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Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No.
4/2001
Día tras día, de algún rincón perdido del planeta
donde se ha producido un conflicto o una catástrofe, o donde se
lleva a cabo un programa de asistencia al desarrollo, nos llegan
imágenes de la distribución de alimentos, material de albergue,
medicamentos y otros suministros por los organismos de ayuda
internacional. Lo que estas imágenes no nos dicen es que las
compras de dichos suministros para la asistencia humanitaria y de
desarrollo constituyen un gran segmento comercial, con
transacciones por un valor total de unos US$ 50.000 millones al
año. Dicho mercado, hasta ahora dominado por los países
industrializados, ha comenzado a limitar la práctica de la ayuda
«condicionada» o «vinculada» y abre grandes posibilidades a las
empresas de países en desarrollo.
En este número de Forum examinamos los
mecanismos de este mercado y ponemos de relieve sus nuevas
tendencias. Nuestra meta es que los países en desarrollo capten una
proporción mayor de las compras del sector humanitario. Nos hemos
centrado en las nuevas tendencias del mercado humanitario y las
prácticas de los principales organismos; además, describimos la
capacitación ofrecida por el CCI en este campo, explicamos los
pasos a seguir para convertirse en proveedor de los organismos
internacionales y damos algunos ejemplos de empresas que han
entrado en este mercado.
Dos factores han influido radicalmente en las compras
humanitarias: el aumento de los fondos de ayuda no condicionada y
el auge de la internet como medio para realizar transacciones
«empresa-a-empresa» entre proveedores y compradores. Las compras
electrónicas pueden ser aprovechadas por las empresas de países en
desarrollo para lograr acceso al mercado institucional. La
Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la
institución caritativa ActionAid, del Reino Unido, proponen sus
puntos de vista y explican las últimas novedades en cuanto a la
desvinculación de la ayuda humanitaria.
Los estudios del CCI en África han mostrado que algunos de los
artículos que los organismos internacionales compran en otras
regiones están disponibles en los mercados locales. Hay que cambiar
las actitudes con respecto a las manufacturas de los países en
desarrollo. Consideramos que la reducción de la pobreza, la buena
gestión pública y otras dimensiones del desarrollo sostenible están
estrechamente relacionadas con la voluntad de hacer inversiones en
estos países y comerciar con ellos. Los organismos internacionales
podrían liderar las iniciativas a este respecto y responder al
llamamiento de un empresario africano: «Más que ayuda, necesitamos
la posibilidad de comerciar.»
Sandra Woods, Redactora interina
Jean Milligan, Redactora asociada