A raíz de la drástica reducción de la oferta de empleo en el
sector público en los últimos años, las actividades independientes
se han convertido en la principal fuente de trabajo para las
mujeres ugandesas.
Ante la escasez de estudios sobre el sector empresarial de Uganda,
con mis estudiantes y mis colegas entrevistamos a 74 empresarias a
fin de conocer su perfil, los motivos que las llevaron a crear un
negocio y las dificultades que se les plantean.
Llegamos a la conclusión de que las Ugandesas se han implantado en
la economía informal urbana, a la vez en microempresas y en
unidades pequeñas y grandes. Como granjeras, artesanas, fabricantes
y proveedoras de servicios, crean riqueza pero tropiezan con
obstáculos para desarrollar sus empresas.
Las mujeres acusan el golpe de la crisis
Las exportaciones agrícolas no tradicionales ofrecen oportunidades
a las campesinas ugandesas, pero éstas no tienen la capacidad
necesaria para explotar plenamente su potencial. Y el interés de
las exportaciones no tradicionales se deriva precisamente de los
bajos precios que los productos tradicionales tienen en el mercado
mundial.
La pesada carga de trabajo asumida por las mujeres, las
responsabilidades familiares y el carácter discriminatorio del
régimen de propiedad de la tierra, que limita la capacidad de
crédito de las mujeres, impiden que éstas alcancen los volúmenes de
producción y los niveles de competitividad necesarios en los
mercados mundiales.
La agricultura, base de la economía de Uganda, emplea al 80% de su
fuerza de trabajo. Las mujeres constituyen la mayoría de estos
trabajadores: producen el 80% de los alimentos, el 60% de las
exportaciones tradicionales (café, té, algodón, azúcar y tabaco) y
el 80% de las exportaciones agrícolas no tradicionales (maíz,
frijoles, cereales, vainilla y flores).
Segmentos en los textiles
En África, las mujeres predominan en la economía de pequeña escala,
que constituye hasta el 40% del producto interior bruto. Muchas
producen textiles y ropa, actividad que está amenazada por los
productos importados, en particular de segunda mano. Para
defenderse, algunos empresarios han creado redes que les permiten
ampliar las ventas en algunos segmentos especializados. Por
ejemplo, Ida Wanendeya produce kikoi, una tela multiuso de África
Oriental que exporta a Ghana. Afiliada ferviente de la Federación
Africana de Empresarias, afirma que consigue mercados en cada una
de sus reuniones.
Crecimiento de la exportación de servicios
Los servicios constituyen el 8% de las microempresas y pequeñas
empresas de Uganda. Las mujeres suelen ofrecer servicios en los
sectores de la salud, educación, la alimentación y el albergue, y
se centran en el mercado nacional.
El problema de la tierra
Sólo el 7% de las Ugandesas cultivan su propia tierra, por lo que
se han movilizado para modificar la legislación. Nuestro estudio
muestra que la mayoría de las empresarias son propietarias de
tierras, lo que facilita la modernización de la agricultura y la
obtención de crédito.
Reglas de juego equitativas
Sobre la base de la experiencia y los consejos de las
entrevistadas, se está bosquejando un modelo de crecimiento
económico para las empresarias.
Además de la propiedad de la tierra o las garantías para su
arrendamiento, la educación es un factor decisivo para el éxito de
toda empresa: el 82% de los pequeños y medianos empresarios tienen
algún nivel de educación superior.
La actividad económica de las mujeres es un activo para las futuras
generaciones, y contribuye al crecimiento comunitario. Las mujeres
invierten su riqueza en la salud y la educación de sus familias.
Bradford Morse, ex Administrador del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo ha dicho: "Ignorar las actividades
económicas de las mujeres es a la vez moralmente indefendible y
económicamente absurdo."
Margaret Snyder fue fundadora y Directora del UNIFEM (Fondo de
Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer), entidad para la
que trabajó más de diez años. Cuando enseñaba en el Departmento de
Mujeres y Estudios de Género de la Universidad de Makerere
(Uganda), escribió Women in African Economies
(2000), obra
en la que se inspira este artículo (publicada por Fountain
Publishers, Kampala (fountain@starcom.co.ug);
ABC, Londres (krisia_cook.abc@dial.pipex.com),
y WomenInk, Nueva York (wink@mujeresink.org).