Discursos

La simplificación de las iniciativas multilaterales

3 marzo 2016
ITC Noticias
Declaración de la Directora Ejecutiva del ITC, Arancha González, durante la Conferencia de SEDEX
Charla destacada sobre «la simplificación de las iniciativas multilaterales»
Londres, 3 de marzo de 2016

Gracias por invitarme a compartir con ustedes algunas opiniones sobre el tema de su conferencia: «La simplificación de la sostenibilidad de la cadena de suministro».

El mundo moderno se centra en hacer sencillo lo complejo. Se trata de transformar flujos de datos en información comprensible y en aportar transparencia a través de un acceso más fácil.

A medida que los consumidores van siendo más poderosos y sus elecciones repercuten prácticamente de forma inmediata en el nexo de la oferta y la demanda, las empresas tienen la obligación —y, de hecho, la necesidad económica— de velar por que la oferta sea sostenible y por que los proveedores de la oferta: productores, comerciantes, marcas y minoristas sean responsables de sus denominaciones de sostenibilidad.

Garantizar unas cadenas de suministro sostenibles es importante para el consumidor, pero tiene un impacto igualmente profundo sobre el comercio. Si las cadenas de suministro son débiles, el impacto del comercio mengua.

El mercado trata la incertidumbre generada por unas cadenas de valor débiles y opacas con precaución. Esto puede incidir en los beneficios en materia de empleo y crecimiento a largo plazo que pueden ofrecer la producción y las cadenas de suministro sostenibles. Todos los agentes —desde los productores iniciales hasta los consumidores finales— pueden beneficiarse enormemente si se sitúa a la sostenibilidad como elemento central del comercio.

Y no se trata tan solo del comercio en el sentido estricto de la palabra. Unas cadenas de suministro eficaces pueden contribuir al crecimiento inclusivo y ser importantes herramientas para la implantación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de las Naciones Unidas. Por ello, no es de extrañar que el Objetivo 2 hable de agricultura sostenible y seguridad alimentaria, el Objetivo 8 hable de trabajo decente y el Objetivo 12 hable de Producción y Consumo Sostenibles.

En pocas palabras, las cadenas de suministro sostenibles son importantes para todos: para los consumidores, para las empresas y para la sociedad civil. Por lo tanto, las iniciativas de sostenibilidad tienen que contar con diversas partes interesadas por su propia naturaleza. Requieren un enfoque multidisciplinar y que se comprendan los aspectos fundamentales y las herramientas de las que disponen el sector público y el sector privado para mejorar el funcionamiento de las cadenas de valor internacionales.

El sector privado juega un papel destacado mediante la aplicación de políticas y directrices de contratación pública sostenibles. Aquí, en el Reino Unido, el gasto público representa más del 20 % del PIB, y en los países en desarrollo puede a alcanzar hasta el 30 % del PIB. La inversión pública en bienes y servicios sostenibles ofrece por tanto gran potencial para contribuir a una economía más sostenible.

El sector privado también es un motor clave de la sostenibilidad al aplicar normas o códigos de conducta voluntarios o privados con el fin de garantizar que sus cadenas de suministro tengan en cuenta criterios medioambientales, sociales y de calidad. Cabe señalar que el sector privado guarda una relación directa con los consumidores y puede, por tanto, adaptarse a las demandas de estos últimos, tal y como hemos visto con el compromiso adquirido por Univeler de contratar el cien por cien de sus materias primas agrícolas de un modo sostenible de aquí a 2020 o el objetivo de IKEA de contratar el cien por cien del algodón para sus productos de fuentes sostenibles para finales de este año. Y la lista sigue.

Con una clase media creciente a nivel mundial, a la cabeza del cambio hacia la sostenibilidad se encuentran también los consumidores. Sí, los consumidores todavía buscan productos con precios competitivos, pero cada vez se están decantando más por productos «buenos» o «que no sean nocivos» y de calidad. ¿Qué son productos «buenos»? Se trata, cada vez más, de productos con un menor impacto medioambiental y una mayor consideración con respecto a los derechos humanos y las prácticas laborales, productos en los que no se margine a las mujeres, productos que comprendan que «hacer negocios» y «hacer el bien» no son conceptos adversos o mutuamente excluyentes.

Este consumidor «concienciado» ha emergido como una fuerza poderosa. Quiere más información sobre el origen de los bienes y servicios que compra. Por ejemplo, el 66 % de los consumidores de todo el mundo participantes en una encuesta realizada recientemente por Nielsen (2015) afirma que pagaría más por productos y servicios procedentes de empresas comprometidas con un impacto social y medioambiental positivo; frente al 38 % de 2011.

Analicemos el comportamiento de los consumidores aquí en el Reino Unido: en un estudio de 2015 sobre moda ética que analizaba las actitudes de los consumidores británicos, el 60 % de los participantes afirmaba que una empresa garantizara el abastecimiento responsable de los ingredientes utilizados en sus productos figuraba entre los aspectos principales que hacían que una empresa alimentaria fuera ética, seguido de una empresa que garantizara el bienestar de sus trabajadores (57 %) y una empresa que garantizara la mejora del medioambiente (42 %). Cabe señalar que la mitad (el 52 %) de los consumidores británicos están incluso dispuestos a dejar de comprar productos de una empresa si descubren que esta actúa de un modo poco ético.

Durante sus más de cincuenta años de existencia, el Centro de Comercio Internacional siempre ha buscado la promoción empresarial a la vez que hace «el bien». Esta noción de la sostenibilidad en sus innumerables formas ocupa el centro de todo lo que hacemos.

La organización lanzó en 2009 su Programa de Comercio para el Desarrollo Sostenible con el fin de promover las cadenas de desarrollo sostenible como un medio para ayudar a los países en desarrollo y a sus pequeñas y medianas empresas (pymes) a agregar valor a sus productos y servicios.

Inicialmente se puso el acento en garantizar la transparencia en las innumerables normas y códigos voluntarios aplicados en las cadenas de valor.

Pronto se vio claramente que la proliferación de normas, códigos de conducta e iniciativas de sostenibilidad estaba generando confusión.

Y la confusión estaba generando costes: a las pymes les resulta especialmente costoso buscar y encontrar unas normas de sostenibilidad pertinentes. Aparte de eso, el cumplimiento suele conllevar unos costes fijos elevados que afectan desproporcionadamente a las pymes en comparación con las empresas más grandes. Sin embargo, las normas de sostenibilidad pueden ser una palanca del cambio para las pymes que deseen internacionalizarse dentro de las cadenas de valor sostenibles mundiales.

Para abordar estos desafíos, el ITC ha formulado tres soluciones.

Transparencia y autoevaluación: empecemos por Standards Map, una herramienta en línea que ofrece información exhaustiva, verificada y transparente sobre prácticamente doscientas normas de sostenibilidad e iniciativas similares que abordan cuestiones tales como el medioambiente, el trabajo, la calidad de los alimentos y la seguridad. Permite a las empresas comparar los requisitos normativos y rellenar un informe de diagnóstico o autoevaluación en línea y compartible, ofreciendo una hoja de ruta hacia el cumplimiento.

La base de datos de la que se nutre Standards Map es utilizada por asociaciones industriales tales como AIM-Progress, el Programa Mundial de Cumplimiento Social (GSCP) y la Plataforma Iniciativa para una Agricultura Sostenible (IAS), entre cuyos miembros figuran, entre otros, Unilever, Pepsico, Cargill, Danone, Illy Café, Mondelez, Tchibo, Diageo y Nestlé. El ITC colabora estrechamente con estos grupos para comparar sus protocolos de auditoría y sus códigos de conducta, reducir la duplicidad, impulsar sinergias y promover un enfoque común y armonizado con respecto a la sostenibilidad de la agricultura.

Visibilidad y trazabilidad: Si les parece, ahora hablaré de la segunda herramienta, la iniciativa Blue Number. Este nuevo programa brinda a los agricultores un número de geolocalización, el número azul, que forma parte de un perfil en línea que incluye el nombre y el sexo del agricultor, los productos que comercializa y una dirección de correo electrónico o un número de teléfono móvil. Una vez registrado, el agricultor podrá conectarse con otros socios comerciantes en una plataforma de mercado sostenible y compartir sus logros de sostenibilidad. Considérenla una plataforma en línea de trabajo en red, una especie de Facebook o LinkedIn para agricultores.

El número azul da voz a los agricultores y les permite acceder a recursos sobre sostenibilidad. Aumenta su visibilidad y les permite conectarse mejor con los compradores de todo el mundo.

Los compradores también mejorarán la trazabilidad de las cadenas de valor y dispondrán de información para tomar decisiones de compra fundamentadas, por ejemplo, información sobre las granjas que son propiedad de una mujer con las que podrían comerciar.

También nos proporcionará valiosas fuentes de datos, macrodatos, que pueden servir para la formulación de políticas, ya se trate de políticas relativas al empoderamiento económico de la mujer y cuestiones relacionadas con el registro de las tierras, o de cuestiones sobre seguridad alimentaria y normas de calidad.

A día de hoy, ya han recibido su número azul más de sesenta mil agricultores. Grandes marcas mundiales y miles de agricultores podrán acceder a información sobre sostenibilidad que les permitirá mejorar la conexión entre sus redes empresariales y su relación con los objetivos de sostenibilidad. La iniciativa Blue Number está impulsada por el sistema de Global Standard 1 (GS1) y puede conectarse a la mayoría de las cadenas de suministro de todo el mundo.

Resultados e impacto: la tercera respuesta del ITC es la plataforma R.I.S.E., un programa innovador para propiciar el comercio sostenible, la sostenibilidad social y medioambiental, la trazabilidad y el impacto en las cadenas de valor de la moda. Esta plataforma permite hacer un seguimiento de las actividades de los productores. El resultado global consiste en garantizar que sus actividades lleven a una cadena de suministro responsable ética y socialmente.

Esta información se comunica a través de la etiqueta del pasaporte R.I.S.E. que se adjunta a todos los productos fabricados por productores y artesanos. El resultado es que la etiqueta del pasaporte R.I.S.E. se convertirá verdaderamente en una «firma» o «marca» reconocida que garantice la responsabilidad social y medioambiental, la trazabilidad y, lo que es más importante, el impacto. Ya lo hemos probado en nuestra iniciativa «Moda Ética».

Estas tres iniciativas representan herramientas ampliables, neutrales y adaptables que pueden reducir los costes de información de las pymes a la vez que les dan visibilidad y un mayor estímulo para acceder a unos mercados de mayor valor y más dinámicos. Al fin y al cabo, el éxito pasa por que nos unamos a la demanda, cada vez mayor, de «buenos productos» facilitando la participación en las cadenas de valor sostenibles.

Se trata de avanzar hacia la simplificación de las iniciativas multilaterales dedicadas a las cadenas de suministro sostenibles.

Hace tan solo dos años el ITC lanzó los Principios de Comercio para el Desarrollo Sostenible (T4SD), un conjunto de valores básicos —transparencia, sostenibilidad, armonización y alineación con los ODS— concebidos para respaldar un comercio más equitativo y de gran alcance a la vez que se simplifica el camino hacia la sostenibilidad. Más de sesenta empresas y organizaciones han adoptado ya estos principios, entre ellas SEDEX y muchas otras presentes en esta conferencia.

Permítanme añadir un par de ideas adicionales con respecto a la simplificación.

Para garantizar el impacto en la sostenibilidad, las iniciativas multilaterales deben incluir a todas las partes relevantes, también a las que tienden a estar marginadas, como es el caso de las mujeres y las pymes de las economías en desarrollo. Piensen que la plena igualdad de género añadiría un 26 %, o 28 billones de dólares, al PIB global en 2025, o que en las economías emergentes las pymes contribuyen a más del 30 % del PIB. El impacto en la sostenibilidad de las iniciativas multilaterales crece con su inclusividad.

Las iniciativas multilaterales también dependen de la participación. Solo un diálogo constante a través de una colaboración técnica entre los distintos grupos de trabajo y partes interesadas les permite actuar de un modo eficiente, utilizando un idioma común, plataformas de intercambio de información y, lo que es más importante, el «marco» adecuado.

Un marco de indicadores «básicos» comunes a todas las iniciativas. Esto ayudará a definir la «sostenibilidad» desde el punto de vista de los proveedores, los compradores y los consumidores, teniendo también en cuenta las características específicas sectoriales y la localización geográfica donde actúan las iniciativas de sostenibilidad. Deberíamos ser ambiciosos en esto.

Un marco con procesos claros que recabe información demostrable sobre los impactos en la sostenibilidad sobre el terreno, especialmente en las economías más pobres y más vulnerables.

Un marco de desarrollo de capacidades a todos los niveles de la cadena de suministro, concretamente, que haga especial hincapié en el nivel de producción primaria, donde se supone que tienen lugar la mayor parte de los impactos en la sostenibilidad. Esto requiere acciones concretas por parte de los gobiernos en apoyo al trabajo de todas las partes implicadas sobre el terreno para hacer que la sostenibilidad sea algo más que una palabra de moda.

Por último, para la simplificación de las plataformas multilaterales serían muy beneficiosos los «intermediarios honestos». Piensen en el ITC como un intermediario honesto. Con nuestra neutralidad y nuestro alcance universal, el ITC puede ayudar a todas las partes interesadas a lo largo de las cadenas de valor a simplificar el camino hacia una mayor sostenibilidad.

Si bien estas son medidas prácticas que pueden, y deberían, adoptarse, será un proceso largo que requiere dedicación y esfuerzo de muchas partes. Los participantes en la última sesión del grupo especial han demostrado que se está avanzando en esta dirección. Pero aún tenemos que generar consenso con respecto al camino a seguir entre las organizaciones que fijan las normas, las ONG, las multinacionales y otras partes interesadas de las cadenas de valor mundiales con el fin de simplificar e incrementar el impacto de las iniciativas de sostenibilidad.

El Centro de Comercio Internacional les acompañará en estas labores. Les invito a que exploren las herramientas del ITC relacionadas con la cadena de suministro sostenible, desarrolladas para facilitar las iniciativas de «buenos» productos y servicios, y a que las aprovechen. Apoyamos sinceramente la labor de SEDEX en la creación de cadenas de suministro sostenibles y nos comprometemos a aportarles nuestras herramientas, nuestras redes y nuestros equipos de proyecto para actuar de un modo eficiente y complementario a fin de alcanzar nuestros objetivos comunes en este ámbito.

Muchas gracias.