Forum de Comercio Internacional - No.
4/2009
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En 2003, el Gobierno de Camerún aprobó su Documento de
Estrategia de Reducción de la Pobreza (DERP) en el que establece
las políticas y programas macroeconómicos, estructurales y
sociales. En el marco del DERP, el Gobierno decidió centrarse en el
desarrollo sostenible de determinados sectores agrícolas, -entre
ellos, los del café, el cacao y el algodón- para respaldar el
crecimiento económico en zonas rurales.
El sector cafetalero de Camerún que había sido floreciente
atravesaba un período de deterioro de la producción desde 1979 y la
crisis internacional de superproducción de 2001 había dejado fuera
del negocio a muchos más caficultores. No obstante, el Gobierno
reconoció un renovado potencial en el café y el Ministerio de
Comercio pidió ayuda al ITC para elaborar una estrategia destinada
a revitalizar e impulsar la competitividad de ese sector de gran
importancia para familias pobres.
El apoyo financiero vino de la Comisión Europea (CE) en el marco
del Programa de productos básicos agrícolas para todos los países
ACP financiado por la Unión Europea.
Para elaborar la estrategia, el ITC organizó talleres en
asociación con el Consejo Nacional del Café y el Cacao, y el
Consejo Interprofesional del Café, a los que asistieron
representantes de todas las partes interesadas del sector, a saber:
investigadores, instituciones de microfinanciación, propietarios de
fábricas, delegados del gobierno, agricultores, directores de
proyectos, productores, compradores, funcionarios de aduanas,
organizaciones profesionales y exportadores.
En esos talleres se entabló el diálogo para:
- analizar oportunidades, requisitos y dificultades de
los mercados potenciales;
- detectar las limitaciones de capacidad y desempeño en
cada etapa de la cadena de valor del sector en relación con los
requisitos de los mercados y los compradores;
- diseñar y dar prioridad a actividades y reformas
políticas para mejorar la respuesta empresarial a las oportunidades
de mercado, incluidas medidas relativas a las necesidades de
recursos, avance y desempeño,
- determinar oportunidades de desarrollo y diseñar
proyectos con potencial.
Después de los talleres, se encargó a un grupo de trabajo la
elaboración de una estrategia para el sector cafetero. Esta última
fue entregada tras un intensivo período de planificación de 11
meses y aprobada por el Gobierno en octubre de 2009. En ella se
identifican tres objetivos clave:
- aumentar el volumen de producción y mejorar la
calidad, elevando el nivel de pericia y las instalaciones;
- integrar internamente la comercialización y ofrecer
formación a lo largo de toda la cadena de suministro, y
- desarrollar nuevos mercados para productos
competitivos.
Las prioridades inmediatas de la estrategia incluyen organizar
las actividades y los recursos necesarios para su aplicación y el
seguimiento del avance en la consecución de los objetivos. Se
elaboró un plan de acción en el que cada miembro del grupo de
trabajo se encarga de tareas concretas.
Aunque en cada objetivo se prevé una amplia gama de actividades,
el énfasis inmediato se pone en la formación y la mejora de la
calidad y el nivel de producción. Los programas de formación se
basan en la definición participativa de necesidades y materiales de
cultivo. Además, la asistencia técnica y la capacitación para
gestionar los aspectos comerciales del sector contribuirán a
reforzar las organizaciones de productores.
Otra prioridad importante de la estrategia es aumentar la
participación de la mujer en la cadena de suministro y ampliar las
oportunidades de presencia activa de toda la familia en diferentes
etapas de dicha cadena.
Si se aplica, la estrategia podría beneficiar a más de 3
millones de personas a lo largo de toda la cadena de producción de
café. El costo de aplicación se calcula en $EE.UU. 10,3 millones
que el Gobierno intenta procurarse de donantes internacionales. La
CE y el Banco Mundial se comprometieron a financiar proyectos en el
marco de esta estrategia.