Con demasiada frecuencia, los bancos confunden el riesgo con el
peligro. Aunque es cierto que toda operación crediticia conlleva
una posibilidad de impago, los bancos podrían aprender a calcular
los riesgos de crédito en vez de rechazar sistemáticamente las
solicitudes de las PYME. Si adoptan una perspectiva empresarial,
podrían cosechar utilidades también en este segmento de la
clientela. Para ello, tal vez les convenga mejorar su capacidad de
evaluación de riesgos. Según un estudio del CCI, las empresas
exportadoras de los países menos adelantados (PMA) consideran que
la falta de dicha capacidad es una de las deficiencias más graves
de los bancos locales.
Otro instrumento es la calificación crediticia, que permite que los
banqueros calculen y comparen los riesgos con respecto a un valor
medio de referencia. El análisis gana así un grado de objetividad
muy útil para los responsables de crédito con poca experiencia. El
CCI ha preparado una guía para banqueros sobre la forma de evaluar
las solicitudes de crédito, así como un programa informático
llamado The Score Card System, el que incluye una función
de análisis de riesgos.
Motivos de impago
Los malos resultados de la actividad crediticia se originan a veces
en el desconocimiento de la realidad de la empresa. Para minimizar
el número de impagos, es aconsejable ofrecer a las PYME - además
del crédito - servicios de asesoramiento y desarrollo. Los
responsables del crédito a las PYME deben tener un buen
conocimiento de la clientela, el mercado y los interlocutores
financieros. La financiación debe ser conforme a las costumbres,
leyes y reglamentos locales.
Por mucho tiempo, las entidades crediticias han descuidado a las
microempresas. Pero un nuevo tipo de instituciones está proponiendo
productos financieros destinados específicamente a este segmento.
Es comprensible que los bancos generales no ofrezcan todos sus
servicios a todos los clientes. Los bancos especializados crearán
productos para las PYME, y emularán la eficacia y prestaciones
complementarias de los programas estatales o de asistencia
internacional. Es obvio que estas iniciativas sólo serán factibles
si cuentan con el respaldo de la alta dirección de los bancos, y si
los responsables de crédito reciben incentivos en función de los
resultados.
Otros métodos de financiación
Un buen ejemplo es la experiencia del Banco de Desarrollo de la
Pequeña Industria de la India (SIDBI), creado junto con el Banco de
Desarrollo Industrial. El SIDBI introdujo toda una gama de
servicios de tecnología de la información, como los cibercafés y la
telecomunicación móvil, accesibles también para las pequeñas
empresas. Asimismo, creó unos fondos de fomento de la tecnología y
la calidad.
El capital riesgo es otra forma de financiación de las PYME cuando
los bancos no pueden intervenir, y sobre todo cuando las empresas
no disponen de activos para constituir garantías. El capital riesgo
es también la única fuente de financiación alternativa para las
empresas que han superado la etapa de despegue, pero no han
alcanzado aún su pleno desarrollo. La financiación de las PYME por
aporte directo de capitales es un mercado incipiente.
Los fondos de capital riesgo más prósperos son sumamente selectivos
a la hora de escoger los proyectos, y suelen preferir las empresas
orientadas a la exportación. En estos casos, las decisiones se
toman luego de un cuidadoso análisis en el terreno, ya que el
examen de la documentación en sí es insuficiente. Por último, la
rentabilidad del crédito debe ser superior al promedio del
mercado.
Programas de tutoría y orientación
A veces, los fondos de capital riesgo proporcionan asistencia no
financiera y tutorías a los empresarios más talentosos. Estos
fondos han comenzado a operar en los mercados emergentes, pero no
en los PMA. Sin embargo, algunas empresas presentes en los PMA,
como Lotus Holdings en Nepal, han señalado resultados
satisfactorios en sus servicios y métodos de tutoría. En realidad,
la falta de crédito a los PMA no obedece a la carencia de recursos,
sino a la aversión que los bancos e instituciones financieras
sienten por el riesgo.
El apoyo no financiero puede darse a través de bancos, de
iniciativas con apoyo estatal o de servicios de la empresa privada.
A veces, éstos últimos son financiados por entidades donantes (como
la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(USAID), en el caso de Egipto y de la Rep. Unida de Tanzanía), lo
que permite ofrecer a las PYME prestaciones a un costo abordable.
El apoyo también puede revestir la forma de programas de
orientación a cargo de "mentores", los que en algunos casos son ex
directivos jubilados incorporados como instructores en programas
estatales (por ejempio, Estados Unidos, Reino Unido o Australia).
Así, estos programas pueden proponer asesoramiento de expertos a
precios muy bajos. Otros programas de mentores, como Kemap en
Kenya, participan activamente en las nuevas empresas y actúan
incluso como garantes ante los bancos. La India se dotó a fines de
2000 de un innovador y estimulante mecanismo de garantía crediticia
para préstamos de una cuantía máxima de US$ 514.000.
Otro mecanismo útil es el "bill-discounting" (pago inmediato de la
factura por el banco del comprador), que en muchos países sustituye
al crédito y elimina las dificultades de encontrar una garantía.
Una alternativa interesante es el seguro de crédito. Un ejempio es
el de la Compañía de Seguros para el Comercio Exterior, de Túnez,
no exige garantías, lo que ha mejorado la competitividad de las
PYME nationales.
E-financiación y comercio de países en
desarrollo: de la teoría a la realidad
A los gobiernos y la comunidad international incumbe un importante
papel en los esfuerzos encaminados a que la financiación
electrónica sea una realidad en los países en desarrollo. La
prioridad debe ser la oferta de acceso barato a la red Internet.
Pero también hay que prestar atención a la capacitación de las PYME
para evolucionar en la nueva economía. Los gobiernos podrían
ocuparse esencialmente de mejorar el intercambio de información, en
vez de invertir recursos directamente en las PYME, como han hecho
antes en los países en desarrollo. El Brasil es un buen ejemplo de
rápidos avances en este sector. Otra medida oficial importante ha
de ser la adopción de normativas que rijan las prácticas en materia
de competencia. La financiación electrónica puede operar en
diferentes redes, como los portales de la internet, las oficinas de
Correos o el comercio minorista. Las autoridades deben garantizar
el respeto de las reglas de competencia. He aquí algunos de los
mejores ejemplos de financiación electrónica:
Pride Africay la microfinanciación
electrónica: Pride Africa es una red de
microfinanciación que ofrece crédito e información financiera a más
de 80.000 PYME en Kenya, Malawi, Rep. Unida de Tanzanía, Uganda y
Zambia. Antes de la creación de este servicio, la población y las
pequeñas empresas tropezaban con la rigidez de las normas bancarias
y con el monopolio sobre la información ejercido por los gobiernos
y las grandes empresas. Pride Africa se propone vincular las
microempresas con el sector financiero oficial, recurriendo a la
agrupación de las solicitudes de préstamo y garantizando el control
y el seguimiento contable de los créditos.
SMEloan: Esta empresa atiende las
necesidades de las PYME de Hong Kong. Sus préstamos "Express
Loans", de una cuantía máxima de unos US$ 128.000, son aprobados
inmediatamente después de la recepción de una solicitud
electrónica, lo que permite que las empresas tengan una
financiación instantánea. Aunque no es específicamente una entidad
de microfinanciación, de hecho concede pequeños créditos a la
mayoría de las PYME que los solicitan.
E-banking: La banca electrónica también
puede facilitar la financiación de las PYME. El tráfico electrónico
permite reducir los costos de las operaciones bancarias, de manera
que los bancos aumentan sus utilidades sin que sea necesario elevar
los tipos de interés.
Los países en desarrollo se encuentran por ahora virtualmente
marginados de estos nuevos mecanismos.
Para avanzar rápidamente en este campo es imprescindible adoptar un
enfoque global sobre comercio electrónico.
El programa "e-Trade Bridge" del CCI se ha concebido
específicamente para los países en desarrollo y los países menos
adelantados, y podría servir de estructura básica para crear las
capacidades electrónicas nacionales, con la participación de los
planificadores estratégicos, las empresas, las instituciones de
apoyo al comercio y los bancos especializados.
Carlo F. Cattani es Asesor Principal en Financiación Comercial,
programa especializado del CCI que busca promover el acceso a la
financiación en los países en desarrollo (cattani@intracen.org).