios. Algunas grandes empresas
consideran que la promoción apoyada por las autoridades constituye
una injerencia en sus decisiones, y podrían negarse a cooperar.
Las PYME, en cambio, dependen casi totalmente de los proveedores
de servicios comerciales: el beneficio que sacan de prestaciones
eficientes, de fácil acceso y costo moderado es, pues,
proporcionalmente mayor. Esto es crucial en las primeras etapas del
desarrollo de mercados, cuando las PYME se ven obligadas a
comprometer sus escasos recursos financieros, por adelantado y sin
garantía alguna de rentabilidad.
Definir una estrategia
Hay que definir los medios idóneos para ayudar a las empresas
más pequeñas a aprovechar sus posibilidades comerciales y superar
algunas de sus dificultades. Entre los problemas más formidables
del fomento de las exportaciones figuran la necesidad de mejorar la
infraestructura, el acceso al finan-ciamiento y la
comercialización. Un estudio sobre las actividades comerciales de
las pequeñas compañías ha mostrado que estas deficiencias
constituyen obstáculos de envergadura para el éxito de las
exportaciones.
• Una infraestructura para las exportaciones. El establecimiento
de una infraestructura compuesta, por ejemplo, de establecimientos
industriales de exportación, zonas francas y centros de producción
de régimen especial puede dar un gran impulso al desarrollo de las
exportaciones. En los países menos adelantados, los problemas son
más básicos y se refieren, por ejemplo, al suministro de energía
eléctrica y de agua potable, las carreteras, puertos, el transporte
marítimo o las telecomunicaciones.
• Mejora de las condiciones financieras. Las dificultades para
la obtención de financiamiento que se plantean a las pequeñas
empresas que no tienen garantías prendarias - y que se consideran,
por lo tanto, prestatarias de alto riesgo - son un freno al aumento
de la producción. De acuerdo con un estudio efectuado hace poco por
el CCI, las PYME estiman que el financiamiento es su problema más
crítico.
• Reforzar los canales de comer-cialización. Muchas pequeñas
compañías no logran comercializar eficazmente sus mercancías por
carecer de los conocimientos necesarios de mercadotecnia: no llegan
a establecer redes ni a forjar relaciones comerciales firmes con
sus clientes.
Algunas empresas de intercambio mercantil han funcionado como
canales efectivos entre los pequeños productores y el mercado en
esferas como envases y embalaje, transporte, financiamiento,
seguros, gestión de la calidad, publicidad y entrega, como se
señala en el recuadro de la izquierda. (Véase en Forum 2/98:
«Utilización de la empresa de fomento de las exportaciones».)
También han dado buenos resultados los consorcios de
comercialización. Otra alternativa es la subcontratación de
prestaciones por las grandes empresas a las más pequeñas.
Por lo que se refiere a la competitividad de las PYME, la
responsabilidad esencial reposa en los directivos, pero el fomento
del comercio necesita mucho apoyo. Algunas asociaciones del sector
privado y de PYME, que hasta hace poco se ocupaban principalmente
de ofrecen cada vez más información sobre mercados y servicios de
capacitación que complementan los esfuerzos del sector público. Las
empresas suelen acoger favorablemente su enfoque, por lo general
orientado hacia el mercado. Muchos gobiernos han creado entidades
de apoyo técnico en materias como la formación de gestión, el
diseño de productos, el control de la calidad, el embalaje, las
garantías sobre préstamos y el fomento del comercio. El éxito de
dichas entidades depende de su grado de orientación comercial, la
calidad de su personal y su equipo y a los recursos financieros
disponibles. Las autoridades públicas deben comprender que los
retrasos, los servicios mediocres y el costo elevado de la
infraestructura reducirán las ventajas competitivas de las
PYME.
La debilidad general en materia de fomento comercial y
desarrollo de las exportaciones de las PYME de muchos países de
todas las regiones en desarrollo exige una atención constante. Las
instituciones que formulan las estrategias de fomento de las
exportaciones se encuentran ante una disyuntiva crítica: adoptar un
enfoque universal o, habida cuenta de los recursos limitados
disponibles, concentrarse en sectores específicos. Salvo
excepciones, las organizaciones nacionales de fomento del comercio
han optado por un procedimiento amplio. Dada la escasez de
recursos, este enfoque ha menoscabado la eficacia de muchos
programas. La transformación continua del entorno comercial exige
que revisen las estrategias de promoción comercial predominantes
con respecto a las PYME.
Extractos de un documento técnico del CCI sobre estrategias
de promoción comercial en países en desarrollo. El estudio fue
dirigido pro Monwarul Islam, Jefe de la Sección de Servicios de
Asesoramiento Especializados. Paul Cook, del Instituto de Políticas
y Gestión del Desarrollo de la Universidad de Manchester (Reino
Unido) y varios funcionarios del CCI contribuyeron a preparar la
sección pertinente.