En muchos países en desarrollo, las pequeñas y medianas empresas
(PYME) observan con creciente inquietud sus perspectivas de
participación en los beneficios de la era de la información. Más
que nadie, han comprendido que el enorme potencial de las
tecnologías digitales podría mejorar su competitividad en los
mercados internacionales. En la práctica, ante la falta de recursos
y la proliferación de aplicaciones de TIC, estas empresas necesitan
apoyo a la hora de decidir cómo y dónde invertir.
Los gobiernos, las instituciones de apoyo al comercio y las
entidades de cooperación técnica pueden ayudar a aprovechar las
ventajas de la revolución digital. Después de todo, las PYME son la
espina dorsal de la economía de casi todos los países en
desarrollo, y un motor de sus exportaciones.
Oportunidades para las pequeñas empresas
Las aplicaciones digitales amplían las posibilidades de negocio,
magnifican la presencia en los mercados, facilitan el acceso a los
clientes y reducen los costos de transacción y de publicidad.
Además de abrir cauces comerciales enteramente nuevos, aportan
medios más eficaces para las actividades económicas tradicionales y
las exportaciones. Pero obtener una tecnología es una cosa, y
ponerla al servicio de las PYME y de la sociedad en general es otra
muy distinta.
Todos los países desean que las PYME y la gente cuyo bienestar
económico depende de ellas se beneficien de las posibilidades
generadas por las tecnologías digitales. Tal es el hilo común entre
la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (Ginebra,
diciembre de 2003, y Túnez, diciembre de 2005) y la realización de
los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, fijados por las
Naciones Unidas para 2015.
Las exportaciones "digitales"
Muchas empresas de países en desarrollo se han incorporado ya a la
economía digital. Algunas son hoy importantes exportadores de
productos y servicios para las tecnologías de la información y las
comunicaciones (TIC), desde semicondutores hasta programas
informáticos, y también de servicios basados en estas tecnologías,
como los de apoyo a las empresas (
back-office). Brasil y
la India son ejemplos destacados en estos campos, cuyas
posibilidades están lejos de agotarse. Lo que falta a muchas PYME
es la capacidad para integrar las nuevas tecnologías en sus
procesos de negocio. Pero los directores de PYME y las autoridades
exigen argumentos irrefutables a favor de las técnicas digitales
antes de hacer las inversiones necesarias.
¿Por qué invertir en recursos digitales?
Los países en desarrollo deben hacerlo por tres motivos. En primer
lugar, las TIC pueden mejorar sus métodos de producción, promoción,
compra y venta de bienes y de servicios. Por ejemplo, las PYME
pueden utilizar las subastas o los intercambios en línea para
comprar o vender desde partes para automóviles hasta almendras,
calzado o flores.
En segundo lugar, las TIC pueden contribuir a nivelar las reglas
del juego entre países en desarrollo y países industrializados. Por
ejemplo, dado que la internet es un sistema mundial, la ubicación
geográfica de las empresas es un factor cada vez menos importante.
Invirtiendo poco dinero en aplicaciones corrientes de internet, los
vendedores pueden lograr mercados en lugares antes inalcanzables, e
intercambiar informaciones valiosas sin preocuparse de fronteras o
de husos horarios.
En tercer lugar, el comercio-e - minorista y entre empresas - está
experimentando un crecimiento considerable, a pesar del fracaso
reciente de las empresas puntocom. Pero en este crecimiento
participan también las entidades públicas.
Una estrategia adecuada de inversión en recursos digitales puede
ayudar a las PYME a conquistar nuevos mercados y a superar o evitar
muchas de las dificultades propias de la competencia
internacional.
El sector público cumple una función importante, cooperando con las
empresas. En efecto, toda estrategia nacional sobre el uso de
medios digitales para promover el comercio debería originarse "en
la base". Después de identificar las necesidades y preocupaciones
de las empresas, los planificadores pueden crear condiciones
favorables (legislación necesaria, servicios públicos
informatizados, oferta de financiación, acceso a la internet,
formación práctica, etc.). También es atinado concentrar esfuerzos
en los sectores más aptos para utilizar recursos digitales, como
los sectores de exportación más evolutivos y con mayor capacidad
para emplear las TIC en sus operaciones.
La eficacia digital
Los servicios financieros, el turismo, los programas informáticos,
los medios de comunicación y el entretenimiento son ejemplos de
sectores que se prestan a la implantación de recursos digitales.
Toda la transacción comercial, de la promoción a la entrega del
producto o la prestación de servicio, puede ganar eficacia gracias
a las aplicaciones y redes digitales.
La importancia de las operaciones digitales en los mercados de
productos físicos difiere según el sector. El despacho de las
mercancías sigue haciéndose por las vías habituales, pero las TIC
pueden mejorar la eficacia en ámbitos como la producción, la
investigación y la gestión de pedidos.
Para los fabricantes y los productores agrícolas se trata de usar
aplicaciones que les permitan reducir costos y mejorar
rendimientos.
Aplicaciones para PYME
Es cierto que los instrumentos digitales pueden potenciar las
ventajas competitivas de los exportadores, pero encontrar las
aplicaciones adecuadas para las PYME es difícil, y a veces
imposible. Las grandes empresas hacen cuantiosas inversiones en el
desarrollo de aplicaciones, y por ende la oferta en el mercado se
ajusta a sus necesidades. Pero estas aplicaciones suelen ser
excesivamente complejas y caras para las PYME. Éstas necesitan
instrumentos baratos y simples para mejorar su presencia pública,
realizar estudios, gestionar la relación con los clientes,
desarrollar productos y ganar eficiencia en general.
El sector público y los organismos de cooperación para el
desarrollo pueden contribuir a reducir la brecha digital, con
soluciones de calidad garantizada y al alcance de las PYME. Al
asociarse con los conceptores de programas, los gobiernos pueden
asegurar la viabilidad comercial de estos productos y la adecuación
del asesoramiento, la información y las aplicaciones tecnológicas a
las necesidades de las PYME.
CCI apoya el comercio-e
Según el CCI, son las empresas las que exportan, y no los países.
De ahí que se preocupe prioritariamente de los empresarios, que
generan la riqueza necesaria para el crecimiento. En el marco de
sus actividades de asistencia técnica, el CCI ayuda a los países en
desarrollo a poner en práctica una estrategia comercial basada en
medios digitales, impulsada por los responsables de las políticas y
las asociaciones de defensa de los intereses comerciales, que
tratan de comprender las inquietudes de los exportadores ante el
fenómeno digital. Su objetivo es sensibilizar a los interesados,
acumular conocimientos y crear competencias digitales en niveles
clave para el comercio.
Además, el CCI integra las aplicaciones digitales en todos sus
programas de fomento del comercio destinados a exportadores y a
instituciones de fomento comercial. Con actividades como las
subastas de café 'gourmet' por internet, el análisis
computadorizado de los sectores de exportación más exitosos o la
información en línea sobre temas comerciales, el CCI ayuda a las
PYME a aplicar la tecnología para conseguir ventajas competitivas
en los mercados mundiales.
Una perspectiva diferente
Hay en la India un antiguo proverbio, que puede aplicarse
perfectamente a nuestra era de la información:
"Lo importante no es lo que se come, sino lo que se digiere,
y tampoco lo que se lee, sino lo que se comprende,
ni lo que se dice, sino lo que la gente oye y entiende,
ni menos la riqueza, sino la forma en que ésta se gasta..."
Podríamos añadir:
"Lo importante no es cuántos recursos de TIC posee la
empresa,
sino cómo se aplican para beneficio de la sociedad toda."
R. Badrinath (badrinath@intracen.org) es
Director de la División de Servicios de Apoyo al Comercio, del CCI,
que comprende el programa E-Trade Bridge y la Unidad de Comercio
Electrónico. Además, es Coordinador de los aportes del CCI a la
Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información.