P: Las campañas de Oxfam a favor de
reglas comerciales más justas y su labor en emergencias son bien
conocidas. Pero también trabaja con las bases para fomentar el
comercio y el desarrollo empresarial. ¿En qué consisten esas
actividades?
R: El objetivo de nuestros programas en el
terreno es ayudar a personas pobres y vulnerables a consolidar la
sostenibilidad de sus medios de subsistencia. Por ejemplo, en los
países en desarrollo, trabajamos directamente con co-operativas de
pequeños caficultores. Mediante financiación y formación,
contribuimos a acrecentar la capacidad de acceso a los mercados en
mejores términos. En el marco de esas actividades consideramos que
el comercio justo de productos es una herramienta muy importante
para que las cooperativas diferencien sus productos, mejoren la
calidad y comprendan la mercadotecnia y el funcionamiento de la
cadena de suministro.
P: ¿Cuáles son los mayores retos que se les
plantean?
R: Actualmente, estamos revisando nuestro "plan
quinquenal". Cada vez se nos pide que vayamos más allá en nuestra
ayuda a los países en desarrollo por lo que atañe a la política
nacional de comercio. Un motivo radica en que quienes formulan
políticas saben que organizaciones como Oxfam son progresistas y
confían en su asesoría. Lo que ofrecen los canales tradicionales no
siempre es suficiente o adecuado. No basta formar negociadores
comerciales, ni defender un comercio más justo en términos
generales. Un ejemplo claro es la promesa hecha a los países en
desarrollo acerca de la evaluación detallada de las consecuencias
del Programa de Doha para el Desarrollo en sus industrias, pero el
análisis de ese impacto país por país sigue pendiente.
De ahí que la demanda para que ofrezcamos más formación y
análisis políticos sea enorme. Ahora bien, ¿es ese realmente el
papel de Oxfam en el desarrollo del comercio? La labor humanitaria
de Oxfam se vio sometida a las mismas presiones: desde la década de
1970 se viene pidiendo a algunas ONG que presten servicios
esenciales de salud. En el ámbito del comercio, la tendencia actual
también consiste en solicitarnos servicios esenciales. Nos
preguntan si podemos proponer una nueva marca de textiles,
aconsejar sobre la forma de cimentar una industria farmacéutica
genérica o si les podemos ayudar a crear una marca comercial de
café.
Aunque resulte tentador tratar de colmar esa brecha, no tenemos
capacidad para hacerlo por cuenta propia. Además, nuestra prioridad
a largo plazo es capacitar a ONG y grupos sindicales de países en
desarrollo, no a los gobiernos. Para garantizar resultados que
propicien el desarrollo, es fundamental que la sociedad civil sea
capaz de exigir una política nacional de comercio que favorezca a
los pobres.
P: ¿En qué medida colaboran con
empresas?
R: Venimos colaborando con empresas desde hace
mucho tiempo. En algunos casos, esa colaboración consiste en que
financien proyectos, pero estamos mucho más interesados en trabajar
con ellas para promover mejores prácticas empresariales. Por
ejemplo, redactamos un informe común con Unilever sobre sus
prácticas en Indonesia. En otros casos, presionamos a las empresas
mediante campañas públicas. Por ejemplo, criticamos al sector
farmacéutico por haber fijado un precio a los antirretrovirales que
es prohibitivo para los pobres de casi todos los países en
desarrollo. Se trata de encontrar el enfoque idóneo. De más está
decir que no estamos en contra de las empresas, porque sabemos que
los países en desarrollo necesitan un sector privado que sea
dinámico, pero, a la vez, entendemos que el sector privado tiene
que hacer mucho más para promover el desarrollo y que hacerlo es
buen negocio.
P: ¿Por qué participa Oxfam en los debates de la
OMC?
R: Lanzamos nuestra campaña "Comercio con
justicia" porque pensamos que las reglas del comercio mundial van
en contra de los intereses de los pobres del mundo. De ahí que se
socave el potencial del comercio para ayudar a la gente a salir de
la pobreza. Además, algunos gobiernos de países en desarrollo
pidieron ayuda a Oxfam en asuntos relacionados con la OMC, pues
consideraban que no disponían de información suficiente para estar
a la altura de las negociaciones y que necesitaban apoyo político y
mediático para plantear cuestiones de desarrollo en primera línea
de las negociaciones de Doha.
Pero no sólo nos preocupan las reglas de la OMC. También nos
inquietan los acuerdos comerciales regionales y bilaterales debido
a su impacto adverso en el desarrollo. Por ejemplo, las
flexibilidades de la OMC en cuanto al acceso a los medicamentos son
desvirtuadas por acuerdos regionales y bilaterales. Además, hay
cuestiones "huérfanas" como las reglas de inversión, la legislación
antimonopolio, los impuestos, etc. que son muy importantes para el
desarrollo, pero que en el plano multilateral ni siquiera se
abordan.
P: El estilo de las campañas de Oxfam destinadas a
la opinión pública - tales como las fotos de famosos y de
excedentes de leche - es criticado en la comunidad comercial por su
simplificación. ¿Qué opina de esas críticas?
R: Respondo con mi propio reto: ¿qué está
haciendo usted para educar a la colectividad acerca del comercio?
La instrucción pública en materia de comercio y desarrollo es
crucial pero no fácil. Gobiernos y organizaciones internacionales
no hacen lo suficiente. Por eso, aún prevalecen el proteccionismo y
el mercantilismo. Por ejemplo, sólo el 2% del pueblo neerlandés
sabe qué es la OMC. A veces, los expertos en comercio no captan que
los informes llenos de estadísticas son importantes para informar a
la comunidad comercial, pero no suscitan el interés de la opinión
pública. Para lograrlo, tratándose de un tema tan complejo, es
preciso utilizar mensajes sencillos y llamativos. El reto clave
consiste en animar a la gente para que actúe y se percate de que la
situación puede cambiar si modifica sus opciones en términos de
consumo, inversión y política. El comercio justo de productos es
una herramienta educativa muy útil que utilizamos. Aunque nunca
sustituirá por completo los principales canales comerciales, el
concepto de comercio justo contribuye a que los consumidores sepan
cómo funcionan las cadenas de suministro y qué sucede en los países
en desarrollo, lo que les ofrece medios de hacer algo. No obstante,
debemos ir más allá del nicho del comercio justo para que haya un
cambio mundial, por ejemplo, en lo que respecta a la reforma del
subsidio agrícola, y ese es uno de los objetivos principales de
nuestras campañas públicas.
P: Usted vino a trabajar en Oxfam después de haberlo
hecho en del Banco Interamericano de Desarrollo. ¿En qué medida le
ayudó esa experiencia previa?
R: Probablemente, esté más abierta al diálogo y
la colaboración. Hay mucha gente trabajadora, competente y
concienciada que colabora con estas organizaciones y cuenta con
mucha experiencia de la que pueden beneficiarse las ONG como Oxfam.
Haber trabajado en instituciones multilaterales también me ayuda a
entender de dónde vienen quienes se sientan al otro lado de la
mesa, qué restricciones políticas deben encarar y qué papel pueden
o no desempeñar en el ruedo del comercio. 
Para más detalles sobre Oxfam, consultehttp://www.oxfam.org/es/